Lo has vuelto a hacer. Has desaprovechado las cenas con amigos y familiares para aclarar de una vez por todas cuál es tu orientación sexual y dejar de escuchar el “y tú, ¿cuándo nos presentas a tu novio/a?”. No seguir las normas sociales en cuanto a nuestras relaciones está genial para nuestras vidas privadas, pero a la hora de enfrentarnos a la presión social no nos ayuda mucho, la verdad.
¿Cómo contarle a tu familia y amigos que tu sexualidad no es normativa? Tras una Navidad llena de preguntas con respuestas esquivas has decidido que a la próxima reunión te lo llevas preparado, por eso os vamos a contar qué hacer para salir del paso y sin que nadie salga herido.
¿Por dónde empiezo?
No hace falta que te digamos que la sinceridad y actuar con normalidad es lo que mejor funciona, pero eso ya lo sabes y no siempre somos capaces de hacerlo. Hay que darse cuenta de que lo que para ti es totalmente natural, para tu abuelo es lo más extraño que ha oído en su vida.
Vayamos por partes. Hay que reconocer que no es lo mismo asumir de una vez por todas delante de tu familia y amigos que eres lesbiana o gay que tener que explicarles que tienes una sexualidad fluida y que te acuestas con quien te apetece cuando te apetece sin distinguir géneros ni orientaciones. Podemos atrevernos a decir que en la mayoría de las casas está aceptado que la homosexualidad existe y es real (vale puede haber excepciones y que el panorama no sea tan halagüeño), pero vamos a suponer una situación no tan extrema. Contarles que a ti “te va de todo” no siempre es muy bien recibido y puede haber algún que otro susto.
¿Cómo contarles que eres lesbiana o gay?
Puedes hacerlo de muchas maneras, pero todo se reduce básicamente a dos: se lo dices directamente o lo asumes y cuando llegue el momento de presentarles a tu pareja lo haces de golpe. Decirles abiertamente como dando un discurso que eres gay o lesbiana puede parecer un poco peliculero. Si te va la oratoria aprovecha una de esas cenas en las que os sentáis todos a una mesa para hacer un brindis por el sexo entre personas del mismo género y suéltalo todo. Lánzate a la piscina sin pensarlo mucho, de cabeza.
Si no es tu caso, eres más de secretitos, cuéntaselo a tu madre, a tu padre, a tu tía o a quien tú quieras y pronto se irá corriendo la voz. De repente entre plato y plato oirás un “así que eres gay/lesbiana” y solo tendrás que afirmar y llenarte la boca para no poder hablar en un rato.
La segunda opción es un poco complicada porque implica a otra persona. Esto tiene un punto positivo y otro negativo. En parte tienes el apoyo de esa persona, pero como no salga como lo has pensado vaya rato le vas a hacer pasar. Esa amiga/o que siempre está contigo, con la que sales, con la que te quedas a dormir… ya está aceptada en la familia como una más pero no la habían visto de esta forma. Poco a poco con comentarios, con gestos o directamente diciéndolo debes romper esa imagen de amiga/o para convertirlo en la persona a la que te tiras. Si tu situación no es así, pero estás en una relación en la que te sientes a gusto y quieres compartirlo con los tuyos, hazlo. Sincérate y admite delante de ellos que mantienes una relación gay o lésbica. Si se lo/la presentas será más sencillo. Verán que eres feliz y que ambas/os estáis contentos y las ideas preconcebidas se irán esfumando.
Cuando tu sexualidad no es tan “sencilla” sino que eres bisexual, poliamoroso, swingero simplemente, vives libremente sin adscribirte a etiquetas, ¿cómo se lo cuentas? El primer consejo que te damos es que no tienes que sentirte obligado a dar explicaciones a nadie, sea quien sea. Tú eres libre de vivir tu sexo y disfrutar como te apetezca y no necesitas sentirte juzgado, así que cuéntalo siempre y cuando te sientas preparado y sepas que no te va a repercutir negativamente.
Por otro lado, tienes que tener en cuenta que para ellos estás hablando en sueco. A no ser que tengas suerte y pertenezcas a una familia abierta, no entenderán qué es lo que estás diciendo, por qué no eliges a una persona y ya está. Ante todo, cuenta lo que a ti te apetezca contar. No hace falta que les des toda clase de detalles y descripciones de cómo es la vida íntima de un poliamoroso, bisexual o freerider del sexo. Tan solo limítate a aclarar el término, explicar en qué consiste y si quieres, contar cómo lo vives tú. Pero recuerda que siempre debes respetarte a ti mismo y que tú pones los límites.
¡Nosotros somos swingers!
¿Lo complicamos un poco más? Tienes una pareja a la que conocen y forma parte de la familia, hablando sobre sexo y “modernidades” que oyen en la tele tú vas y confiesas que vosotras/os sois swinger o tenéis una relación abierta. Lo primero prepárate para el estallido de cerebros, cortocircuitos y caras con expresiones indescriptibles. En ese momento es cuando te preguntas qué necesidad había de decir nada. Te recomendamos que vuelvas a lo mismo, cuando todo el mundo recobre sus sentidos puedes explicar en qué consiste realmente y quitarles de la cabeza algunas ideas que gracias a la tele tengan hechas sobre el tema.
Lo más importante es que seáis naturales, si para ti es algo totalmente normal, natural y habitual, para ellos será más fácil aceptarlo. Si tienes algo de suerte hasta igual se les abre un poco la mente.