EL VECINO DEL PISO SUPERIOR - citasgay.org

EL VECINO DEL PISO SUPERIOR

Por aquel tiempo vivía solo en un departamento de una habitación, las únicas puertas de la habitación conducían, al closet, al baño y obviamente la salida; por lo que mi área de trabajo, por aquello del confinamiento durante la pandemia; la cocina, sala y recamara no tenían divisiones sólidas.

Era un edificio de dos departamentos por piso, yo compartía nivel con una viuda de edad avanzada y su perro de gran tamaño; justo sobre mí, llegaron a vivir una pareja que no tenía hijos, pero se notaba que no eran recién casados, discutían mucho y por eso en algún momento los vecinos llamaron a la policía.


La rutina en el encierro fue difícil en un espacio tan reducido, pero pase por todas las fases que se registraron en las redes sociales: cocinar, redecorar, pintar, hacer manualidades, seguir tutoriales de ejercicio, meditación; todo cuanto pudiera generar distracción en horas que no trabajaba, pues desde casa atendía las necesidades de informática de la empresa que me contrató; muy esporádicamente salía a la calle o al trabajo.


En una ocasión casi a los cuatro meses de iniciado el encierro, muy de madrugada, me encontraba revisando unos archivos frente a la computadora y empecé por escuchar como intentaban meter la llave a la cerradura de mi puerta, me extrañó, e hice silenciar todo lo posible por si hablaban, me acerque a la puerta, pero no tenía mirilla por lo que no estaba seguro de que ocurriera; me puse el cubrebocas, me arme de valor y abrí la puerta.

Era el vecino del piso superior que, pasado de copas, insistía en que ese era su departamento; Por la hora y los ladridos del perro de la vecina, y dada su desorientación lo acompañe escaleras arriba, con su llave abrí su puerta y lo ayude a cruzar el umbral.


Con eso creí que sería mi buena acción, pero a los pocos minutos de haber llegado y encerrado en mi departamento inició la peor de las trifulcas en el departamento superior, la vecina gritaba como loca, se escuchaban los peores ruidos que puedan imaginar, hubo quejas de vecinos, insultos y desde luego la intervención de la policía.

Esa fue la primera vez, porque la acción se repitió casi cada semana, desvelando e incomodando a todos los inquilinos del edificio.


Considero habrían pasado un par de meses, que tuve un periodo muy pesado de trabajo, y verdaderamente fastidiado de mi espacio, aunado al poco o nulo contacto físico con otras personas, literalmente me sentía enjaulado y hormonalmente desequilibrado…

el insomnio y la falta de una rutina higiénica del sueño se estaban instalando en mí; en esos peores momentos, volvió a ocurrir que por la madrugada escucho el intento por abrir mi puerta, me encontraba desnudo intentando dormir en mi cama, y decido colocarme una bata corta y enfrentar al borracho de mi vecino, justo cuando abro la puerta se me abalanza y alcanzo a sujetarlo y equilibrarnos para no caer, recordé lo acontecido la vez anterior por lo que decido dejarlo dormir su borrachera en mi sofá.


Le quito los zapatos, el cinto y la corbata ya recostado en el sofá, le pongo encima una manta y le dejo dormir; eran mas de las tres de la madrugada por lo que pronto se iluminaria la habitación con los rayos del sol. Me pongo un short sin ropa interior y me dispongo a intentar conciliar el sueño que de por si ya se encontraba extraviado.


Literalmente me hice piedra, no supe cuanto tiempo había dormido, pero mi cuerpo empezó a tensarse y acomodarse para una eyaculación, y eso me hizo despertar, no abruptamente, digamos que fue muy gratificante y sintiendo desde mi área genital hacia la parte superior y mi cerebro captando todas las sensaciones, recordé a mi visitante por lo que abrí los ojos para ubicarme y colocarme en posición de acercarme al baño, cuando me percato que la luz aún era débil, pero era posible ver la silueta de mi vecino recostado sobre mi cama boca abajo con los pies colgando y dándome una mamada que me hizo despertar,

además vi que muy cerca de él estaban unas tijeras con las que había cortada la unión de las piernas de mi short, literalmente me había hecho una falda muy corta con mi prenda y eso le dio acceso total a mis genitales que estaban en su máxima erección.


El que tuviese las tijeras, la capacidad de buscar y ejecutar la decisión de cortar el short y además hacerme sexo oral, me dijo que no estaba tan borracho como creí hace unos minutos antes cuando lo instalé, por lo que no era considere poco prudente el escandalizar, además mi cuerpo esta agradeciendo la consideración y atención que recibía.

Me deje llevar y los gemidos de placer le avisaron a mi amante que estaba despierto, el se saca mi pene de su boca solo para saludarme y agradecer que le diera hospitalidad.


Aco seguido se pone de pie y se quita la ropa que le quedaba encima, era un hombre poco más bajo que yo, quizá no llegará al mero setenta, un abdomen abultado, creo que era producto del alcohol que consumía seguido, pero además me percato que en el piso a un costado de la cama esta el frasco de aceite con el que cocino, y entonces mi vecino lo toma se unta en los dedos y lo pone en su ano, intuyo que se ha metido dos o tres dedos, así de pie frente a mi que aun sigo acostado.


Me pregunta si tengo condones y que, si deseo ponerme uno, o le haré el favor de “festejarlo sin globito”, caí en cuenta que no los tenía y por ende tendría que hacerlo sin protección o no hacerlo, pero ante la amabilidad del vecino no me quedo más que avanzar en el terreno y jugar sin el equipo reglamentario, pero a como me encontraba y no me refiero solo a lo excitado, sino a los días previos sin contacto humano, que me abandone a la situación.


Él se hinco con las piernas separadas justo sobre mi pelvis, con sus manos guio mi pene hacia la entrada de su ano, que por lo aceitado que estaba, no fue difícil introducir la cabeza, misma que le generó algún dolor por el quejido que se le escapo y ahogo de manera instintiva por si se escuchara hacia su departamento…

siguió en su intento por cabalgar pero el dolor lo detenía y a mi mas me prendía, descubría ese lado masoquista que no creía tener, yo disfrutaba con sus gestos de dolor, la evidente molestia que sentía con mi pene abriendo las paredes de su ano.


Pasados unos minutos, decido cambiar de posición y sin sacar mi verga de su culo, lo hago girar para que quedara su espalda sobre la cama y lo arrastro hacia el borde, subo sus pies a mis hombros y debo curvar mi espalda para conseguir acomodarlo.

En este movimiento el sigue quejándose y le digo aguanta puto, tu te pusiste en esta situación, el solo responde que lo disfruta y que le gusta sentir lo que tiene introducido en su culo; empiezo un vaivén con mi cadera y él intenta sujetarse para no moverse con cada embestida, cada vez subo la intensidad como intentando llegar mas al fondo, como si deseara ver mi glande salir por su boca, pero 17 centímetros no lograrán esa acción.


Sonrío, me sonrojo y me preparo para eyacular en ese culo que me provocó, pero me llevó a una de las excitaciones mas placenteras que recuerdo… termino son avisarle, sin preguntar si lo deseaba, o si se encontraba listo, mis contracciones pronto se sienten acompañadas de ese culo que se apretaba y me generaba mayor placer.

Mi amante también estaba eyaculando sobre su estomago y pecho; me pidió que me saliera y me recostara, acción que casi hago sin que me pida de lo exhausto que me encontraba, quede con mis pies sobre el piso y de las rodillas hacia arriba recostado a un costado él.


Sin importar cuan limpio estuviera, su boca regreso a mi verga que succiono hasta dejarla completamente limpia, me pidió permiso para usar mi baño, solo le indique la dirección con mi mano, estaba que no podía moverme o no deseaba salir del trance en que me encontraba, no supe el lapso que estuvo en el baño, solo reaccione cuando me agradeció y se despidió, cerró la puerta y se fue, así sin decir mas nada, ni explicar nada; me quede dormido y no recuerdo haber escuchado los típicos gritos de la esposa.


Pasaron algunas semanas y la pandemia siguió su curso, la situación de pleitos con los vecinos se disipo, y mi vecino aparentemente toma menos alcohol, por que mi semen viene cuando menos una vez por semana para tragarlo todo directo de su botella.

@Provinciano

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