COMPAÑERO DE SEXTO AÑO - relatos gay

COMPAÑERO DE SEXTO AÑO

Esto pasó algunos ayeres.

Era inicio de clases de sexto año en la primaria publica,

donde me cambiaron mis papás, porque ya no podían pagar una privada.

En ese entonces tenia una complexión normal para un chico de once años,

además de ser moreno claro, tengo unos labios sensuales, sonrisa pícara y sobre todo unas nalgas paraditas y bien redondítas.

Como todo inicio de clase y más por er nuevo,

estaba muy a la expectativa de ver quienes podrían ser mis próximos amigos y cuidarme de los que se vieran mal encarados o potenciales bullings,

pero sobre todo buscar a un chico que me gustara para ganármelo y si el tiempo y las circunstancias lo permitieran hacerlo mi novio o al menos mi amante.

Todo iba transcurriendo sin alguna novedad ya que nadie me pelaba y prácticamente era invisible,

todos estaban contando sus anécdotas de vacaciones de fin de año.

En eso estaba cuando se acerca un niño blanco,

bien parecido, con algo de prognatismo, pero muy fuerte y más alto que yo.

Me asustó su rápida proximidad, familiaridad y seguridad con la que se drigia a mi.

Me dijo eres nuevo verdad?

y le respondí titubeando que si y que no conocía a nadie,

me dijo me llamo Carlos, estoy en sexo “A” y le respondí que yo también,

dijo no te preocupes nosotros seremos amigos y mientras tanto déjame enseñarte la escuela.

Me llevo por los salones, patios y laboratorios hasta llegar al baño,

dijo métete para explicarte como no te abran la puerta cuando hagas del 2.

Al entra me dijo este es el seguro con el que se traba la puerta pero se abre cuando jalan o tratan de abrir la puerta

y para que no lo hagan tienes que poner este clavo que siempre dejo arriba de la barda que dividen los baños con escusado y diciendo esto,

se voltea y me planta un beso en la boca y me agarra las nalgas.

Quede petrificado por la acción y la sorpresa,

pero como me gustaba Carlos no dije nada, solo enmudecí por completo.

Separó sus cálidos labios y me dijo, me encantaste desde que te ví a lo lejos en el patio y te prometo que serás mi mejor amigo y amante si te parece,

no pude pronunciar palabra, pero como percibió que lo veía con ojos de placer,

acercó nuevamente sus labios lentamente y tomándome la cabeza me dió el beso de lengüita que nunca he olvidado desde entonces.

Así estuvimos no se cuantos minutos y yo ya me encontraba con una tremenda erección y disfrutando tremenda ensoñación que no deseaba que terminara nunca.

Bajo mi cierre del pantalón y metió la mano para acariciar mi pene que ya se encontraba empapado de precum o como le llamaba yo,

mielesita patinadora,

por su grado de lubricación que hacia de mi pene con mi mano cuando me masturbaba a escondida en mi recamara y bajo las sábanas.

Se veía que Carlos ya era un experto en eso de seducir niños, porque lograba ponerme en las nubes.

Se hincó y sacó mi pene para comenzar a chuparlo,

lo que propición que diera un tremendo gemido de placer a lo que me dijo que no hiciera ruido

para que no nos descubriera y me dijo que si entraba alguien me subiera al escusado y el se sentaría para que si se asomaban por debajo solo vieran que es estaba haciendo del baño.

Para esas altura yo quería también mamarle el pito saborear sus líquidos, para saber si sabían igual a los míos,

pero sobre todo quería que me penetrara.

Le dije que también quería mamarle el pito y me dijo que esperas mi amor, es todo tuyo.

Me inqué y desabroche su pantalón para adelantarme a la cogida que estaba imaginando,

luego baje su trusa y mi sorpresa fue ver una verga muy grande para su tamaño que sobrepasaba por el doble de grande y gruesa que la mía,

también llena de precum que escurría de la exitación,

sin mas la empese a lamer como caramelo sintiendo su mielesita que me sabía mucho mejor que la mía yq que estaba acompañada de un aroma de macho y orines

que automáticamente me disparó todos mis sensores de excitación entrando en un frenesí de succionar semejante y deliciosa verga,

yo ya me encontraba con hilos escurriendo de precum y semen pero aún sin venirme y con la finalidad de que no sonara la campana del recreo antes de que me metiera esa dulce e inigualable verga,

le dijo Carlos por favor métemela que ya no aguanto mi vida.

Me baje por completo los pantalones y los calzones

y me di la vuelda dejandole mis nalguitas redonditas y vírgenes a esa poderosa y sabrosisima verga de Carlos.

El me dijo te dolera un ratito pero después te va a gustar mucho,

tienes que aguantar y prometerme que no vas a gritar o llorar,

le dije si Carlos pero por favor ya métemela.

Se ensalivo su verga y también llenó de saliva mi culito tierno a lo que con mis dos manos me abrí los cachetes para que pudiera tener total control y presición de la penetración,

sin mas miramiento apunto su cabeza rosada y desencapuchada por la circunsición atinado en el mero centro de mi virgen culito y comenzó a presionar.

El dolor fue inmenso pero fiel a mi palabra no emití ruido alguno, sentía como se rasgaba las paredes de mi ano, pero no dejó de presionar y en el momento que entró la cabeza,

sentí que veía blanco y estrellitas pero de un inmenso dolor que no soportaba y con mis manos empuje para que se saliera y me dijo ya mi mi vida se que te duele pero en un ratito mas se te va a quitar el dolor para entonces sentir muy rico.

En ese momento me dejó ir toda la verga adentro hasta sentir su vellos en mis nalguitas, sentí que me desmayaba y mis piernas se doblaron,

el me sostuvo de la cintura y dándome besos ene el cuello y en el oido, paso no se cuanto tiempo porque perdí la noción,

pero descubrí mi conciencia nuevamente cuando empezó un delicioso vaiven que pensé que estaba en el cielo,

sentía toda la fuerza que imprime una verga gruesa y dura como esa en todo mi culo sintiendo como si fuera una nueva prótesis parte de mi.

Carlos me tenía completamente empalado,

con semejante verga se parecía que tenía una manguera palpitante que rasgaba mis tripas y mi ano que estaba dilatado al máximo

no quería que nunca dejara de pertenecer a mi interior como lo estaba sintiendo con increíbles descargas eléctricas en mi próstata, testículos, pene y en todo el cuerpo.

Tener a un chico como Carlos bombeándote el culo sintiendo sus huevos golpear mis nalgas y su vientre duro y plano en mi espalda era toda una ensoñación.

No quería que eso terminara, voltee para ver su rostro de satisfacción y para decirle con mi mirada que me hacía muy feliz y aprovecho para darme un beso apasionado que desató en ambos que comenzáramos a convulsionarnos por las inminentes eyaculaciones.

No me imaginé que se podía sentir más placer que una masturbación hasta que pude sentir como mi año,

al igual que la cabeza de mi pene podría registrar semejantes sensaciones electrificantes y retumbar en mi cerebro y todo mi cuerpo.

La segunda delicia es sentir como la lechuga de Carlos marcaba territorio en mi recién estrenado ano,

una sensación inolvidable, cuando estaba haciendo un recuento de las sensaciones que me hizo sentir Carlos, comenzó a sonar la campana,

lo que estaba transcurriendo en una deliciosa y poderosa cámara lenta del deseo y la pasión,

se tornó en una desenfrenada cámara rápida en la cual no supe si me abroché el pantalón o estaban enrolados mis calzones pero salimos disparados del cubículo del baño para no ser sorprendidos por otros niños o los maestros.

Entramos al salón y sentía que todos sabían lo que habíamos hecho y me puse colorado de la pena y la culpabilidad,

pero era parte de esta explosión de adrenalina, sexo y pasión.

A la salida de clases me jalo Carlos ya que éramos los últimos en salir del salón y entre cerrando la puerta me dio un delicioso beso robado y me dijo:

desde ahora seremos pareja y cogeremos diario, a lo que respondí que hasta que terminara el año y mucho más.

Ahí es cuando supe que había nacido para ser cogido, pero no por cualquiera que me ofreciera su verga,

sino por aquellos que me despertaran pasiones y orgasmos como me generaba Carlos.

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