En esta etapa tan conflictiva para los chicos y las chicas, en que se define la identidad sexual, es fundamental el apoyo emocional y la contención de la familia y del entorno.
NO ES UNA ENFERMEDAD
La homosexualidad ha existido a través de la historia y en diferentes culturas. Cambios recientes en la actitud de la sociedad hacia la homosexualidad han ayudado a algunos adolescentes homosexuales a sentirse más cómodos con su orientación sexual.
ALGUNAS PREOCUPACIONES
A pesar de que el conocimiento y la información acerca de la homosexualidad ha aumentado, los adolescentes todavía tienen muchas preocupaciones. Sentirse diferentes a sus pares; sentirse culpables acerca de su orientación sexual; preocuparse acerca de cómo puedan responder su familia y seres queridos; ser objeto de burla y de ridículo por parte de sus pares; preocuparse acerca del Sida y otras enfermedades de transmisión sexual; temer a la DISCRIMINACIÓN si tratan de pertenecer a clubes, participar en deportes y conseguir empleos e incluso ser rechazados y acosados por otros.
CÓMO ACTUAR CUANDO UN HIJO O HIJA CONFIESA QUE ES HOMOSEXUAL
Cuando un chico o una chica confiesa su homosexualidad a su madre y/o padre, suele haber una crisis en la familia, ya que no está preparada para ello. Muchos jóvenes sufren en silencio, por miedo a ser rechazados por la familia, los amigos y la sociedad, si hablan de sus sentimientos. La licenciada en Psicología Claudia Alberto Fermanelli brinda ciertas recomendaciones para que la familia actúe adecuadamente ante esta situación.
- Aceptar y reconocer ante el hijo o hija homosexual que recibir la noticia de su identidad sexual es una situación de crisis para la familia y que, por lo tanto, necesitará su tiempo para aceptarla.
- Pensar que no ha provocado a propósito esta situación, sino que no puede evitarla. Reconocer que, fundamentalmente, su hijo o hija como persona no cambiará y que su relación parental sigue siendo la misma, más allá de la intimidad sexual de su hijo o hija.
- No buscar culpables o responsables, ni fuera de la familia, como amigos o amigas, ni en su propio rol como madre y/o padre. No hay causas o factores desencadenantes, ya que la homosexualidad no es una enfermedad.
- Resolver favorablemente la situación, aceptando la tendencia homosexual de su hijo o hija, y comunicárselo. El silencio sólo lleva sufrimiento para ambas partes.
- Informarse sobre las personas con este tipo de inclinación sexual para tranquilizarse ante ideas distorsionadas que circulan sobre el tema debido a la falta de conocimiento.
- No tratar de modificar la conducta sexual de su hijo o hija. Por un lado, es inútil, ya que no se modificará; por otro, es una falta de respeto a su persona ante una elección de vida.
- Apoyar emocionalmente a su hijo o hija. Piense que seguramente ha estado sufriendo en silencio por no mostrarse tal cual era y por el shock emotivo, de enfrentarse a su madre y/o padre.
- Consultar con un profesional si es necesario. Si aún no puede asumir la nueva situación de su hijo o hija y se siente angustiado/a, consulte a un psicólogo/a para que le ayude a elaborar la noticia.
- No temer enfrentarse a la sociedad con la noticia de la identidad homosexual de su hijo o hija. Culturalmente, aunque cada día menos, se relaciona la homosexualidad con aspectos negativos como vergüenza, enfermedades sexuales, hostigamiento social, etc. Ello no debe ser motivo de preocupación, si tiene clara su postura ante la homosexualidad, respetándola como una identidad sexual más, que pertenece al ámbito privado de las personas.
- Relacionarse con otros padres y madres que tengan la experiencia de tener hijos o hijas homosexuales. Charlar con ellos sobre la manera en que aceptaron la noticia, cómo sigue la relación con su hijo o hija, puede servir de ayuda para sobrellevar la propia situación.