Cogiendo a mi vecino menor

Cogiendo a mi vecino menor

Todo pasó hace unos años cuando vivía en casa de mis padres, tenía 20 años y acababan de mudarse los nuevos vecinos de enfrente. Se trataba de una pareja y sus tres hijos, Fernando, Lali y Alejandro; esté ultimo era el mayor, de 16 años. Eran todos muy bonachones por lo que no tardaron en hacerse amigos de mi papás, tal así que un año después de su llegada fuimos invitados de honor en la primer comunión de Lali.

Aquel día, cuando salimos de la misa nos dirigimos a la recepción, que fue en casa de ellos. El lugar se llenó completamente, la casa no era muy grande y habían invitado a medio mundo. Me aburrí casi de inmediato, siempre he sido algo reservado y por tanto no conocía a nadie ahí, ni siquiera podía acercarme a los vecinos porque eran menores que yo, no había convivido con ellos antes y además los tres estaba jugando con sus primos. Recuerdo que Alejandro platicaba con su primo Ivan, y su respectiva novia.

Ivan era un chico tres años más grande que el, más alto que el, moreno claro, de lentes, con labios carnosos y un culo redondo entallado en sus jeans. Fue ahí cuando me di cuenta de lo sexy que estaba Alejandro. Siempre me había causado curiosidad, desde el primer momento en que lo vi llegar con su playero ya blanca, sus sandalias rojas y su Bermuda azul que enmarcaba bien su culito. Sin embargo, nunca me interesé en el totalmente, quizás porque era menor y lo descarté por completo, o porque mi mente estaba en Ibrahim, el chico de mi escuela.

En fin, Yo estaba solo en la mesa terminando de comer mientras me deleitaba con el cuerpo de Alejandro, que estaba de espaldas, a unos metros de mí. Voltée un par de veces a checar que nadie estuviera viendo la mirada lasciva que colocaba sobre el, recorriendo desde sus pies, pasando por las pantorrillas, los muslos, sus nalguitas apretadas en ese pantalón de vestir azul marino, su espalda, sus hombros un tanto más anchos que un año atrás, su cuello y su piel morena. Entonces se despidió de su primo que partía hacia la puerta del brazo de su novia, y después se giró hacia a mí en una mirada nerviosa que cortó a los pocos segundos y se metió en un cuarto. Me dieron ganas de seguirlo pero no había manera de ser discreto entre tanta gente.


Pasó una hora cuando me llegó un mensaje, al celular, de un desconocido saludándome. “Hola” respondí y me devolvió un “¿Cómo estás?” Seguido de una explicación de que era Alejandro contándome lo aburrido que estaba y que había sacado mi número del teléfono de su papá. Le seguí la platica por unos minutos hasta que dejó de contestar. En eso empezó a caer la tarde y fui en busca de mis padres para decirles que iba a ir a la casa por unas horas porque estaba muy aburrido, me insistieron en que me quedara pero al final aceptaron que me retirara, me dieron las llaves de la casa y me fui.

Solo caminé unos metros, abrí y cerré inmediatamente, me di la vuelta hacia las escaleras cuando de pronto alguien tocó, me regresé y vi que era Alejandro. No era la primera vez que tocaba la puerta, aveces lo hacía para ir a pedir cosas prestadas para sus tareas, pero esa vez no era por eso, esa vez estábamos de vacaciones.

Abrí. ¿Qué pasó? Hola. Qué onda. Oye, ¿Tienes una pluma que me prestes? ¿Del color que sea? Sí, no importa. Bueno, sí, ahorita te la doy. ¿La pluma? Jajaj pues sí, ¿O que más quieres? Jaja, ¿Ya se van a venir todos? ¿Mis papás?, no, ¿Porqué? Nada más, es que ya me aburrí. Yo también por eso estoy acá, me voy a quedar un ratito, ¿Te quedas? No sé, mejor luego vengo. Bueno, aquí te espero. Si vienes, te pasas y cierras con llave al entrar, te dejo las llaves pegadas a la puerta.

Bueno.
Subí a mi cuarto y me quise dar de topes ¿Para qué le dije que se quedara? Seguro se dio cuenta por cómo lo estaba viendo y el,solo me mandó los mensajes porque estaba aburrido. ¡Que idiota!, pensé. Pasó media hora y el no llegaba, entonces decidí encerrarme en mi cuarto pero dejé la puerta de abajo abiert. Me desabroché el cinturón y el pantalón.

Me acosté, me saqué la camisa y también mi verga, y empecé a jalármela. Soy muy delgado, igual que Alejandro, pero de tez clara, casi blanca pero mi pene y mi abdomen son un tanto morenos, no sé por qué, a lo mejor lo heredé, supongo, pero me gusta así. Esa vez no busqué videos solo cerré los ojos y dejé que mi mente volará, y se dirigió hacia el vecino, mientras me tocaba el pecho con la mano izquierda y con la otra me la jalaba.

Pero escuché que alguien subía las escaleras, y rápidamente me vestí si bajarme de la cama, abrieron mi puerta y asustado vi que era Alejandro.

Se quedó boquiabierto al observar que mi cinturón estaba en el piso y tenía la bragueta abajo. ¿Qué estabas haciendo? Nada. Entonces su gesto cambió de sorpresa a emoción y se me acercó lentamente.

Me enderecé para que no notara el temblor que me provocaba tenerlo en mi cuarto. ¿Cerraste la puerta? Sí con llave, ¿Te la estabas jalando? Sí. Te ayudo. Dijo al sacarse la camisa del pantalón y desabrocharselo dejándome ver su pene,que era bastante grande para su edad. Se acercó aún más y sacó mi verga de mi pantalón con sus manos a lo que yo respondí tocando la suya, que estaba semierecta. Empezó a jalármela y yo me retorcía mientras el disfrutaba enfocándose en cómo mi pensé se agrandaba más y más.

Me desabroché la camisa blanca y el se quitó la suya como si fuera playera. Se inclinó, cercó su boca a la mía y me besó.


De repente saltamos cuando escuchamos que abrían la puerta de la entrada, me asusté pero pensé rápido, recogí nuestra ropa y lo metí en el armario, él se quedó mudo y solo le dije que no hiciera ningún ruido hasta que se fueran. Escuché los tacones de mi mamá frente a mi puerta y tocó. ¿Todo bien? Sí. ¿Qué haces? Me estoy cambiando de ropa, ya me cansé. Ok, vine al baño porque allá están ocupados.

Sí. Tuve que esperar hasta que ella se fuera y pasara a avisareme que iba a cerrar con llave para poder sacar a Alejandro del armario. Ya. Salió riéndose y se vistió. ¿Ya te vas? Sí. Ya se fue, pues quédate. ¿y sí viene otra vez? No creo, le dije antes de meter mi lengua en su boca y probar de nuevo sus suaves labios, su boca con sabor a menta.

Me agarró del cuello con la mano izquierda y yo puse mis dos manos en su cadera, acercándolo a mi, ahí me percaté que solo le faltaban unos cinco centímetros para que tuviéramos la misma altura, me excitó su lengua en mi boca y su abdomen y su verga calientitos pegados a mi. Se apartó y se puso de rodillas para mamarme la verga.

Me encantó, me sorprendió que en su boquita cupiera mi verga y que la mamara tan bien. Gemí varías veces, acaricié su pelo y se incorporó, me aventó hacia la cama, me quitó los zapatos, el pantalón y mis bóxers. Se puso encima mío, su pene chocaba con el mío y siguió besándome, lo abracé y deslicé mis manos hacia sus nalguitas, suaves, lo dejé de besar para chuparme los dedos y empecé a meterle uno a su culito caliente.

Se retorció y siguió besándome, cuanto más entraban mis dedos, más gemía él y más rico me sabían sus besos.

Me levanté de la cama para poner prender la tele de mi cuarto tratando de disimular nuestros ruidos. Alejandro abrió El Cajon de la mesita de noche junto a mi cama y sacó dos condones, ¿vas a querer? Pues sí jajaja. Aguanta. Fui por el lubricante que estaba escondido en El Cajon de mi ropa interior y le dije que se acostar de nuevo sobre mi.

Volvimos a besarnos y aproveché para ponerme el condon y a él el lubricantes en su culito. :Ya lo haz hecho antes? Sí.


Tome mi verga con mi mano derecha y con la izquierda su culito Para digirió bien a su anito, se la metí. Lanzó un grito. No le creí que no fuera su primera vez por qué senti cómo abría su culito con mi verga, pero fue de lo mas rico.

Pasó un rato hasta que se acostumbró a mi verga y empezó a sentarse a su gusto en ella. Después lo puse de perrito y luego lo acosté, subí sus lampiñas piernas a mis hombros y le inserté mi verga, la metí y saqué cada vez más fuerte, lo besé, lo hice gritar, hasta que ambos nos venimos al mismo tiempo con un beso.

Los chorros de su leche salieron disparados hacia mi cara. Jamás lo olvidaré, me encanto.

Lo repetimos dos veces más en el siguiente año, hasta que dejó de hablarme. Y hace un par de años descubrí que ya va a casarse, su novia está embarazada.
Solo fuimos dos chicos que se atrajeron lo suficiente para pasarla de lo más rico.

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2 comentarios:

  1. Leo

    noviembre 6, 2023 at 4:22 am

    No se por que me da tristeza tu relato, ojalá se reencuentren

    Responder
  2. Luis

    febrero 4, 2023 at 9:26 pm

    Me gustaría saber más 647513570me das toke y hablamos

    Responder

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