Beso_Magallanes1

Siempre he sido aficionado a la literatura erótica y nunca he tenido prejuicios sobre el placer en las formas que este se presente, pero aún tenía algo pendiente en mi mente que siempre me ha rondado en la cabeza y es el hecho de sentir el sabor del pene en mi boca y experimentar esa sensación que veo en las féminas cada vez que me hacen una buena mamada, quería entender eso de primera fuente por lo que tome la decisión de prepararme en una aventura y descubrir por mí mismo.

Me decidí entonces por entrar en el mundo de los chat eróticos y buscar a alguien que se adecuara a mis intenciones “científicas”. Debo decir que aparecieron pocos, muchos hablaban barbaridades y cosas que no me interesaban, otros intentaron enamorarme con mensajes tales como: “mi verga destruirá tu culito”, “te encantara este fierro en tu boca” en fin, pero hubo un chico que me llamo la atención, javier25, era su nick, conversamos largo rato de diversos temas, como descubrió su homosexualidad, las novias que tuvo, su primera vez con un hombre, era muy abierto y me explicaba con gran detalle las cosas que había vivido durante sus dos periodos según él, pre-vergas y pos-vergas, al final me decidí por seguir en contacto con este chico y le entregue mi número móvil, antes de cerrar el chat.

Al día siguiente me saludo temprano y me hacía preguntas sobre mi vida y que cosas hacía, era extraño sentirme tan “alabado y querido” por alguien que recién conocía y más aun siendo el un hombre, yo por supuesto no me asustaba antes sus cortejos e incluso me hacían reír a ratos, por lo que di el siguiente paso y le invite a tomar unas cervezas como buenos amigos esa misma tarde.

Nos juntamos en un boliche céntrico ya que me pareció que nada raro podría ocurrir y seriamos como dos amigos que beben, lo cité a las 20:00 y de manera puntual, llegue al local. Por supuesto él ya estaba ubicado en una mesita esperándome y no podía disimular su alegría al verme, yo claro esta no sentí lo mismo porque era algo nuevo lo que estaba haciendo por lo que dude fuertemente en quedarme si no hubiera sido por su hola tan efusivo del otro extremo del local: -He Diego, HOLA!! acá ven!… Ante un saludo así, sentí que mi suerte ya estaba escrita, me acerque lentamente a su mesa y el de un brinco me da un gran abrazo como si de viejos amigos que no se ven durante años se tratara:

-Cómo estás? como va todo

-Bien, gracias- ya tomando un poco de compostura

-Pedí dos negras heladas, te parece bien?

-Sí, más que bien…- tome asiento, y seguimos conversando

Avanzando la noche, me conto su vida, sus proyectos, sobre su familia, compartíamos varios gustos en común, por lo que me sentí cómodo y casi había olvidado el propósito que me había llevado a juntarme con él.

-Bueno, me debo retirar- le dije

-pero tan pronto?- con un poco de asombro en su rostro

-sí, debo… entregar un proyecto y me faltan algunos detalles…-con un acento de inseguridad que nadie creería

-quieres que te muestre mi colección de cartas? vivo cerca y digo, como quedaste un tanto curioso por la carta mítica… – pero con su mirada me decía que no solo la carta era lo que quería compartir.

-sí, puede ser, pero será breve… – claramente ya sabía cuáles eran sus intenciones pero le seguí el juego.

Tomamos un taxi y nos fuimos centrados en la parte trasera, el chofer con acento grave pregunto el destino y realmente era cerca, ya que con un tono sarcástico dijo que a veces caminar hace bien y acelero fuertemente, lo cual nos dejó un tanto pegados en el asiento trasero y como para condimentar un poco la noche, en una de esas curvas la toma un tanto fuerte lo que hice que me fuera encima de Javier, afirmándome en una de sus piernas, el solo miro y me sonrió, con algo de malicia y me dijo que me quedara tranquilo.

Llegando a su depa, vi que era pequeño, sin mayores lujos, ordenado y simple, me invito a tomar asiento en un sofá pequeño que tenía, mientras me acomodaba me trajo su carpeta, si, era verdad lo de las cartas.

-Crees que te estaba mintiendo?

-no sé, estaba…- me interrumpió

-mira la última página-

-realmente la tienes- mire fascinado

-así es, te gusta?-

-sí, siempre quise ver esta carta, la puedo sacar?- y sin esperar su confirmación la saque toscamente del contenedor pasando a llevar este y rompiéndolo.

-mil disculpas, no era mi intención- realmente me sentía un poco nervioso.

-no te preocupes, pero esto no puede quedar así- se acercó a mi rostro dándome un beso largo y apasionado, no atine más que a responder, vaya que beso, sentía como me aceleraba tomo el corazón con cada movimiento, la manera de afirmar mi cabeza tan fuerte y el movimiento de su lengua me hicieron sentir un calor distinto a los que había sentido.

-que paso?- mirando directamente mi bulto, -tu empezaste? me agarraste la pierna en el taxi y me rompiste mi carpeta, agradece que no me dañaste la carta o te daba por el culo, jajaja- yo estaba entre caliente e impactado, no atinaba a moverme, me sentía completamente entregado

-vamos, ven- me llevo directamente a su cama y me siguió besando, me recorría completamente con esos besos, sentía como saboreaba mi cuello y me frotaba la entrepierna, que sensaciones más indescriptibles sentía por segundo, ya todo excitado, decidí tomar acción también y me dirigí a sus pantalones, me costaba abrirlos y me ayudo a bajarlos, era la hora de la verdad, se desnudó completamente frente a mí y lucia su verga dura y brillante ante la luz tenue de las lámparas. Se acercó con su verga amenazante a mi boca, sin dudarlo mucho, la trague hasta donde pude, no podría describir lo excitado que me tenía la situación, la bese, lamí, chupe, trague, era algo extraño, como juguete nuevo, sentía cada una de sus venas en mi boca, al parecer lo hacía bien, él estaba muy excitado también.

-ahora que la has probado, que te pareció?- con un brillo en sus ojos miraba mi pantalón aun puesto -sácalos ahora!- yo accedí rápidamente pero esta vez el placer fue mutuo, el me devoró entero, esta vez no dejo nada de lado, lamia cada centímetro de mi entrepierna, mordía y acariciaba con su lengua mis muslos, lamia mis bolas, hasta que sentí como tocaba mi ano, a lo cual di un brinco. -tranquilo, déjame que me encargue perrita, esta noche conocerás todo –

Saco de su cabecera una crema lubricante y me dijo: -sin tan solo hubiera tenido esto, no me habrían roto el culo mi primera vez, pero tú, tú tendrás suerte y te dejare bien mojado, será mi putito. Yo simplemente me entregue, me acomodo en la cama y me dejo con las piernas abiertas mientras el bajaba lentamente hasta mi verga, la comenzó a mamar nuevamente mientras sentía sus dedos fríos en mi ano, los movía en círculos una y otra vez.-relájate putito, aquí va uno!- sentía como entraba uno de sus dedos en mi culo, pero que sensación, al parecer el sentía como mi verga se hinchaba con cada embiste de su dedo. -mira putito que bien se te da, vamos a probar con otro mas- sentí una tensión extra en el culo, un tanto incomoda pero a la vez morbosa, me tenía a mil. -veamos cómo te va con algo más rico- esta vez cogió mis piernas y las jalo en lo alto, apoyándolas sobre sus hombros, me sentía muy extraño, generalmente era yo el que estaba en el lugar de él y era el que amenazaba con la verga, pero esta vez era él, era Javier, sentía todos sus movimientos en cámara lenta, me acaricio toda mi verga con la suya y disfrutaba mirando mi cara, bajo lentamente hasta mi ano y empujo suavemente. -que rico eres, esto no lo olvidaras nunca!- debo reconocer que su verga era normal, no la veía gigante, más bien como la mía, pero cuando empujo la segunda vez, sentí que me partía el alma. -relaja el culo putito, no te asustes, al principio es así- le hice caso y esta vez sentí como entraba más y más. En qué momento la introdujo toda no lo sé, solo me percate cuando ya me tenía todo abierto y me entraba toda su verga en mi culo, sentía su calor y si exaltación. Yo me quejaba de placer y de dolor, quería acabar pero no podía. Una y otra vez, hasta el fondo, me abría, sentía sus bolas, quería que acabara, miraba su cara y quería sentir su semen en mi culo, quería toda la experiencia, la sacaba y la volvía a meter, me dolía pero ya no importaba, quería que me follara, no aguante más y me comencé a acariciarlo con deseo, lo quería todo adentro, lo cual tuvo efecto porque cada embestida era más rápida. -mira como me tienes papi- y con un fuerte suspiro, supe que había acabado. Quede agotadísimo y con el culo algo afectado. Me quede inmóvil por un rato.

Una vez recompuestos después de una ducha me aprestaba a retirarme, no sin darnos un gran beso de despedida. Y así fue como conocí a Javier.

Loading


Dejar una Respuesta


INGRESA EN TU CUENTA CREAR UNA CUENTA NUEVA

 
×
 
×
¿HAS OLVIDADO TUS DATOS?
×

Subir