El día en que salí del closet
Esta historia comienza así,
sucede que yo desde que me acuerdo he tenido inclinaciones homosexuales,
siendo más joven tuve mi primera experiencia sexual con un primo,
el cual se quedó a dormir en casa una noche y precisamente en mi cama,
lo que me excito bastante y no pude dormir creo toda la noche,
y casi en la madrugada me volteé como dormido y lo abrace de la cintura a lo que mi primo no dijo nada,
poco a poco baje mi mano hasta tocar su verga que ya la tenía tiesa, y se la estuve agarrando un rato,
luego yo me volteé y él se puso detrás de mí yo le ofrecí mi culo así descaradamente,
sintiendo tanta excitación como pocas veces he sentido,
él se acomodó bien como cucharita y sentí su verga dura buscar mi culo.
No me la metió no sé por qué pero esa fue mi primera experiencia.
Confieso que he tenido lapsos de travestismo,
me gusta mucho vestirme de mujer, con vestidos entallados, medias con encaje y ligueros, zapatos altos y usar pelucas cuando estoy solo en casa,
luego alcanzo tremendas erecciones y no necesito masturbarme, sino que así solo llego a eyacular,
he comprado consoladores y dildos que me meto por el culo,
lo cual me gusta mucho, porque siento muy, pero muy rico toda una experiencia sensual.
Y bueno en mi trabajo tengo un compañero que siempre me anda provocando,
él es un tipo de unos 50 años, con pelo cano, muy alto como de 1.80, delgado con un bulto bien proporcionado,
porque se le marca la cabeza de la verga en el pantalón, y bueno muy seguido me toca las nalgas,
o llega y se me pone detrás y me lo arrima, a veces me toca los pezones y así se la vive provocándome,
hasta que una vez en una parranda de la oficina solo quedamos él y yo tomando,
como el no traía coche y yo sí, nos fuimos a buscar más cerveza y así anduvimos buena parte de la noche,
hasta que nos paramos en un parque solitario.
Él me dijo vamos a orinar? Y yo lo acompañe también a orinar, ambos nos sacamos la verga para orinar e intencionalmente se la mire,
la tenía gruesa muy gruesa aunque estaba flácida se veía que erecta estaría muy buena.
Él también me miro la mía, que es pequeña como de unos 15 centímetros nada de que presumir,
pero aun así se le quedo viendo y yo a la de él, y regresamos al coche, yo ya me había calentado viéndole su falo grueso y cabezón.
Intente encender el auto para seguir paseando pero la batería se había descargado y como era un bocho la batería estaba atrás bajo el asiento trasero y él se ofreció a checarla,
y se estiro por entre los asientos delanteros de tal manera que su pelvis quedo casi en mi cara,
y ahí pude percibir ese olor a macho, a semental,
casi casi pude oler su semen y como despistadamente acerque mi boca a la cabeza del pene que se notaba sobre sus jeans,
el sintió lo que yo hacía y como que se hizo el tonto, y me decía sigue intentando, no sé si se refería a encender el auto o a otra cosa,
fue entonces que no resistí la tentación y se lo agarre,
él se dio el sacón, y me dijo que paso? Yo le dije nada no te gusto? Y él me dijo pero a poco tu eres joto?
Y yo le dije no soy pero me gusta la verga a veces,
y le dije déjame tocártela, a lo que se resistía pero yo seguía insistiendo ya muy caliente,
y él me dijo pero somos compañeros! y yo le dije entonces porque siempre me andas provocando?
Bueno yo lo hacía de juego me dijo, pues ahora te aguantas le dije, ya me tienes bien caliente ahora me coges.
Yo le quería agarrar su tremendo bulto pero él no se dejaba, pero al fin de mucho insistirle me dijo está bien vamos,
si eso quieres, y nos fuimos a un motel a orillas de la carretera y ahí en el cuarto empezamos a cachondear,
él se recostó en la cama y me dijo vente, quítate la ropa, vas a ser mi puta hoy, si quieres verga te la voy a dar toda,
ese culito por fin va a ser mío.- yo estaba ya bien caliente,
extrañamente mi verguita no se paraba como asumiendo que yo era la hembra,
solo mi culo si latía intensamente como presintiendo la estocada que me esperaba.
Yo me quiete casi toda la ropa y me recosté junto a su lado, y él se sacó la verga que estaba un poco flácida,
pero ya empezaba a pararse, yo la tome en mis manos y se la menee, para que se parara más, y me dijo que buenas nalgas tienes cabron, y me las agarraba dándome nalgadas leves,
cosa que me excitaba mucho poniéndome caliente de diferente manera no como hombre sino como mujer,
como una hembra que quiere que la monte su macho, que le meta toda su verga caliente.
Rubén me decía cada cosa obscena, como que era su puta y que me la iba meter toda,
que iba a gozar como nunca y cosas así, ya mi culito estaba deseando ese falo que para este instante ya estaba bastante duro y creo que media algunos 18 cm bien gruesa y palpitante, con unos huevos repletos de leche.
Yo se la mame ávidamente aunque nunca había mamado una, parecía un experto porque mi baca succionaba,
subía y bajaba, mientras que él se deleitaba con la felación, mientras yo le sobaba los huevos muy grandes y supongo repletos de leche.
Nos calentamos tanto en tan pocos minutos que de pronto ya estaba de perrito y Rubén detrás de mí con su verga bien dura apuntando hacia arriba,
yo sentí que me ponía saliva en el ano, para que me entrara sus dedos, supongo que para dilatar y la penetración fuese más sencilla,
yo ya estaba a mil por hora, luego entonces sentí su pene duro rosar mi culo, porque me los sobaba en la entrada y yo suplique entonces –Métemelo ya por favor, y ni tarde ni perezoso me lo empezó a meter,
sentí que se me moría de un dolor intenso pero placentero y poco a poco se fue desvaneciendo dando lugar al placer.
Me la metía y la sacaba, se deleitaba mirándome el agujero como se contraía y como se abría al metérmela,
yo gozaba como nunca lo había hecho, por algunos momentos me sentí una perra lujuriosa que lo único que quería era seguir con esa tranca adentro.
Yo le pedía échamelos ya, Rubén échamelos adentro de mi culito por favor, y el de pronto intensifico sus movimientos señal que estaba por terminar,
y de pronto sentí como explotaba y me inundaba de leche caliente, con un gemido me decía ya¡¡¡ya¡¡¡ahí te va mi leche puta.
Nos separamos y nos quedamos tendidos en la cama desfallecidos, Rubén con su verga bajándosele un poco pero quedo de buen tamaño,
yo le di un último agarrón para sacarle los residuos de semen, y nos quedamos dormidos.
A la mañana nos vestimos y lo fui a dejar a su casa, y yo a la mía, la aventura había comenzado.
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