Julio jamás se había masturbado tantas veces seguidas. Ya eran cinco pajas en un par de horas. Estaba muy caliente. Pensar en ese hombre lo calentaba a tal punto que la masturbación era compulsiva. A Julio no le complicaba que fuese un hombre quien le provocará esa reacción. Si bien su familia no sabía de su atracción por hombres, tenía claro que aquello no iba a ser un drama. De hecho, uno de sus hermanos salió del closet a los 28 años, por lo que si Julio se declarase homosexual o bisexual luego de un par de años de follar con mujeres, no iba a ser un gran tema para su familia. Lo que realmente complicaba a Julio es que desde el día de su cumpleaños el hombre que lo calentaba en extremo era Juan Pablo, el novio de Daniel, uno de sus hermanos mayores.

De los seis hermanos de Julio, dos son abiertamente gays; Daniel de 24 y Eduardo de 29. Daniel estudia en la universidad y fue ahí donde conoció a su pareja, Juan Pablo. De 28 años, 1.82 m de estatura, tez blanca, pelo castaño claro y una complexión atlética, Juan Pablo es esa mezcla perfecta entre una persona que da la impresión de ser formal, de vida sana, sin excesos y un tanto nerd, pero que al mismo tiempo mantiene sus dosis de masculinidad y atractivo sexual irresistibles.

Julio conoció a Juan Pablo meses atrás, en una fiesta que su hermano Daniel realizó en el departamento en el que vive con un par de compañeros de la universidad. Daniel invito a Julio y a su hermano Eduardo. Como Julio no conocía muy bien a nadie en la fiesta, salvo a sus dos hermanos, se las arregló para interactuar con algunos compañeros y amigos de Daniel. Entre los invitados estaba Juan Pablo. Por aquel periodo, Daniel no tenía una relación con Juan Pablo. Según tenía entendido Julio y el círculo social cercano, su hermano Daniel llevaba 4 años con otro chico, Nicolás, quien también estaba en la mencionada fiesta. Por esta razón, Julio se sorprendió al ver lo que sucedió antes de marcharse del departamento de su hermano.

Cuando ya finalizaba la fiesta, Julio subió al segundo piso del departamento de su hermano para ir al baño. Justo antes de salir del baño, Julio escucho una voces, abrió ligeramente la puerta y diviso que en un dormitorio continuo, con la puerta entreabierta, estaba Juan Pablo y su hermano Daniel. Quizás por el alcohol, ni Daniel ni Juan Pablo se percataron que puerta estaba semi abierta. Julio vio como Juan Pablo se acercó a Daniel y lo beso en la boca apasionadamente. En unos segundos, su hermano Daniel se puso de rodillas, bajo los jeans de Juan Pablo y comenzó a chuparle el pene. Como Juan Pablo estaba de espaldas a la puerta, Julio no pudo ver su pene, pero veía como este movía los brazos como si tuviese tomada la cabeza de Daniel para controlar el ritmo y la intensidad de la felación. En aquel momento, un ardor comenzó a recorrer todo el cuerpo de Julio. Sentía envidia de su hermano, pero estaba excitado. Quería masturbase ahí mismo y acabar. O mejor, sintió un impulso de entrar al dormitorio y unirse a su hermano. Pero no, esa idea era demasiado para él.

Julio no quiso ver más y antes de salir del baño hizo un poco de ruido para que su hermano Daniel y Juan Pablo cerrasen la puerta. Julio salió apresurado por el pasillo a la escalera y llamó a su hermano Eduardo para marcharse del departamento.

Ya en casa, recostado en su cama, Julio pensaba; ¿Su hermano le era infiel a su novio? ó ¿la relación de su hermano y Nicolás era un relación abierta?. “Quizás fue solo un momento de debilidad de mi hermano”, se decía Julio a sí mismo. Juan Pablo era muy atractivo, por lo que tener una oportunidad de tener sexo con él era difícilmente rechazable. Sin ir más lejos, en aquella fiesta varios invitados intentaron acercarse a Juan Pablo, pero Julio vio a Juan Pablo besar a un compañero de Daniel toda la noche, por lo que había asumido que aquel joven era el novio de Juan Pablo.

Por alguna razón, la imagen de su hermano teniendo sexo oral con Juan Pablo aparecía a cada minuto en la cabeza de Julio. Al principio pensó que podía deberse al impacto de ver a su hermano con una sexualidad tan libre o siendo infiel a su novio, pero no. Aquello le excitaba mucho. Más de lo común. Sentía que también debía probar el sexo oral con un hombre.

La primera vez que Julio tuvo sexo fue a los 15 años con una chica de la escuela secundaria donde estudiaba. En aquellos tiempos no se imaginaba la posibilidad de excitarse con hombres. La vida de Julio era la de un chico heterosexual cualquiera; chicas, futbol, fiestas del curso y estudio. A los 17 años fue la primera vez que vio antes sus ojos, en vivo y en directo, un acto homosexual. Estando en casa, Julio se levantó a beber agua y se percató que en la cocina estaba Daniel con su novio Nicolás, abrazados como si fuesen solo un cuerpo, besándose y pasando sus lenguas por el cuello y labios. Aquella postal despertó la curiosidad de Julio. En los siguientes días, comenzó a a ingresar regularmente a páginas de pornografía gay y a masturbarse pensando en hombres desnudos, orgías gays y sexo anal. Sin embargo, ninguna de sus fantasías eran los suficientemente intensas para atreverse a tener sexo con hombres o para declararse como gay. Tampoco había conocido a algún chico que le quitase los sueños o que le hiciera dudar tanto de su sexualidad.

Días después de la fiesta en la casa de su hermano Daniel, comenzó a rondar en la cabeza de Julio la idea de hablar con Daniel, contarle que era gay y pedirle que lo ayudará a concretar una cita con algún chico, para poder tener su primera vez con un hombre. Sonaba un tanto ridículo, pero al meditarlo no parecía tan descabellado, ya que Julio no era un chico para desmerecer; era masculino, de tez morena, rasgos juveniles, pelo negro y corto, estatura 1.76 m, de complexión media y un culo levantado, redondo y bien formado. Seguramente a algún amigo de su hermano le gustaría experimentar con un joven de buen culo que quiere su primera vez con un hombre. Quizás ese hombre podía ser Juan Pablo.

Sin embargo, los planes de que el primer hombre de Julio fuese Juan Pablo se vinieron abajo 2 semanas después de la mencionada fiesta. Daniel llego a la casa de la familia, tomado de la mano de Juan Pablo, presentándolo como su nuevo novio. La situación se volvía cuesta arriba. Su hermano difícilmente aceptaría que su propio hermano follara con su novio. Lo mejor era buscar otra alternativa. Otro hombre.

Dos meses después de la fiesta, Daniel organizó una nueva fiesta en su departamento. Cerveza, cigarros, música y conversación era el panorama para esa noche de viernes. Julio no tenía muy claro si asistir o no. Sin embargo, su hermano Eduardo quería ir y motivo a Julio a asistir.

Al llegar al departamento, Julio contabilizo que habían otros 15 chicos. Daniel le presento a Julio algunos amigos y compañeros. Danilo, Felipe, José, Sergio, Alejandro, David, Ricardo y Hugo eran algunos de los nombres de los amigos de Daniel. También estaba Nicolás, el ex-novio de Daniel, y en una esquina estaba Juan Pablo hablando con un hombre de más de 30 años, rubio, de 1.90, tez blanca y realmente muy guapo. Según supo durante la noche, su nombre era Antoine. Según comentaban algunos compañeros de Daniel, Antoine era amigo de Juan Pablo y tenía novia, con quien llevaba un par años. Julio se entretuvo un rato con los chismes acerca de la sexualidad de Antoine.

Con el pasar de las horas, aumentaron los vasos de alcohol vacíos en la mesa y el departamento se puso más caluroso. Daba la sensación de que el ambiente era la antesala de una orgía, lo cual incomodo mucho a Julio, puesto que si alguno de los compañeros de Daniel le proponía algo sexual, no sabría si aceptar. Sería su primera vez y de paso sus hermanos se enterarían de que es gay.

Para pasar un poco la calentura, Julio se levantó del sofá, camino a la terraza y vio que estaba Juan Pablo besando a Daniel frente a Nicolás, el que no parecía incómodo con la situación. No era buena idea interrumpir el momento, así que camino en dirección contraria. Sin embargo, en otras partes del departamento el ambiente no estaba menos intenso.

En una esquina, al lado de la puerta de cocina, estaba su propio hermano Eduardo besándose con un chico del cual Julio no sabía su nombre, pero que era compañero de Daniel. En tanto, en otra esquina de la sala de estar, bajo una luz tenue y perfecta para el momento, un amigo de Juan Pablo, un tal Danilo, besaba y manoseaba el culo apasionadamente a un chico llamado Sergio. Se besaban con tal intensidad que parecían no darse tiempo para respirar. Sin duda se habían olvidado que otras 15 personas estaban en el departamento. Aquello solo podía describirse como sexo con ropa y de pie. Danilo era más alto y más fornido que Sergio, el cual era delgado y de baja estatura, por lo que Sergio debía estirarse para alcanzar la boca de Danilo. Los brazos de Danilo era gruesos y fuertes, por lo que al abrazar a Sergio con tal fuerza parecía que iba asfixiarlo. Cuando Sergio logro un espacio para mover y bajar uno de sus brazos, los dirigió de inmediato a la entrepierna de Danilo, para poder tocar su pene erecto, el cual sobresalía formando un gran bulto en su pantalón. Sergio manoseo el bulto de Danilo unos segundos hasta que se percato que varios observan con interés la situación. Danilo tomo de la mano a Sergio y subieron las escaleras al segundo piso para seguramente terminar lo que estaban haciendo en el baño o en una cama. Cuando Danilo y Sergio pasaron a menor distancia de Julio para subir las escaleras, Julio pudo ver que Sergio era el chico con el cual Juan Pablo estuvo besándose en anterior fiesta de Daniel.

¿Te gusto? – dijo una voz atrás de Julio. Era un amigo de Juan Pablo llamado José.

eeeem – respondió Julio con una cara de cierta duda.

¿Tú eres el hermano de Daniel no? – pregunto José.

Si, soy el hermano menor.

¿Y eres gay? – Nuevamente Julio respondió con un eeemm , pero más largo.

Tranquilo – dijo José – Por la forma en que miraste a Danilo y Sergio, eres gay – concluyó José con una sonrisa en su cara.

Julio miro con cierto rostro de vergüenza a José y volteó la cara para ver como Antoine subía las escaleras con un chico llamado Alejandro. Julio pensaba que Antoine no iba a besar a un hombre en público, puesto que se arriesgaba a que alguien le tomara una fotografía, la cual podía llegar a manos de su novia. Sintió un impulso por subir las escaleras y ver que iban a hacer Alejandro y Antoine, pero giró la cabeza y miro a José.

En aquel momento, Juan Pablo pasó frente a Julio, para también subir las escaleras. Sin conciencia de que estaba al lado de José, Julio miró a Juan Pablo todo su paso con un rostro que fue leído con exactitud por José.

¿Te gusta el novio de tu hermano? – dijo José con un tono de diversión.

¿Que dices?. ¡no, no me gusta! – Dijo con Julio intentando ser tajante – Voy a baño.

No se le ocurrió ninguna forma para terminar la conversación más que ir al baño, lo que lo obligaba a subir al segundo piso. Cuando subía las escaleras, escucho unas voces y prefirió ingresar al baño más cercano de ese dormitorio. Desde ahí podía observar lo que pasaba en el interior del dormitorio ya que la puerta estaba abierta. Estaba Juan Pablo hablando con Sergio.

¿Con quien vas a tener sexo? – pregunto Juan Pablo.

Con Danilo. ¿Tienes condones que me des? – pregunto Sergio.

Sí en la mochila.

¿Tú necesitas? – pregunto Sergio.

No. Quiero follar a Daniel sin condón – dijo Juan Pablo, lo que provoco una sensación extraña en el estomago de Julio.

Me sucedió algo – dijo Sergio con un tono de preocupación – Danilo me pidió tener una relación más seria con él. Quiere ser mi novio o algo así.

¿Y tú que le dijiste? – dijo Juan Pablo con curiosidad

Que yo estaba contigo, obvio. No le quise contar que estoy saliendo con Alfredo y Luis también – dijo Sergio.

En ese momento la conversación se detuvo y para ver que sucedía, Julio asomó su cabeza por la puerta y vio a Juan Pablo y Sergio besándose. ¿Juan Pablo le es infiel a mi hermano con Sergio?, pensaba Julio con enorme sorpresa. ¿Que es lo que debía hacer?¿Contarle a Daniel para que la relación entre Daniel y Juan Pablo terminase? ¿Cabía posibilidad de follar con Juan Pablo, si Daniel terminase con Juan Pablo?. Muchas dudas entraban en la cabeza de Julio. Antes de que terminaran de besarse, Julio dejo de observar por la puerta y bajo las escaleras. Sentía que ya había sido suficiente por el día. Comenzó a buscar a su hermano Eduardo pero no lo encontraba. En ese momento José se acercó a Julio le dijo en voz baja.

No eres el único que quiere follar con Juan Pablo.

¿Tú también? – dijo Julio con tono sarcástico.

Yo ya follé con él. Dos veces. Pero él no es mi tipo. Es mi amigo y nada más. Quizás si le pides que te folle lo haga. Juan Pablo es promiscuo.

Pero Juan Pablo esta de novio con mi hermano – dijo Julio con un tono de duda.

Pero tu hermano también folla con quien se le da la gana – contesto José con una risa sarcástica. – Además, que yo sepa Juan Pablo tiene 3 movidas. Tu hermano es solo uno.

¿Que dices? – pregunto Julio con tono de sorpresa.

Si. Juan Pablo tiene una relación con tu hermano y con Sergio, el chico que se estaba besando con Danilo. Y según sé, Juan Pablo además tiene algo con un antiguo compañero de Sergio, de la secundaria. Un tal Antonio.

Julio miro con cara de sorpresa a José y dijo: ¿quieres decir que mi hermano sabe que Juan Pablo tiene sexo con otros hombres?

Si – contesto José – De hecho tu hermano folla con Juan Pablo con el permiso de Sergio.

Julio miraba extrañado y trataba de entender lo bizarra de la situación. Su hermano presentaba como novio a alguien que no solo tenía otras relaciones, sino que aceptaba que eso fuese así.

José continuó hablando – Juan Pablo lleva años en una relación abierta con Sergio. Sergio tiene sus propias relaciones y Juan Pablo las suyas. Y en ocasiones comparten. Cuando Daniel y Sergio ingresaron a la universidad tuvieron algo. No sé. Quizás solo fue sexo. Cuando Juan Pablo empezó una relación con Sergio, Daniel le pidió a Sergio si podía permitirle tener sexo con Juan Pablo. Siempre que Juan Pablo aceptara. Según sé, Sergio convenció a Juan Pablo y un día x vimos como Juan Pablo besaba a Daniel en el patio de la universidad. Ahí todos supimos que algo había pasado entre los dos.

No sabía esa historia – dijo Julio con un tono de incredulidad. La historia resultaba extraña. ¿A Sergio no le molestaba que Daniel tuviese sexo con Juan Pablo? ¿Sergio y Daniel también tenían sexo?. Los pensamientos de Julio fueron interrumpidos por la voz de José.

Si quieres tener sexo con él podrías hablar con tu hermano o Sergio. Seguramente no les va a complicar compartir unos 15 minutos el pene de Juan Pablo jajaja – dijo José riéndose.

Cuando Julio diviso a Eduardo, se acercó a él y le pidió marcharse del departamento. Tenía la cabeza llena de pensamientos e ideas de lo más descabelladas y eróticas. Se imaginaba a él follando con Juan Pablo. Aparecía en sus pensamientos Danilo, Sergio, Antoine y su hermano. Estaba tan caliente que apenas llegó a su casa, cerro con llaves la puerta de su dormitorio y se desnudó. Se recostó y comenzó a masajearse el glande y a mover de arriba hacia abajo el forro de su pene. Poco a poco comenzó a aumentar en ritmo y en intensidad. En su cabeza transitaban todo tipo de imágenes. El pene de Juan Pablo ingresando en el culo de su hermano Daniel. Sergio chupando el pene de Antoine. Danilo besando a Daniel. Miles de morbosidades. La respiración de Julio fue en aumento poco a poco. Su pene estaba grueso, rojo, con las venas marcadas y el glande muy liso y grande, como si fuese a reventarse. Cuando en su cabeza se vio a él mismo siendo penetrado por Juan Pablo, un chorro de semen salto desde su pene y mancho sus sabanas. No le quedaron fuerzas para limpiar. Cerro los ojos y cayo rendido.

Julio no había planificado nada para su cumpleaños. Es cierto que 19 años no se cumplen todos los días pero ya había tirado la casa por la ventana para sus 18 años. Así que esta vez quería tranquilidad y no tener que preocuparse por invitados. A eso de las 5 de la tarde, Julio recibió un llamado de su hermano Daniel.

¡Feeeeliz Cumpleaños hermano! – dejo Daniel con entusiasmo.

Gracias. ¿Cómo estás? – dijo Julio.

Bien bien. Te llamaba porque te espero hoy a las nueve de la noche acá en mi departamento.

¿Para qué? – pregunto Julio con mucha curiosidad.

Eduardo te organizo una fiesta para ti. Van a estar algunos compañeros tuyos y amigos míos. Tú sabes. No les dije a todos los hermanos porque sabes que en mis fiestas a veces hay amigos que se ponen calientes. Igual invite a tu hermano Camilo, pero solo a él.

Julio quedó muy sorprendido por la fiesta, pero ya estando todo organizado, Julio solo debía decir sí. A eso de las nueve y media de la noche, Julio estaba en el departamento de su hermano compartiendo con algunos compañeros del instituto y algunos amigos de Daniel. Estaba Alejandro, Sergio, David, Ricardo, un tipo que jamás había visto llamado Alfredo y otro desconocido que se llamaba Luis, el cual parecía haber estado con abstinencia sexual puesto que durante toda la noche parecía un tanto desesperado por conseguir algún encuentro; abrazaba a Daniel de forma morbosa, intentaba obtener un beso del tal Alfredo e intento durante varios minutos llevarse a su hermano Eduardo al baño.

Al ser más los amigos de Julio que los de sus hermanos, los amigos de Daniel se mostraron menos voyeristas y más contenidos que en la última fiesta. Rara vez se besaban o abrazaban frente a todos. Solo cuando Julio iba al baño del segundo piso podía ver actos más sexuales en los dormitorios como Alfredo besando a Sergio o Luis intentando manosear a cualquiera.

Ya a las 3 de la madrugada varios asistentes estaban un tanto pasado de copas y otros derechamente buscaban sexo. Las pocas mujeres asistentes ya se habían marchado y lo que quedaba podía ser presa para alguna conquista homosexual. Julio no veía donde estaba su hermano Daniel y alguno de sus amigos como Alfredo, Luis y Sergio. Buscando a su hermano Eduard, diviso a Juan Pablo preparándose un trago. Cuando finalizo, Juan Pablo miró a Julio y le hizo un seña. Con sorpresa, Julio se acercó y Juan Pablo le dijo al oído:

Te tengo un regalo de cumpleaños, acompáñame al segundo piso.

¿Un regalo? pensaba muy extrañado Julio. No era necesario ir a un dormitorio para que Juan Pablo le entregase su regalo. Pero quizás, el regalo era de otro tipo. Era algo que no se podía ver.

Juan Pablo hizo entrar a Julio al dormitorio más pequeño donde había solo una cama de una plaza, con un poco de ropa sobre ella y una mesa. Julio se dio vuelta y vio como Juan Pablo cerraba firmemente la puerta.

Tengo un regalo para ti – dijo Juan Pablo.

Sin previo aviso Juan Pablo se acercó a Julio y lo besó fuertemente en los labios. Julio sentía como sus lenguas se topaban y como hasta el aliento de Juan Pablo le producía excitación. Juan Pablo abrazó fuertemente a Julio, de igual forma que Danilo abrazaba a Sergio en la fiesta anterior. No era un abrazo incómodo. Era un abrazo que generaba una presión que solo producía excitación. Haciendo lo mismo que hizo Sergio aquella vez, apenas pudo mover su brazo, Julio los bajo para tocar la entrepierna de Juan Pablo.

Juan Pablo tenía su pene erecto. Palpitó que el pene era grande y grueso. Julio quería verlo y metérselo en la boca. No importaba que fuese el pene del novio de su hermano. Solo quería chupárselo y que Juan pablo acabase en su boca. Julio se agacho, le bajo los pantalones y tuvo frente a si un enorme pene de más de 20 cm, grueso y erecto. El glande era grande, ancho y parecía que estuviese a punto de reventarse. Julio tomó el pene de Juan Pablo y se lo metió a la boca. Era delicioso. Pasó su lengua por debajo del pene y por los testículos. Con su saliva humedecía el pene y saboreaba las primeras gotas del líquido preseminal. Luego de unos minutos de felación, Julio sintió como las manos de Juan Pablo estaban en su cabeza. Juan Pablo empujaba la cabeza de Julio para que este se tragase por completo los 20 cm de pene. Julio sentía el pene en su garganta y le producía arcadas. Juan Pablo soltó la cabeza de Julio y pusos sus manos en las axilas a Julio para levantarlo. Con Julio de pie, Juan Pablo tomo de la cintura a Julio y lo beso.

Lo chupas increíble – dijo Juan Pablo y beso nuevamente a Julio con intensidad.

Mientras seguía besándolo, Juan Pablo le abrió el cierre del pantalón a Julio y comenzó a bajarle los pantalones. Juan Pablo se arrodilló y se introdujo en la boca el pene de Julio. Julio sentía como la lengua de Juan Pablo pasaba por su pene para luego tragarse por completo su pene. Cada cierto tiempo, Juan Pablo escupía el pene de Julio para humedecerlo. Julio estaba respiraba con mucha intensidad, pero no quería quejarse en voz alta para que nadie se diera cuenta que estaba en ese dormitorio con el novio de su hermano. Su excitación iba en aumento e intentaba con todas sus fuerzas controlar una inminente eyaculación. No quería acabar. Quería más.

Juan Pablo se levantó y continuó besando a Julio mientras se sacaba la ropa. En un par de minutos, tanto Julio como Juan Pablo estaban desnudos besándose y rozándose sus erectos penes. Juan Pablo puso sus manos en las nalgas de Julio y empujaba con fuerza el cuerpo de Julio hacia su cuerpo.

Date vuelta – dijo Juan Pablo.

Julio giró, Juan Pablo lo ayudó a ponerse en cuatro sobre la cama y tomo sus nalgas para abrirlas. La lengua de Juan Pablo comenzó a recorrer lentamente la linea del culo hasta el ano de Julio, el cual no podía mas de la excitación. Julio sentía como su ano se contraía y abría cada vez que Juan Pablo escupía e introducía su lengua o un dedo en su ano. Después de unos minutos, Juan Pablo se levantó, beso a Julio y le dijo al oído:

Te dolerá un poco, pero aguanta. Te lo voy a meter sin condón.

Juan Pablo tomo un botella de la mesa y puso el líquido de la botella en su pene y en el ano de Julio. Era un lubricante. Poco a poco Juan Pablo introdujo su erecto y grueso pene en el ano de Julio. Dolía, pero Julio sabía que debía aguantar. Era su primera vez, no lo quería arruinar. Cuando ya estaba todo el pene en el interior, Juan Pablo comenzó a sacarlo lentamente y acerco su cara a la de Julio para besarlo y decirle.

Tienes un culo delicioso. Estas tan rico como tu hermano. Quiero llenarte de mi leche.

Juan Pablo introdujo nuevamente su pene en el culo de Julio y comenzó a sacarlo y meterlo lentamente. Julio se quejaba. Sentía dolor, pero no era un dolor insoportable. Era placentero. Poco a poco los movimientos comenzaron a aumentar en intensidad y frecuencia. Juan Pablo ya lo metía con fuerza. Estaba muy excitado.

Después de unos minutos meterlo y sacarlo, Juan Pablo lo introdujo con toda su fuerza, apoyo su cuerpo en la espalda de Julio, tomo la cabeza de Julio con una mano para voltearla y plantarle un beso. Julio sentía como cada chorro y gota de semen de Juan Pablo salía por su pene dentro su culo. Juan Pablo eyaculaba mientras lo besaba. A esa altura Julio ya no tenía dolor, solo quería acabar. Juan Pablo sacó lentamente su pene, puso de frente a Julio. Se arrodilló comenzó a chuparle el pene a Julio, el cual no pudo aguantar y eyaculó de inmediato dentro de la boca de Juan Pablo. Julio jadeaba pero intentaba no levantar la voz. Aquello era lo más placentero que había experimentado. Juan Pablo seguía chupándosela con su boca y labios llenos del semen de Julio. Unos segundos después, se levantó con su boca con semen, besó a Julio un par de minutos. Fue el mejor beso de su vida. En ese momento Julio tuvo conciencia de lo que había sucedido. Había tenido sexo con el Novio de su hermano. No daba crédito a lo que había sucedido. Era una experiencia inolvidable pero al mismo tiempo generaba una serie de conflictos que no sabía como iba a poder manejarlo.

Juan Pablo percibió que Julio no podía creer lo que había pasado, pero en vez de decirle algo, ayudo a a recostar a Julio en la cama, el abrió las piernas y se recostó en encima del cuerpo desnudo de Julio poniendo su pelvis entre las piernas para que sus penes rozaran. Se abrazaron un par de minutos sin decirse ni una palabra. Fue el final perfecto para una primera vez con un hombre. Unos minutos después, Julio sintió ruidos en el pasillo y Juan Pablo se levantó apresuradamente. Se vistió rápido sin decir ni una palabra y salió de prisa de la habitación. Julio se quedo un par de minutos recostado. Pensaba como iba a mirar a su hermano después de haber follado con su novio.

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