hola a todos, les escribo desde nogales, sonora.
el siguiente relato sucedió hace algunos meses en el municipio de donde soy.
primero que nada empezaré por describirme; soy moreno claro, sólo que un poco quemado por el sol, 1.
78 de altura, talla 34, 90 kg.
, un poco velludo del cuerpo y en repetidas ocasiones me dejo crecer la barba.
mis gustos sexuales se inclinan por hombres no importa el rol que hagamos, pasivo, activo o ínter, disfruto de todos.
me haré llamar ricardo para la historia.
no soy amante de buscar personas con las qué tener sexo, pero si algo sucede adelante, hay que aprovecharlo.
en esa ocasión sí que sentí la necesidad de buscar a alguien, por lo que ingresé en una página para realizar encuentros.
hubieron varios interesados en la publicación pero no se concretaba nada y entonces un mensaje llegó de un hombre, al que llamaré héctor, con el que hubo buena conexión.
tuvimos contacto por el móvil con la condición de que ningún mensaje llevara el tono caliente o incitador para algo, simplemente que hubiera cordialidad, pues él es casado y había ese temor a que su esposa lo descubriera.
no se había logrado coincidir pues el tenía que dejar a su esposa algo de tiempo para poder realizar algo.
finalmente pudimos conocernos.
nos citamos por la noche, y el mensaje me decía que me esperaba en determinado lugar pero que no tenía mucho tiempo.
cuando llego al lugar el ya se estaba yendo y sólo alcanzo a verlo, yo en mi carro y él en el suyo.
me agradó lo que vi; un hombre muy guapo.
al verlo, tuve más ganas de que sucediera algo pero se fue, pues lo esperaban en casa.
le insistí en que regresara y todo indicaba que no podría hacerlo, pero hubo suerte y lo hizo, regresó.
anduvimos un momento cada quien en su carro para encontrar un lugar dónde satisfacer nuestras necesidades de piel.
finalmente, se detuvo en un lugar que estaba desolado, se bajó de su auto y se pasó al mío y mi corazón empezó a latir como loco, de nervios y excitación.
un hombre delgado, blanco, de barba, algunos centímetros más alto que yo y muy guapo.
nos saludamos cordialmente y me lanza una pregunta:
héctor: -¿cómo andas?- y con su mano, rozó mi entrepierna.
no me esperaba que fuera directo al grano, por lo que me estremecí, él lo notó y me pidió disculpas.
héctor: -lo siento.
ricardo: -no te preocupes.
– y entonces para que viera que no había problema yo también toqué su entrepierna, notando que su pene estaba en erección, lo que hizo que mi corazón latiera con fuerza, un delicioso macho para mi.
héctor: -¿qué te gusta?
ricardo: -de todo un poco, coger, que me cojan, mamarla.
y ¿a ti?
héctor: -pues, coger y que me la mamen.
¿quieres?
automáticamente comencé a tocar su cuerpo con mis manos, su pecho, su abdomen, su pene por encima del pantalón, que se sentía deliciosamente duro, y sus piernas.
héctor hacía lo mismo conmigo y me gustó la sensación de sentir unas manos rudas y fuertes en mi.
como era la primera vez que nos veíamos la cosa fue calmada, desabroché su cinturón y su pantalón para tener acceso a su deliciosa verga, que ya lubricaba buena cantidad de precum.
dado que héctor es blanco, su herramienta tiene un color rosado y aunque no tiene circuncisión se pela toda, con poco vello color paja y sus testículos que me encantaron, de un tamaño exacto.
su excitación se notaba en sus pequeños jadeos y lo punzante de su verga.
el también desabrochó mi pantalón y sacó mi pene, que es moreno sin circuncisión, por lo que el glande no se descubre totalmente y un poco curvo a la derecha.
a diferencia de ese macho yo si tenía buena mata de pelos tanto en la verga como en las bolas y las piernas.
héctor: -qué buena verga tienes.
peluda.
ricardo: -la tuya tambiés está muy rica, me gusta.
héctor: -entonces mámamela.
no me lo dijo dos veces, inmediatamente me abalancé sobre ese delicioso mástil y me lo llevé hasta el fondo de mi garganta, regresando a la punta del mismo, saboreando su precum.
saladito, delicioso.
héctor resopló de excitación mientras yo seguía con mi soberbia mamada.
le pedí que subiera su camisa y pude notar que no tenía casi vello en su abdomen y pecho, sólo unos pequeños caminitos del ombligo hacia el pubis y poco alrededor de sus exquisitos pezones rosaditos y pequeños, que me encantaron.
héctor masajeaba mi verga con su mano mientras lubricaba bastante precum, también se aventuró a tocar mi cuerpo por debajo de la ropa, pues estando en el carro no nos arriesgaríamos a quitarnos mucho.
comenzó a tocar mis nalgas que también tienen algo de vello.
héctor: -qué rico estas, me gustas.
ricardo (deteniendo la mamada): -no manches tu también estás bien rico, qué bueno que regresaste.
héctor: -ya sé, pero ya no tengo tanto tiempo, quisiera venirme en tu boca.
hasta ese momento héctor no había hecho ningún intento por mamar mi verga, pero como yo me encontraba agusto, como niño en dulcería no lo presioné y me puse a pensar si en concederle su deseo.
realmente no lo pensé mucho y ataqué de nuevo, esta vez pellizcando sus pezones y lamiéndolos, mientras con mis manos atendía aquella rica verga.
héctor gemía de lo lindo.
y tomó mi cabeza para que fuera a meterme su pene en mi boca, lo que hice gustoso.
lo mamaba todo, posandome en su glande para hacer circulos con la lengua, rozando con la punta de la misma el orificio del glande, sobando sus testículos con mis manos.
todo era riquísimo.
sus manos apretaban mis nalgas y su respiración se hacía más agitada mientras yo seguía mamando.
héctor: -que rico la mamas, síguele cabrón.
aaaaahhh, siiii.
que riiiiico.
seguí así unos cuantos minutos más hasta que respiró hondo, sujetó mi cabeza hacia su verga, presionandome y dejando salir suculentos chorros de leche que inundaban mi boca, con ese característico sabor.
con cada disparo su verga se tensaba deliciosamente.
golosamente limpié con la lengua ese pene que me dio su leche, había cumplido su pequeño deseo, pero no me animé a comerme su regalo aunque me vi tentado, me saqué la camiseta interior y me limpié la boca.
al verme sin camisa pellizcó mis pezones velluditos, morenos y acarició mi pecho.
mi verga seguía de pie y aunque no me dio ninguna mamada seguía masturbándome.
debido a la excitación que tenía no tarde mucho en vaciar mis huevos.
salpicando su mano y mi pecho.
héctor: -oye cabrón estuvo muy rico, hay que repetirlo, para ver si podemos coger.
ricardo: -por mi encantado, quiero sentir tu verga en mi culo, y tú ¿te dejarías coger?
héctor: -no sé, vamos a calar a ver qué pasa, lo que sí me gustaría, que tengo tentación es que me mamen el culo.
pero ahorita ya me tengo que ir.
ricardo: -oye pues cuando se pueda yo te cumplo lo que quieras, papá.
después de eso nos acomodamos la ropa y nos despedimos, él se fue a su carro y luego a su casa.
yo me quedé ahí un buen rato y me masturbé de nueva a cuenta pues mi verga no se bajaba.
no me creía que hubiera tenido a mi merced a un hombre tan guapo y delicioso.