Con dos en mi cola por primera vez - relatos gay

Con dos en mi cola por primera vez

En la zona de Avenida Santa Fe conocí muchos hombres, algunos no tuvieron importancia y no dejaron detalles dignos de contar,

pero Roberto fue uno de los que más recuerdo, era unos 15 años mayor que yo, lindo, bien pintón, más alto que yo,

bueno cualquiera es más alto que yo,

lo levanté con el auto, estaba parado en una esquina, paré al verlo y después de unas miraditas,

se acercó a la ventanilla del lado del acompañante y después de una breve charla, subió al coche,

fuimos a una oficina en el barrio del Once,

él trabajaba allí y tenía la llave,

me dijo que a esa hora de la madrugada, no había nadie en todo el edificio, ni entrar nos iban a ver.

Entramos en un edificio antiguo,

subimos por un ascensor de esos de rejas, bien viejito,

estaba todo en absoluto silencio,

como él había dicho, no había nadie en ningún piso.

Entramos a una oficina, era un salón amplio y me llevó a su oficina privada en el fondo,

allí había un escritorio, un par de sillas y un sillón bien amplio.

Se paró frente a mi y comenzó a desprender los botones de mi camisa,

me gustaba usar camisas para que me desnuden lentamente.

Y me quitó la camisa y busco mis pezones que ya resaltaban ya que se me ponían duritos enseguida, y me los acarició suavemente,

El, me besó en la boca, mientras yo llevé una mano a su bulto, que ya mostraba un prominente pedazo,

al sentir que ya estaba duro, empecé a bajarle el cierre del Jean y él me ayudó sacándoselo por completo.

Me arrodillé para sacarle el calzón y quedó ante mi vista,

una hermosa pija, no era demasiado grande, pero se la veía divina, bien firme y erecta,

al tocarla sentí que estaba durísima, siempre me apasionó chupar una verga bien dura,

no disfruto mucho una pija dormida y tener que despertarla yo.

Lamí primero sus huevos, que colgaban llenitos de leche,

se notaban bien cargados, ya dije en otra ocasión lo que me apasiona sentir la dulzura y fragilidad de los huevos de un macho en mi lengua,

y sentir su olor a hombre en mis labios, después de saborearlos un buen rato y notar el goce que le producía a mi nuevo y eventual amante,

dediqué varios minutos a sentir ese pedazo hermoso y bien duro adentro mío, era como pajearlo con los labios,

hice que entre y salga casi entero de mi boca de maricón,

mientras disfrutaba tocando sus testículos y él apretaba fuerte mis pezones haciéndome sentir goce y algo de dolor al mismo tiempo,

una combinación perfecta para mi.

Roberto estaba muy excitado,

y yo también lo deseaba muchísimo después de ese largo rato de previa,

no aguantamos más, y él se quitó la remera y yo mi pantalón, quedando ambos totalmente desnudos,

nos mirábamos comiéndonos con los ojos, me llevó frente al sillón y parado detrás mío,

me hizo sentir su pene duro apoyándolo en mis nalgas,

y apretando mis pezones, me dijo al oído…

– me vas a entregar esta cola, sabes que te voy a coger ¿no?

– si, lo sé papi – contesté dando vuelta mi cabeza, poniendo mi mejor cara de putito entregado.

Me hizo poner en cuatro en el borde del sillón, con la colita para afuera,

al ver mi orto expuesto y a su disposición por primera vez, exclamó…

– que culo hermoso tenés, como te voy a coger nene

Cerré los ojos, me mordí los labios, paré bien la colita,

separé mis nalgas con mis manos, le pedí que se ponga algo y esperé unos segundos, que parecieron eternos,

que apoye esa divinura y me la ponga bien adentro, sentí como su glande se abría paso dentro de mi hoyito,

y vencía rápidamente la escasa resistencia que le ofreció mi ano,

sentí y gocé como entraba cada uno de sus 18 centímetros de largo.

– ya está putito, ya sos mío nene, ya la tenés toda adentro marica

Decía dejando bien claro, que él era el macho, y yo su puto maricón.

-Ahh papi, por favor como me coges, que lindo sos, mmm por Dios que placer me das mi amor.

Repetía yo mientras gemía y jadeaba demostrando el placer que me estaba dando.

Ya era muy tarde,

nos habíamos visto en esa esquina casi de madrugada, la noche se había hecho larga buscando un encuentro.

Así que lo alcancé hasta su casa, en la que vivía con sus padres.

Nos pasamos los teléfonos, y quedamos en volver a encontrarnos para coger, porque la habíamos pasado muy bien.

Un par de veces nos encontramos cerca de su oficina,

después de las 10 de la noche porque sabía que hasta el portero desaparecía a esa hora.

En esos encuentros me volvió a coger muy bien y dándonos mutuamente muchísimo placer.

Lamentablemente dejo de trabajar en ese lugar y ya no teníamos donde encamarnos,

como ambos nos teníamos muchas ganas, buscamos de todas formas la manera de hacerlo,

en una ocasión, habían pasado varias semanas y no podíamos esperar más.

Nos encontramos bien tarde, tipo 12 de la noche, me llevó al edificio donde vivía con sus padres,

era una torre como de 20 pisos subimos hasta el último, allí en la escalera que llevaba a la terraza,

había un espacio donde no había departamentos, a esa hora era imposible que alguien suba a la terraza, la puerta estaba cerrada con llave,

y él no la tenía, y además hacía algo de frío, por eso no salimos a hacerlo en ella.

Así que me garchó en silencio en los fríos escalones, una cagada,

no la pasamos muy bien, para la siguiente desistimos de volver allí,

y decidimos dar una vuelta en mi auto por la zona donde nos conocimos, buscando encontrar algún amigo de alguno de los dos,

o en su defecto levantarnos un tipo cualquiera que tuviera lugar y que quiera hacer un trío con un activo y un pasivo.

Sería algo impensado en esta época por el tema de la inseguridad,

nadie en su sano juicio hoy día, llevaría a dos desconocidos a su casa.

Pero en esos años, se vivía de otra manera,

si bien no había mucha libertad para los homosexuales, se podía caminar por la calle a la madrugada, sin tener miedo a ser asaltado.

Lo hicimos un par de veces, en la primera no encontramos a nadie y terminamos estacionando bien tarde,

cerca de su casa en un lugar oscuro y solo le hice una mamada rápida.

Pero la segunda vez que lo intentamos, tuvimos suerte, a Roberto le pareció ver a un tipo de alrededor de 40 años, que lo tenía visto de estar otras veces dando vueltas,

se bajó del auto y fue a hablar con él, le explicó nuestra situación y que era lo que buscábamos,

le aclaró que él solo era activo y que buscaban otro activo para darme a mí entre los dos.

Increíblemente se dio todo perfecto, era activo,

le entusiasmaba la idea de cogerse un puto, con alguien como él en un trío,

vivía solo y no tuvo reparos en hacernos subir a su departamento,

¿qué tal si éramos dos delincuentes que le desvalijaban la casa? Pero no lo pensó o le inspiramos confianza.

Antes de llevarnos a la casa quiso ver cómo era yo, tampoco era cuestión de tener que cogerse a Cuasimodo.

Vino con Roberto al auto, se subió atrás, y después de conversar un par de minutos, me indicó donde vivía y fuimos a encamarnos.

Estacionamos cerca del edificio donde vivía y subimos a su departamento, sin mucho preámbulo nos desnudamos los tres, Roberto me agarró de la cintura se pegó a mi y me besó en la boca, el chico dueño de casa, se acercó por detrás mío, me empezó a acariciar la cola, me apoyó la verga y me besó el cuello, cerré los ojos y me dejé llevar, Robert me agarró los pezones y me los tironeo sabiendo bien el efecto que tiene eso sobre mí, nuestro anfitrión se puso de rodillas siempre detrás mío y lamio y besó mis nalgas, Roberto me chupo un pezón y luego el otro, me estaban volviendo loco, en eso Lucas que era el nombre de nuestro salvador le dijo a mi macho que se acueste en la cama con la verga hacia arriba, y me indicó que me monte sobre la pija de Roberto.

Me subí a caballito de frente sobre mi hombre,

calzando su poronga que ya estaba enfundada en un condón, dentro de mi cola casi de inmediato,

pegué un grito casi desgarrador porque fue muy de golpe, me entró toda de una, Lucas se puso un forro y se puso de rodillas en la cama,

a mis espaldas, pronto sentí que junto con la pija de mi machote, estaba intentando metérmela también,

Roberto me apretó fuerte los pezones para llevar mi atención a ellos, sentí la cabeza de la pija de Lucas que había logrado entrar un poco,

el dolor era muy intenso a pesar de que la pija de este chico no era muy grande, pero igualmente dos pijas juntas por más que una no sea muy grande es difícil de soportar,

y yo nunca lo había hecho, solo una vez uno de los serenos de la fábrica que les conté una vez, lo había intentado con un amigo,

pero nunca habían estado las dos al mismo tiempo, al sentir la cabeza de la de Lucas junto con toda la pija de Roberto, cerré fuerte los ojos y exclamé…

– Aahh, diablos por favor, ahhh Dios mío, que hacen, por favor nooo, ay querido no, papi por favor, ahhh mi cola por favor no, déjenme, se los suplico –

Jadeaba enloquecido, estaba casi llorando, parecía que el corazón se me salía del pecho, Roberto la sacó un poquito sin hacerlo del todo para darle un poco de espacio a la pija de Lucas, y éste logró meterla toda a pesar de mis gritos y quejas, sentía mi culo abierto como cuando el odontólogo me había dilatado con el especulo vaginal, me dolía la panza como si me fuera a hacer encima, perdón pero es la verdad, afortunadamente era solo una sensación, luego de un par de minutos que parecieron eternos, lograron estar los dos adentro mío, el dolor aminoró al conseguir dilatarme forzosamente, por un instante se quedaron los dos quietos con las dos vergas clavadas adentro mío.

Luego de esos segundos de calma, Lucas que parecía tener experiencia en hacer dobles, me pidió que me empiece a mover despacito yo solo, ellos se quedarían quietos y quería que yo prácticamente me cogiera solito, se me hizo un nudo en la garganta, estaba aterrorizado sintiendo las dos pijas, tenía miedo de moverme, Dios mío pensé, esto va a doler muchísimo, sin embargo comencé a moverme muy despacio, como si lo hiciera en cámara lenta, mi movimiento era casi imperceptible, ellos cumplieron su palabra y se quedaron inmóviles muy de a poquito fui acostumbrándome a que esos dos pedazos de carne dura estén dentro mío y logré empezar a moverme, finalmente y con ayuda de los dos que comenzaron a alternarse en los movimientos, (era físicamente imposible que entraran y salieran juntos a la vez).

Terminaron acabando los dos dentro de mi culo, obvio en los forros, yo no pude evitar mearme encima y lo mojé a Roberto todo con mi pis y claro, también la cama de Lucas, bien merecido se lo tenían los dos, jaja.

Esa fue mi primer, única y auténtica doble penetración, la anterior con el sereno y otra que tuve con dos tipos amigos tiempo después, que algún día les contaré, fue con los dos alternando la penetración, nunca juntos al mismo tiempo, bah, creo que nunca lograron meterlas juntos, quizás no me di cuenta.

No sé porque nunca más vi a Lucas, las relaciones homosexuales suelen ser así, esporádicas y muy informales, no es normal en muchos casos establecer amistades o parejas, por lo menos, para mi siempre fue así, nunca mantuve demasiado tiempo una pareja homosexual, muchas veces porque yo evitaba comprometerme y mucho más en forma sentimental y algunas otras porque lo mismo le sucedía a los demás.

No recuerdo haber visto alguna vez más a Roberto, él, no sé porque razón desapareció para siempre.

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