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El hijo del conserje

Cordiales saludos amigos, mi nombre de pila es Bruno, les escribo esto que me pasó allá por a mediados del año 1983, yo estaba recién llegado al pueblo y me matricularon en mi nueva escuela en tercer grado, los niños me trataban bien y de los amigos de aula que más tengo bonitos recuerdos son: Renzo y Miguel,

conocí a José Luis el hijo del conserje de mi escuela, cursaba el último grado de la escuela, tenía un físico grueso musculoso, piel canela, pelo y ojos negros, labios entrefinos, dentadura bien formada, desde el primer momento que lo vi me pareció simpático e hicimos buena amistad.

Teníamos costumbre de jugar indor y cuando tocaba de asearnos en el baño José Luis les bajaba de un solo estirón los shores a mis amiguitos los pipis les quedaban al descubierto, me lo hizo a mi al descuido cuando estuvimos a solas mi pipi blanco quedó al descubierto,

lo tomó con las manos queriendolo jugar con los dedos, por ser la primera vez me le hice el quite pero como me seguía repitiendo la broma por los siguientes días me resigné y le dejé que me lo tocara sintiendo que el pipi se me paraba con delicia, escuché voces y me subí el short fue ese el pretexto para seguirnos viendo a solas repetidas veces y me gustaba que me sentara en el urinario y me lo sobara el pipi muy rapidito,

a veces él se me acercaba cuando yo orinaba y me lo quedaba viendo al pipi y me lo jalaba, todo era rapidito por miedo a que nos vieran otros niños.

En un recreo me pidió que lo acompañe a la bodega porque quería mostrarme lo que había dentro, me regaló plastilina de colores y una tizas de cal en el momento en que las miraba me bajó mi short de cultura física cayendo a los tobillos quedando mi pipi al descubierto con mi trasero,

me llevó a una mesa recién limpia me arqueó, puso su mano en mi espalda mi pecho descansaba sobre la mesa escuche bajar el cierre del pantalón regresé a ver que se sacaba el pipi muy grande, puso su pecho que llegaba sobre mi cabeza, su cuerpo también se arqueó,

me hizo mirar a la pared y sentí ese pipi caliente en mis nalgas lo sentí pasar por la raja de mi trasero me lo abrió algo y empujó el pipi para adentro, me dolia, le decía que me dejara, su pipi igual que el mio era virgen me di cuenta cuando me hizo voltear y chocamos nuestros pipis estaba sorprendido porque era la primera vez que me hacían eso,

José Luis no paraba de restregármelo cada vez que se movía lo hacía muy fuerte y me lo apretaba que sentía un poco de molestia sin embargo me gustaba mucho su culeo, miré nuestros pipis culiarse entre si, nuestros testículos estaban pegados, se movían a todos lados, nuestras piernas estaban muy pegadas.

Todo eso lo hicimos sin decirnos una palabra, esperamos a que termine el recreo y se metiera el último niño a su respectiva aula me dirijí al urinario José Luis orina junto a mi su pipi estaba bien parado me hacía gestos para que lo vea moverlo a todos lados,

me preguntó al oído si me gustó lo de hace rato, no le contesté y agaché mi cara en señal de vergüenza, se puso detrás mio me bajó un poquito más el short mi traserito estaba descubierto y me pasó el pipi por las nalgas empujándome con su cadera hacia adelante hasta que mi pecho y cara tocaban el azulejo, nuestra posición era incómoda,

yo se lo permitia, empezaba a gustarme su pipi en mi traserito, aunque me sentía raro cuando me culiaba, nuestros movimientos fueron rápidos, me tomó de la cintura con la intención de llevarme dentro de un baño con inodoro pero sentí miedo, le dije que no porque nos podrían ver los chicos, me subi el short y me diriji al aula esperandome una regañada y castigo de la maestra por llegar tarde.

Luego de mi primera vez con José Luis, se me acercaba por cualquier motivo para sobarme sus dedos en mi trasero vestido en señal que deseba culiarme, yo me limitaba a dejar que me lo hiciera, bajaba la cara y permitia que me abarazara y me culiara vestido por detrás.

Acompañé a mi mamá a la reunión de entrega de libretas del segundo trimestre escolar, no había clases, me quedé viendo jugar a las canicas a Renzo y a Simón que también acompañaron a sus madres,

al rato vi pasar a José Luis montado en bicicleta me subi atrás en la parrilla dabamos vueltas por la escuela escasa de nños, llegamos a un lugar apartado del cerramiento de la escuela, solo nosotroa estábamos en ese lugar muy apartado de las aulas de clases,

se bajó la cremallera saliendo su pipi erecto, se puso a pajeárselo y a orinar, me senté a verlo, cuando terminó de orinar me acerca el pipi al rostro yo me levanto y me agarra de la cintura por detrás, me baja la cremallera del pantalón, me voltea y me acuesta sobre el suelo,

no puse resistencia, los pipis salidos por las cremalleras de los pantalones se culiaban moviéndose a todos lados el deseo que tenia era interminable, los dedos de José Luis hacían bien su trabajo pues recorriían mis nalgas y eso hizo que mi pipi se estirara más, nos levantamos rápido montamos la bicicleta,

llegamos a la bodega, José Luis se pretextó que estaba el tubo bajo e iba a hincharlo con la bomba, entramos la bicicleta, nos pusimos a buscar la bomba, me sujeta de la cintura haciéndome movimientos en mi trasero me deje hacerlo, los brazos rodeaban mi cintura, quería que me culiara,

nos quitamos la ropa, mi deseo aumentaba cuando su piel se pegaba en mi cuerpo, nos acostamos en un rincón lejano junto a la perd del fondo detrás de unas cajas nos pusimos de perfil viéndonos, tocándonos y moviendo los pipis con las manos cuando José Luis ya lo tenía bien duro se subió encima mio culiando los pipis, se sentía delicioso, yo era una masa de carne que me dejaba hacer todo molde y postura con sus manos, me dobló las piernas,

me las abrió y por en medio me sobaba el trasero con los dedos, metió el dedo en mi trasero sentí raro pero delicioso me incomodé cuando quiso penetrar todo, volvió a pegar su pipi al mio moviendo la cadera culiandome deliciosamente al paso de las manos por mis piernas y costillas, me viró boca abajo, su pipi se movia muy despacio por mis nalgas, sentí algo de su virgen pipi dentro de mi traserito moviéndolo rápidamente, me tuvo por largo rato, mi cara sobre el piso se ladeaba y se movia, igual que mi pecho

José Luis no quería detenerse, me decía que era rico culiarme, su cara se perdia sobre mi pelo, botaba su aliento que llegaba a las raíces de mi pelo, sus salivas caían en mi espalda, me hacia pujar y creo que eso lo estimulaba a no soltarme, se dobló un poquito, seguía culiandome por el trasero, una de sus manos pasaban por mi espalda, eso hacia que mi pipi se pusiera tieso, sus piernas estaban unidas a las mias.

Nos levantamos para limpiarnos, me vio el pipi parado y se acostó, me hizo que me montara sobre él, me pidió que culiara su pipi, le hice movimientos circulares de culeo, las manos de José Luis recorrían mis nalgas y los dedos recorrían la ruta de la raja de mi traserito, después me hizo sentar sobre su cadera, su pipi lo tenia bien erecto, me movia como jinete cabalgando sentí eso agradable porque su pipi rozaba la ranura de mi traserito.

Nos vestimos, inflamos el neumático y salimos a pasear en bicicleta, después de un buen tiempo escuché un comentario a ma nera de secreto que Renzo me decía acerca de José Luis de que yotenga cuidado con él porque le gustaba culiar a los niños chiquitos, que a él ya se lo había hecho varias veces y que le dolía el traserito, yo simplemente escuchaba, en mi interior me decía que ya me lo había hecho y muy delicioso por cierto. Lo seguí haciendo con José Luis todo ese año escolar al siguiente se fue al colegio y yo me quedé en la escuela con el deseo de culiar que yo lo consumía con mis amiguitos del aula,

gracias a José Luis perdí mi temor y recelo de desnudez y aproveché esa experiencia allá en mi pubertad para hacerlo con chicos hermosos de mi edad y adultos que me eneñaron a transformamerme y ubicarme.

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