MI HERMANASTRO
Hola. De todas las experiencias que he vivido esta es la más deliciosa que he tenido.
Debo contarles que mis padres se divorciaron cuando yo tenía 10 años y viví con mi mamá quien se casó con un empresario que tenía un hijo de otro matrimonio, aunque no vivía con él.
Tenía un hermanastro y pocas veces lo veía, y realmente no importaba porque el era 8 años mayor que yo así que mientras a mis diez años aún jugaba videojuegos él ya salía a fiestas,
cuando yo salía a fiestas él ya trabajaba y no teníamos mucho en común como para entablar una amistad y menos una hermandad.
El caso es que se fue a vivir a España.
Cuando yo ya había terminado mi carrera de Ingeniería Industrial a los 20 años me quise especializar en el extranjero.
Mi mamá me recomendó ir a España y así tener la oportunidad de quedarme con mi hermanastro lo que me ahorraría un buen gasto y aunque el accedió de inmediato yo no quería por nuestro obvio distanciamiento.
Ah por cierto, ya me gustaban los hombres.
Bajando las escaleras eléctricas del aeropuerto lo reconocí y vaya que me llevé una gran sorpresa.
Me esperaba mi hermano abajo, con una camisa negra pegada al cuerpo que perfectamente dejaba claro que el muchacho tenía músculos, un Jean y lo mejor una sombra de barba que lo hacía ver muy masculino.
Yo jugué tenis durante mi adolescencia y aunque lo dejé aún tenía un buen cuerpo; tengo cabello oscuro y ojos miel y soy alto (1.76).
Mi hermano aparte de tener un buen cuerpo tenía el cabello castaño claro y ojos heredados de su padre, azules. Medía 1.74 y… ya les contaré.
Me recibió muy bien, con un apretón y un leve abrazo.
Me llevó a su departamento y mientras tanto conversamos muy bien, sobre España y sobre Colombia (mi país), sobre mis padres y los suyos.
En casa me preparó una pasta, lo cual me sorprendió, ¡un hombre que sabe cocinar! Me mostró mi cuarto y me dijo que al día siguiente iríamos a conocer la ciudad.
Me fui a desempacar y se me olvidó una maleta en la sala así que fui, cuando pasé por el pasillo (por el baño) vi que se cepillaba los dientes y estaba sin camisa y en boxers,
con un pecho increíble; pectorales marcados, abundante vello alrededor de unas grandes y rosadas tetillas; brazos con unos buenos bíceps y yo con mi pijama no pude evitar 1) quedarme mirándolo y 2) que se me parara.
Me sonrió y me dijo balbuceando con el cepillo en la boca si necesitaba algo. Caí nuevamente a tierra y le dije que no, que se me había olvidado algo.
Esa noche no dormí pensando en su pecho y obvio por la pena.
Al día siguiente fuimos a pasear y a comer afuera.
Llegamos al departamento para tomar unas cervezas en la piscina.
Me fui a cambiar a mi cuarto emocionado por verlo en traje de baño (fue mi idea la de la piscina :). Estaba semidesnudo buscando mi slip y entonces entró.
También semidesnudo con unos boxers blancos pegaditos y por primera vez vi mi mejor trofeo que disimuladamente me llamaba marcándose como un muuuuy buen bulto.
Me dijo que se le había extraviado su traje de baño y que tendría que usar sus calzoncillos (uh?). Se sentó en mi cama como esperándome.
Yo no sabía que hacer es decir no sabía si cambiarme en frente de él o no.
Además que mi bulto había aumentado de tamaño por el paisaje.
Me di media vuelta y me bajé mis calzoncillos de forma que solo viera mi trasero.
Subiéndome el slip me dio una palmada en las nalgas lo que me hizo brincar y obvio vio mi polla dura.
Me dijo con una sonrisa que me esperaba afuera con las toallas.
¡Qué habría pensado de verme duro! Me sentía avergonzado, no sabía si ir o no. Pero un impulso de valentía me hizo ir.
Nos metimos al agua y con las cervezas en la mano empezamos a hablar del día pasado y yo simplemente hice como si nada.
Hasta que llegamos al tema del sexo.
Empezamos a hablar de chicas, y yo inventaba historias transformando a mis novios en mujeres. Entonces me dijo que una vez en una fiesta para complacer a una chica que quería joder besó a su mejor amigo con la lengua.
Me quedé sin que decirle y él se me quedó mirando como riendo. Luego me sorprendió aún más, me contó que hicieron un trío y que se la había mamado.
La verdad creo que yo estaba boquiabierto porque aunque yo ya había chupado un par de pollas simplemente no me lo veía venir. ¡Y pasó!
Se acercó a mí, realmente muy cerca y me dijo “la verdad es… que me quedó gustando”
Se acercó y me dio un beso tan apasionado, casi sucio, me mordía el labio y me metía la lengua muy adentro. Yo lo tenía de su cuello y el de la cintura.
Bajó sus manos a mi slip, lo levantó un poco y metió sus manos para acariciar mi culo, su beso se volvió más agresivo. Yo también bajé mis manos y acaricie ese hermoso y redondo culo velludo.
Estábamos totalmente duros, nos acercábamos solo para sentir el bulto del otro que cada vez se sentía más deseable.
Me bajó el slip y se bajó el suyo también.
Salimos de la piscina para ir al cuarto.
Ni siquiera nos secamos simplemente fuimos besándonos hasta que llegamos a la cama me tiró a la cama.
Y por primera vez vi detalladamente ese, mi gran trofeo, medía unos 17 cm y tenía una cabeza enorme, daba miedo pensar que esa cabeza grande y roja me iba a penetrar.
Me fue besando de las rodillas hasta el cuello, hizo una parada en mis huevos para saborearlos, realmente se entretuvo jugando con ellos y a ellos no les molestaba para nada esa lengua.
Se hizo a un lado se sentó y me dijo que se la mamara.
¡Pero con gusto! Metí la glande más grande que he visto en mi boca, jugué con ella con mi lengua, era como un niño con la paleta más grande y dulce del mundo.
Después de unos 10 minutos me pidió que me pusiera en cuatro.
Me besó la las nalgas y cuando llegó a mi agujero metió su lengua hasta el fondo y me dejó bien empapado el orificio.
Se puso un condón y sentí un dolor fuerte, lo hizo sin bacilar, gemí de dolor y empezó a menear su maquina suavemente hasta que el dolor se disimuló por el placer y la costumbre.
Fue duro y conciso sentía placer de apreciar esa polla tan grande y jugosa dentro de mi, se sentía el golpetear de su cuerpo contra el mío,
antes de terminar sacó su pene, me puso boca-arriba, se quitó el condón y se pajeó,
no fue mucho el esfuerzo que hizo para venirse encima mío, me roció con su semen por todo el pecho y luego me pajeó a mi hasta que me vine y succionó toda mi leche, toda.
Se acostó a mi lado, estábamos empapados, era el agua de piscina y el sudor de cansancio.
Puso su mano en mi polla y nos quedamos dormidos. A la mañana siguiente me despertó con un beso en el cuello, me levanté y lo besé.
Me separó y me dijo: “¿Listo para el round dos?”
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2 comentarios:
Santiago Molina
diciembre 25, 2022 at 4:43 pm
ya tengo deseos de tener un hermanastro
Juan
enero 15, 2022 at 6:01 pm
Que buena historia