Mi primo Daniel y yo…
Esto sucedió hace 4 años, yo tenía 15 y soy ni gordo ni flaco, tengo tez clara, ojos claros (entre café y verdes) y estaba empezando a hacer ejercicio para acomodar mi cuerpo.
Era un día normal, y se me ocurrió visitar a unos tios que vivían más o menos lejos de mi casa, porque tenía mucho que no los visitaba, además iba a ver a mi primo Daniel,
mi primo (que en ese momento tenía 17), tiene cuerpo atletico, tez clara, cara hermosa, el típico galan.
Yo jamás había tenido sexo con nadie, y no soy afeminado así que nadie en sus remotos pensamientos imaginaría que soy homosexual.
Llegue a la casa de mis tios y no habia nadie, pero la puerta estaba abierta, en eso entre y vi que mi primo estaba viendo una película XXX pero no estaba masturbándose ni nada de eso,
pero tenia un bulto que aahh tenia ganas de jugar con él (nunca habia tenido sexo con nadie, lo que sabia lo habia visto en peliculas porno gay).
Lo sorprendí y a lo único que reaccioné fue decirle que si podía verla con él, él se puso nervioso pero cuando le dije eso como si nada…
Yo veía el bulto grande que tenía y quería tocarlo, suspiraba y le hechaba unas miradas, y que se va dando cuenta y me dice:
¿Por qué me miras así, me lo quieres agarrar? (mientras se agarraba el bulto).
—Sí (le dije sin pensarlo dos veces).
Él se para de la silla y me agarra de la mano, me lleva a su cuarto y ahí se baja el pantalón y queda OMG!!!
Era un bulto grande y me dijo: —aqui está, puedes jugar con él, yo gustoso me acerqué y le bajé el boxer ajustado y salió una pija tan hermosa, blanca con cabeza rosada, de unos 18cm.
Empecé a mamarla poco a poquito y veía en su cara el grado de excitación que tenía, y empecé a aumentar mi velocidad y él gemía de placer: aahh, aaahhh, aaqaaahhhhhh, en eso la sacó de mi boca, me agarró y me dijo:
—te la meto primo… En un principio no quería porque tenía miedo (creo que a todos nos ha pasado la primera vez), pero acepté.
Me recosto en la cama y me puso algo en mi ano, empecé a sentir la punta de su verga en mi culo virgen, la metió poco a poco y entre más adentro iba más gemia de dolor y excitación: aaahh no esperate, aaahh sigue, ahhh aaahhh…
Empezó el mete saca mete saca, los dos super excitados gemimos como locos, hasta que sentí su gran verga fuera de mí y la acerqué a mi cara, la empecé a mamar a gran velocidad, quería comermela enterita esa verga.
Tan hermosa, cuando dijo: —¡ME VENGO! Seguido de varios aaahhh, y sentí su calida leche en mi boca, ¡un sabor que desde ese día me encantó!
Los dos quedamos exaustos, y desde ese día yo sería su dama que lo haría experimentar, y las locuras sexuales que hasta ahora hemos aprendido los dos no las hemos enseñado…
Esta es la historia de cómo perdí mi virginidad y les traeré más relatos de mi vida sexual.
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