Empecé jugando y terminé de puto III - citasgay.org

Empecé jugando y terminé de puto III

Esa tarde de principios de Julio hacía mucho calor, Jacinto y Leo me vinieron a casa buscar, querían que fuéramos donde la cochera para pasar allí la tarde con Gabi y Emi, cuando llegamos no estaban y entonces se nos ocurrió llegarnos hasta el río, ya que allí nos podríamos bañar y estar más frescos, además de encontrar otros niños y poder jugar.

Sin prisas por el calor nos encaminamos al lugar, Jacin sugirió ir hacia abajo del río y llegar hasta la presa de la central de electricidad donde seguramente estaríamos mejor, allí eran abundantes lo árboles. Llegamos hasta la parte de las huertas, no había nadie trabajando en ellas.

Un poco más abajo, cerca de un bosquecillo de chopos, nos paramos y nos tiramos en el verde del suelo, el lugar nos parecía el adecuado y solo al final de la presa se podían ver algunos obreros de la tejera llevando carretones de arcilla.

Leo se comenzó a desnudar quitándose la camiseta y el pantalón quedándose desnudo, con su ropa hizo una almohada y se la colocó bajo la cabeza, inmediatamente Jacin y yo hicimos lo mismo. Estábamos tumbados a la sombra, la maleza nos ocultaba y a nuestros pies llegaba el agua mansa de la presa.

Estuvimos un rato sin hablar gozando de la tranquilidad del lugar, solo se escuchaba el ruido del agua al pasar y el zumbido de los insectos, a pesar de estar a la sombra el aire estaba caliente haciéndonos sudar.

Vamos a darnos un baño chicos. Jacin se puse de pie y sin esperarnos se adelantó a pisar el agua.

Bufff, está fresca y deliciosa. Se inclinó y con la mano nos tiró salpicándonos con un poco de agua, Leo y yo nos levantamos de un salto y corrimos hacía Jacinto que, enseguida al ver nuestra reacción, se tiró en plancha en el agua alejándose nadando.

Así estuvimos un buen rato, jugando y haciéndonos aguadillas, haciendo competiciones pero sin alejarnos demasiado de la orilla. Cuando nos cansamos volvimos donde habíamos dejado la ropa.

Me tumbé cansado y Jacin se tiró a mi lado utilizando mi tripa como almohada, Leo se tumbó a mi otro lado, y así sentíamos que el caliente viento nos iba secando la piel.

Cuando abro los ojos le veo a Leo acariciándose su pene, ya lo tenía tieso y me miraba con fijeza, de repente estiró los labios como lanzándome un beso.

Me la chupas Seba? Nada más hablar él Jacin me agarra mi pija y se la lleva a la boca.

Eso no vale, yo le he pedido que me la chupe. Le dijo molesto a Jacin, Leo se acercó y me puso al lado de la cara su pene, solo tuve que girar la cabeza para llegar con mi boca a la punta, se la lamí, se deslizó un poco más y así ya la tenía dispuesta para mamársela.

Jacin me estaba dando una rica mamada y yo a mi vez se la hacía a mi otro amigo. Los dos chupábamos sin preocuparnos de hacer los ruidos de mamar que nos salían de la boca… Jacin después de unos minutos sacó mi polla de la boca y se chupó un dedo para llevarlo seguido a mi culo, le abrí las piernas como invitándolo a que me lo metiera.

Como no ha venido Emilio hoy te daremos los dos por el culo. Dijo Jacinto.

Por qué me toca a mi? Le respondí.

A ti te gusta más Seba. Es mejor que te la demos los dos para pasarlo bien.

Bueno, pero otro día yo os la daré a vosotros, vale?

Era una forma de que no querer reconocer que realmente a mi y a Emi nos gustaba más que nos la metieran, ellos dos se dejaban pero era para que nosotros no nos quejáramos, y Gabi ya sabíamos, por su problema de que se le salía la tripa, que nunca se dejaba que se la metiéramos.

Bueno pues Jacin me estaba haciendo una buena cogida de culo con sus dedos, ya no daba tanta importancia a chupársela a Leo.

Cógetelo ya Jacin que a Seba no le hace daño. Jacin sacó los dedos de mi ano y me ayudó a colocarme de perrito, miré su verga y la tenía bien dura, dispuesta para meterla ya en mi culo, no era una verga muy grande, ninguno la teníamos muy grande y ninguna llegaba a los 15 centímetros, pero lo que si estaba era muy dura.

Ya me la iba a meter y comenzaba a hacer presión cogido de mis caderas cuando escuchamos el sonido de cascos de caballos.

Los tres nos quedamos quietos, sorprendidos, no esperábamos recibir visita, nos asomamos hacia el río de donde llegaba el sonido, al otro lado donde ya no llegaba el agua embalsada, caminaban sin prisa por la orilla tres jinetes. Jacinto se puse de pie y entonces lo vieron, uno de ellos levantó la mano saludando.

Si son tu hermano y primo con el negro. Al oírle tanto Leo como yo nos levantamos, las pijas a los tres se nos había bajado, al veme mi hermano me pegó un grito.

No os mováis que pasamos a buscaros. Cuando llegaron, ni siquiera nos había dado tiempo a ponernos la ropa.

Qué hacéis aquí, esto está lejos del pueblo. Dijo Paco mirándonos con fijeza.

Nada, nos bañábamos. Le respondió Jacin.

Tan lejos tenéis que venir para bañaros o hay algo más?

Entonces se escuchó la voz ronca y grabe de Ismael.

Déjalo ya Paco, han venido a bañarse y no hay más que decir. Luego me miró a mi y vi esa sonrisa traviesa que siempre me enseñaba. Paco se calló y miró hacía el río con la cara roja, no parecía haberle gustado que Isma se le impusiera.

Venían los tres sin camisa enseñando sus desarrollados pechos, eran tres hermosos adolescentes, bueno y ahora que los tenía a los tres delante a Isma se le notaba como algo mayor, quizá tuviera uno o dos años más que mi hermano y mi primo.

Igual queréis dar una vuelta a caballo. Creo que los tres asentimos con la cabeza. Acercó su caballo donde estábamos y me alargó la mano.

Vamos, sube. Me sujetó de la muñeca y con facilidad me elevó hasta poner mi pie en el estribo, entonces me hizo que abriera las piernas y me sentó delante suyo.

A Sebas lo llevaré yo. Miré a Paco que terminaba de hablar, seguía estando rojo y miraba airado a Ismael.

Sebas vendrá en mi caballo, vosotros ocuparos de sus amigos. No habló más y tiró de las riendas para dar vuelta a su caballo. Miré hacía atrás mientras nos alejábamos buscando lo estrecho del río para vadearlo, vi que Paco y Lucio montaban atrás de ellos a mis amigos obedeciendo lo que Isma les había dicho.

El caballo pateó el agua al entrar en ella y bufó elevando la cabeza. Isma pasaba su brazo y me cogía por la cintura colocando la mano extendida en mi tripa apretándome hacía su pecho.

Estas bien? Había acercado la boca a mi nuca y sentí su aliento, no puede evitar estremecerme.

Sí, pero no he montado mucho a caballo.

No te preocupes, es un mansurrón, no va a tirarte. Y apretó más su mano en mi abdomen.

A veces le pedía al caballo que avivara el paso, inclusive llegaba a ponerlo al trote, era una delicia recibir el aire en mi cara, me sentía entusiasmado de ese trote ligero que me hacía saltar y con miedo de caerme, pero me sentía seguro con su brazo sujetándome tan fuerte. Isma iba pegado a mi espalda y notaba el sudor de su pecho que ya comenzaba a mojar mi camisa.

Bordeamos la fábrica de ladrillos y alfarería y volvimos a cercarnos al cauce del río.

Nunca había venido tan lejos, solo llegar hasta la presa.

Y te gusta? Aflojó un poco la velocidad y sentí como levantó mi camisa y metió la mano para tocarme la piel, comenzó a hacerme leves caricias en la tripa.

Es bonito, pero tu me haces cosquillas al tocarme jejeje.

Me gusta tocarte, tienes la piel muy fina, sí, me gusta mucho como se siente.

Había llegado a un recodo escarpado del río y para seguir teníamos que salirnos del cauce. Detuvo al caballo debajo de un árbol.

Vamos a esperarlos. El caballo piafa, eleva las patas delanteras y las deja caer con fuerza.

-Jajaja, no está acostumbrado a ir de paseo, necesita desfogarse y correr.

Dos minutos después nos alcanzan, Jacinto y Leoncio parecen estar felices agarrándose abrazados a las cinturas de mi hermano y mi primo.

Daos la vuelta, yo me quedó un momento para hablar con Seba, enseguida os damos alcance. Les dice a mis parientes, y estos como ya sospechaba, obedecen sin rechistar, aunque ahora Paco si parece estar más contento.

Cuando se alejan en un recodo Isma se baja del caballa y sujetándome por la cintura me baja a mi también, pero no me suelta en el suelo sino que me mantiene abrazado pegado a él. Me sujeta con un solo brazo y con la otra mano me coge la barbilla para que levante le cara y le miré.
Sabes que me gustas mucho Sebas? Eres la persona que más me ha gustado nunca. Con esa mano libre me agarra de la cara haciendo que mis labios se junten y entonces me da un beso en ellos.

Sin yo ser muy consciente estoy respondiendo a su beso, le abrazo del cuello y giro levemente la cabeza, abro la boca y su lengua, con timidez, me penetra hasta tocar la mía, las unimos y hacemos fuerza, sus grandes labios absorben los míos, saboreo su saliva, me gusta su sabor, me gusta el calor que irradia su boca, me abrazo con fuerza a su cuello y gimo.

Ohhh Isma!

Sí bebé, que rica me sabe tu boca, sigue besándome.

Después de unos minutos besándonos me voy deslizando de su abrazo y llego a pisar el suelo.

Te quiero para mi Seba, quiero ser tu hombre. Me alzo de puntillas y le miro sus profundos ojos negros, entonces yo lo beso en sus gruesos labios.

Pero Isma, yo soy todavía un niño.

No me importa, yo necesito tenerte.

Y mis amigos, mi madre, mi familia que van a decir.

No tienen que decir nada, no vas a dejarlos, puedes continuar viviendo con ellos, pero te quiero para mi, o tu no quieres? Me quedo cabizbajo un momento, todo lo veo tan complicado, además de que no se si estoy enamorado de Ismael, que me gusta es seguro y lo veo guapísimo y tan todo, pero…

No lo se Isma, tu me gustas pero todo lo que me dices es tan serio y de mayores que no se que responderte.

Es igual, ya lo pensarás, no tengo prisa, solo que necesito de momento tenerme Seba, hacerte mío.

Quieres decir que deseas cogerme?

Sí, es que ya no lo puedo aguantar Sebita mío, mi dulce bebé, me tienes todos los días al palo, te deseo tanto que cuando te veo mi verga no para quieta y me duele del deseo por estar metido en ti.

Me abrazaba muy fuerte, el caballo se había alejado unos pasos y comía hierbas sin importarle lo que allí sucediera, Isma si que parecía loco, hasta podía notar el gran bulto que muy duro se apretaba en mi abdomen.

Mira, mira como me la pones. Me cogió la mano y me la colocó sobre su bulto, irradiaba calor que se pasaba la tela, aquello parecía descomunal.

Quieres verla como está? Respondí a su invitación con la cabeza diciéndole que sí. Sin más Isma se desató el cinturón y sin quitarse los botones se deslizó el pantalón, como no llevaba camisa y el pantalón le iba grande, cayó a sus pies dejándolo desnudo a mi vista.

Ohhh Dios, qué era aquello?, nunca había visto algo semejante. Un tubo de carne negra y dura, con el glande pelado y de color rojo oscuro, brillante de los juegos que le salían de la punta, abajo dos enormes pelotas cubiertas de negro y ensortijado vello.

Wow Isma, es tremendo, nunca he visto algo así, al menos te mide 20 centímetros. Mi expresión debió hacerle gracia.

Jajaja 23, pero no tengas miedo, se manejarla muy bien para que no te haga daño. Te gusta bebé, te gusta?

Si que me gusta, puedo tocarla?

Es toda tuya, mi amor, es para ti y que hagas lo quieras con ella. Sin meditarlo se la agarré y sentí que dio un brinco hinchándosele más, difícilmente contenía su circunferencia con mi mano, bajé y subí la mano corriéndole la piel, una gota de líquido le escurría y cayó en mi mano, me la llevé a la boca y la saboreé.

Ummmm, esta rica tu leche.

Jajaja, aún no es leche, la quieres chupar?

Nada más decirlo caí arrodillado a sus pies, la sujeté y empecé a darle besos y lamer lo que le escurría.

Ohhhhh, ohhhhh, que rico, qué rico mi amor.

Me la metí a la boca, solamente el capullo ya me ocupaba toda la cavidad bucal, pero tragué hasta meterme menos de la mitad, la sentía deliciosa, sabía muy rica pero era grande y no podía saborearla como a mi me gustaba, para eso estaba mejor la de Paco que me entraba toda y podía degustarla y acariciarla dentro de la boca con la lengua.

Me afané a chuparla y sujete los huevos que me parecieron duros y pesados y de pronto.

Agggggrrrrrrr, me voy Seba, me corro. Empezó a temblar y sujetando mi cabeza empujó queriéndome meterla más, y lo consiguió pero casi mi ahoga, empezó a convulsionar y así en el fondo de mi garganta me dejó todo su abundante esperma.

Cuando dejó de moverse y me sacó la verga pude respirar ahogado y tosiendo, expulsando restos de la lechada que había dejado.

Ahhhh, Isma, por poco me ahogas.

Perdóname bebe, me he dejado llevar por las ganas, lo siento.

Lo miré y parecía compungido y hasta asustado, seguía teniendo la verga dura, como si no se hubiera terminado de correr, se la limpie bien de los restos de su semen y mis babas.

Te ha gustado Isma, lo he hecho bien?

Ahhh bebé, eres una maravilla, me la chupas mejor que otras mujeres y hombres lo han hecho.

Pero su verga continuaba dura y yo dulcemente se la masturbaba.

Quieres cogerme Isma?, me da algo de miedo pero no se te baja y pienso que no has quedado satisfecho.

Oh, no te preocupes amor, siempre me pasa, necesito descargarme varias veces para que se quede tranquila y satisfecha.

Y te ha gustado chupármela mi amor, piensas que soy un buen macho? Me levantó y a la vez que me abrazaba me manoseaba las nalgas.

Me ha gustado mucho, tu verga es exquisita, la mejor de las que he chupado y también me gusta tu semen pero sin ahogarme jejeje.

No volverá a suceder bebé, aprenderé a contenerme.

Volvía a besarme con mucha pasión, ya pensaba que nos pasaríamos la tarde allí cuando se subió los pantalones y apresurado se puso el cinto.

Otro día te haré más cosas, quiero cogerte por el culito bebé, que aprendas que yo soy tu macho y se vaya acostumbrando a tenerme dentro.

Oye Isma, quiero decirte algo y no quiero que te molestes.

Dime mi amor, sabes que puedes confiar en mi y que yo te adoro, pídeme lo que quieras que te lo daré.

De verdad no te vas a molestar? Sentiría mucho que te enfades, tu me gustas Isma, me encantas todo tu, como eres y lo que tienes, ya quiero sentir tu verga en mi culo y que me hagas tuyo…, pero no puedo pertenecerte como tu quieres.

Abracé su estrecha cintura y le besé el pecho.

También yo te deseo porque me has demostrado lo macho que eres y no creas que no te respeto solo que quiero seguir siendo libre, soy muy joven y hasta tu puedes cambiar y buscarte una mujer, por eso quiero que me dejes seguir mi vida, si me quiere coger me tendrás cuando tu quieras y es lo que yo también deseo, pero amo la libertad.

Ismael me cogió muy fuerte que hasta casi me ahoga entre sus brazos, pensaba que se había molestado y esperaba que me soltara un cachete, pero no.

Jajaja, yo buscarme una mujer!, tengo las quiero pero ahora no me interesan y solo pienso en ti, me has robado el corazón, entiendo que eres muy joven para comprometerte y quiero darte todo lo que me pidas y se te antoje, por eso te juro que serás libre de vivir tu vida siempre que me no me niegues y todos sepan que eres mío.

Y cómo será eso Isma, podré estar con otros chicos, con mis amigos lo mismo que ahora.

Te dejaré que vivas tus experiencias pero debes respetarme y guardar mi honor de hombre.

No entendía muy bien lo que significaba todo aquello, solo entendí que yo podía seguir mi vida y a la vez estar con él cuando me lo pidiera. Firmamos el acuerdo con un gran beso que él interrumpió ya que su polla estaba otra vez muy dura.

Mañana vamos a capar a un toro y vendrá el veterinario, quiero que vayas a verlo y allí nos podemos encontrar.

Vale Isma, lo que tu mandes haré. La verdad era que ya una vez había visto en una ocasión capar a un toro, no me había gustado nada, me daba pena que un bravo animal lo convirtieran en un inválido sexual, además del dolor que tenían que hacerle, pero si Isma me lo pedía yo tenía que obedecerle.

Ahora vamos que tu hermano y tu primo se pensarán lo peor de nosotros jajaja.

Igual que habíamos venido regresamos, solo que ahora hacía que el caballo corriera más rápido hasta que los alcanzamos antes del entrar en el pueblo.

Al entrar en el pueblo nos dejaron a mis amigos y a mi y ellos se fueron para llevar los caballos.

Jacinto me miraba suspicaz sin atreverse a preguntar.

Qué pasa pues, me ves algo raro en la cara?

No te molestes Seba, pero que pasó con el negro?

Nada, no pasó nada, son cosas de Ismael.

Parece que el negro te quiera para él, todos los hombres andan buscando entre los niños como el tío de Emilio.

Y a nosotros qué, pues a todos les gusta que los mayores anden así y los traten bien. Fue mi respuesta.

En el pueblo era bien sabido de todos, que por la escasez de mujeres y por los problemas que conllevaba dejarlas preñadas, los hombres se buscaban muchachos dispuestos a entregar sus nalgas, los hombres ricos incluso los compraban a sus padres o les pagaban para que los sirvieran en sus camas.

Al parecer todo ello repercutía en que la comunidad para que se sintiera más unida y a todos convenía.

Pero Seba, eso no se da con esa gente, ellos son distintos, viven separados. Jacin continuaba insistiendo.

No te preocupes, todo está bien y no pasa nada. estamos en un país libre y cada quien anda con quien quiere.

No se Seba, pero puedes meterte en problemas si la gente se entera que andas con el negro.

Ya nos despedimos y cada quien se marchó para su casa, yo me llegué hasta la plaza por si mi madre necesitaba que le llevara algo para casa.

Aunque no quisiera lo que Jacinto me había dicho no dejaba de venirme a la cabeza. La comunidad de color vivía su propia vida, en algunos aspectos se mezclaban con nosotros, algunos muchachos jóvenes incluso se hacían amigos nuestros, como había sucedido con Isma que era amigo de mi hermano, mi primo y otros chicos. Yo no sabía el motivo pero había algunos entre nosotros que aún no los soportaban, aunque lentamente se estaban haciendo un lugar entre los de raza blanca.

Esa noche en la cena noté que Lucio apenas me miraba, que cuando cruzábamos la mirada él la apartaba de inmediato, además de que se había sentado al otro lado de la mesa y no junto a mi como siempre hacía.

Mi madre y su pareja esa noche la llevaban buena, se le veía contenta hablándole a Alfredo que tenían que mirar un viejo camión que le habían ofrecido y que necesitaba comprar para transportar granos, debería trasladarse a un pueblo cercano donde tenían el camión.

Antes de ir a la cama le pidió a Lucio que fuera en el día a la tienda para controlar que Domingo y Rogelio hicieran su trabajo, le vi molesto por el pedido pero no dijo nada. Ni para protestar abrió la boca.

Ayudamos a recoger la mesa y nos fuimos a nuestra habitación, Lu salió con la toalla en el cuello camino al patio, supuse que para darse una ducha al aire libre, yo me fui a lavar al aseo, luego me tendí sobre la cama, escuchaba el ruido del agua al caer e imaginaba el cuerpo dorado de Lucio mojado bajo la luz de la luna y las estrellas, más lejano sentía hablar a mi madre con Alfredo, esta noche al parecer estaban más tranquilos.

Al rato volvió Lucio abriendo la puerta silenciosamente y se tumbó en su cama.

Lucio? Le llamé, pero recibí el silencio de respuesta.

Lucio? Repetí otra vez.

Qué quieres?

Estas molesto conmigo?

No, cállate y duerme!

Por qué no me hablas?

Déjame Sebas, ya cállate de una buena vez.

Ves, si estas enfadado, me dejas que duerma contigo?

No, no te quiero a mi lado…

Hablaba con voz ronca y se dio la vuelta en la cama para mirar donde yo estaba. Tenía que saber lo que le pasaba, no podía aguantar que Lu estuviera enfadado con algo que era mi culpa. Me levanté y arriesgándome a que me diera un pescozón me acerqué a su cama, a la luz de la luna que entraba por la pequeña ventana se veía brillar el blanco de su calzoncillo sobre su piel morena del sol. Me tumbé a su lado arrimándome a él y pasé mi brazo por su cintura, Lu me daba la espalda e intentó resistirse a que le abrazara.

Joder!, que pesado eres. Luchamos un momento, él intentando que retirara mi mano y yo volviendo a colocarla rodeándole su cintura hasta que cedió y se quedó sujetando mi mano en la suya.

Ahora vamos a hablar, cuéntame lo que te pasa, qué he hecho que te disgusta?

Entonces Lucio se dio la vuelta y nos quedamos de frente mirándonos sin vernos, sentía el aliento agitado que salía de su boca en mi cara.

Joder Sebas, soy tu hermano y tengo que enterarme el último del pueblo, Que te pasa con Paco, y mejor aún, con el negro Isma?

Se le notaba agitado y con la mano izquierda me sujetó del hombro haciéndome daño.

No pasa nada Lu, no pasa nada.

Cómo que nada, el negro dice que eres suyo, Paco por poco se lía a los golpes con él, qué está pasando Seba.

De verdad se iban a pegar Lu?

Claro que se iba a pegar, se pegaron y si no los separo se matan, nosotros siempre hemos sido amigos, nos llevamos bien con el negro, qué has hecho Seba?

Yo no he hecho nada Lu, te lo juro, con el Isma no he hablado ni tres veces.

Entonces por qué dice que tu le gustas, que eres para él y además le dice a Paco que te deje en paz y no te persiga, cual es este embrollo?

Lucio parecía muy agitado, se había enterado de algo y estaba muy confundido y enojado.

Vale Lu, te cuento pero no te enfades conmigo por favor.

Más o menos le fui contando todo, bueno todo no, intenté no contarle como Paco me había cogido en su casa y la mamada que le di a Isma, pero él me lo fue sacando sin yo darme cuenta, también le oculté parte de la conversación con Isma.

Estas organizando un lío gordo Seba, te das cuenta?

Si yo no he hecho nada Lu, son ellos los que quieren.

Qué quieren de ti Seba?

Pues tu ya sabes…, me tienen ganas, me dicen que soy guapo, tu ya sabes lo que todos quieren Lu.

Yo no se nada, Paco hablaba que no serías del negro porque ya eres suyo, el negro se puso como fiera…, dime de una vez lo que habéis hecho.

Te lo diré pero sin que te enfades, verás con Paco hicimos cosas cuando tu no estabas…

Qué cosas, habla de una vez.

Bueno pues sí, él me cogió, quería darme por el culo y le dejé.

Pero Seba, por qué haces eso.

Me gusta Lu, me gusta que me la metan, tu ya sabes que me gustan los chicos de siempre y que esas cosas las hago con mis amigos, lo sabe todo el pueblo.

Sí, pero eso no te hace ser un busca vergas, con tus amigos juegas y eso lo hemos hecho todos de niños, pero Paco es mayor que tu y el negro ni digamos, no está bien que te metas con ellos.

Venga Lu, que ya no soy un niño pequeño, crees que no se lo que se anda por todo el pueblo, niños más pequeños que yo cogen con mayores, todo el mundo lo hace, acaso tu no.

No, yo no voy cogiendo a niños…

Ambos guardamos silencio hasta que Lucio comenzó de nuevo.

Entonces tu quieres al negro o a Paco?

No, yo no quiero a ninguno de los dos.

Entonces por qué andas con ellos. Pensé unos segundos mi respuesta.

Me gustan, son chicos muy guapos, me gusta sentirme querido por ellos, darles gusto y que se corran pensando en mi y sintiéndome. Pensaba en lo orgulloso que me sentí cuando Isma, sin poderse contener, me tiró toda la corrida en la boca y ahora al pensarlo mi pija se me puso dura hsta no poder más, sentirme deseado de esa manera me encantaba sin saber el por qué.

Entonces tu no quieres a nadie? Me habló suavemente y deslizó con una suave caricia su mano de mi hombro hasta el codo.

Bueno si hay alguien a quien quiero, a mamá, quería mucho a los abuelos, pero sabes a quien quiero más que a nada? Moví mi mano para colocarla en su cintura, se le había quedado la piel fría y sentí como tiritaba. Lu se quedó en silencio aguardando que siguiera. Como no reaccionaba acerqué mi cara a la suya y le besé en los labios.

A ti es a quien más quiero en este mundo.

Sin darme tiempo a reaccionar Lucio me llevó hacia él y entonces fue él quien me besó apasionado.

Yo también te quiero Seba, eres mi hermanito pero te quiero, te quiero como hermano y como hombre te deseo, no soy diferente a los demás. Hablaba sin separar sus labios de mi boca. Luego sentí como se ponía tenso.

Te gustaba como te la metía Paco?

Sí, era una sensación maravillosa, pero también yo se la di por el culo.

Oh!, cómo fue eso?
Él me lo pidió.

Te dijo que se la metieras?

Más o menos así fue, me lo pidió, y le gustó como le daba.

Parecía que Lu dudaba de seguir hablando y solo carraspeaba.

Ejem, ejem, crees que nosotros podríamos intentarlo.

Bueno, si tu quieres que lo hagamos por mi no hay problema, quién la mete Lu?

Tu qué prefieres. Mientras Lu hablaba yo me quité lo que llevaba puesto, luego volví a tumbarme a su lado y pasé la mano por su torso hasta llegar acariciándolo a su polla, vaya sorpresa la mía, la tenía dura y caliente como un hierro al rojo vivo.

Yo prefiero que tu me la metas y seas mi macho, te parece bien?

Como tu digas hermanito, yo también prefiero meterla en tu culo tan bonito.

Jajaja, Lu la tienes más grande que yo, quiero verla, puedes dar la luz?

Entonces pude admirar en detalle el cuerpo de Lu, no estaba tan fuerte como Paco, y por supuesto tampoco tenía los músculos de Isma, pero para mi era una pura delicia mirarlo.

Me hizo colocar apoyado sobre los codos al filo de la cama, así le ofrecía mi culo de la forma más cómoda para que él me la metiera. Le notaba un poco torpe o nervioso y se sostenía en la mano su dura verga, pero solo miraba mi agujero, me abrió un poco las nalgas con su mano y volvió a quedarse observando a la vez que se pajeaba la polla.

Se acerco a mi y vi como la polla le palpitaba emocionado de verme ante él ofreciéndole mi culo. Colocó la punta de la polla y empujó para meterla, lógicamente aunque estaba deseoso de recibir su verga mi culo se encontraba cerrado y no entraba.

Entonces recordé lo bien que me la había metido Paco con la crema que le cogió a doña Eleonor, me propuse pedirle que me regalara la cajita metálica cuando lo viera.

No entra Seba, parece que estuvieras virgen. Jadeaba al hablar de lo nervioso que estaba.

Me tenías que haber dilatado el culo antes de intentarlo, pero ponle saliva en la punta y en mi culo, así resbalará mejor.

Lu hico como le decía, también el miedo le hacía ser cuidadoso y se retenía, volvió a escupir en su polla, se la mojó bien en saliva y con dos dedos me untaba también mi culo y luego me metía un dedo. Me daba mucha ternura observar que, a pesar de tener su verga dispuesta para penetrarme, se aguantaba para que no me doliera.

Volvió a intentarlo y me relajé todo lo que pude, haciendo fuerza con mi culo, como si fuera a cagar, para que se abriera. Así fue metiéndomela con cierta facilidad, entrando al final de un tirón hasta el fondo, ahí se quedó quieto mirando el rictus de dolor en mi boca.

Estás bien Seba, te hago daño? Me pasó la mano por la cara acariciando.

Estoy bien, ahora quédate un momento quieto y deja que yo me mueva. Respiré profundamente y comencé a moverme con cuidado para que mi ano se fuera haciendo al grosor de su pene, mis ganas de verga me ayudaron y pronto noté que su verga discurría dentro de mi haciendo que me estremeciera.

Ya Lu, dale verga a tu hermanito, siento tu verga muy rica.

Y yo lo caliente que estas por dentro Sebita, es increíble lo bien que me siento así.

Venga Lu, fóllame. Entonces si que Lucio se convirtió de repente en un macho deseoso de sentirme y comenzó a darme con brío y fuerza, hacía que mi cuerpo resbalara al golpearme de los caderazos que arreaba, hasta que le retuve con las manos en sus muslos y se dio cuenta de que me hacía daño.

Siguió pero más calmado y comenzó a suspirar y respirar fuerte, Lu ya la estaba gozando, lo mismo yo que ya no me contenía, aunque los dos procurábamos no meter mucha bulla para que mamá y Alfredo no escucharan.

Fueron unos minutos gloriosos sintiendo como mi hermano gozaba con la cogida, le pedí que me besara, deseaba sentirme invadido por mis dos agujeros y entonces sentí envidia de que las chicas tuvieran tres para que las llenaran. Lu ya tenía confianza y sabía darme como yo necesitaba, una calentura extraña debió entrarle y daba más fuerte entrando con ganas hasta el fondo. Yo sentía mucho placer que casi me desmayaba hasta que le noté como se le hinchaba la polla y se incrustaba dentro de mi y empezó a correrse en mi interior.

Ahhhhh Seba, ahhhhh que rico hermanito, que gusto siento…, ahhhh, ahhhh, ahhhh.

Notaba como iba depositando sus lechadas en mi interior y como me llenaba, hasta que sin necesidad de tocarme con la mano, solo con el frote de su abdomen en mi verga empecé a disparar mi leche contra su vientre.

Se quedó apoyado en mi, su cara enterrada en mi cuello respirando agitado, yo me sentía realizado, encantado de haberle dado placer y que a su vez él me lo diera.

Pasaban los minutos y su verga no se salía de mi culo, la seguía teniendo tan dura como al principio, el culito me escocía un poco y le pedí que la sacara, vi su cara de desilusión pero obediente me hizo caso.

La verdad era que yo si me había quedado satisfecho de momento, pero Lu era como si necesitara otra corrida, entonces le hice tumbarse y cogiéndole la verga empecé a mamarla. Me fui calentando poco a poco y a degustar el sabor de su semen que había salido de mi culo, mientras se la chupaba, me apliqué para darle la mejor mamada que hubiera recibido hasta ahora. Tampoco necesité mucho tiempo pero disfruté comiéndole la verga y sus generosos huevos, sus pelotas estaban hinchadas y aun se le notaban llenas.

De pronto Lu me empezó a acariciar las nalgas y a meterme los dedos que resbalaban delicioso por el semen que aún me salía, elevé el culito para que pudiera llegar más profundo y entonces si que Lu soltó un gran grito a la vez que empezaba a llenarme la boca de su crema.

Aww Seba, ha sido delicioso, nunca había disfrutado tanto y ha sido contigo, con mi hermano que he sentido todo esto.

Qué te ha gustado más, cogerme o la chupada de polla? Dejé salir una suave risa.

No me hagas elegir, las dos cosas me han vuelto loco, y mira tu como mamas de bien y goloso, jajajaja. Ya se ve que te gusta mucho Seba…

Sí, es verdad, no te lo niego Lu, me gusta mucho la verga por la boca o por el culo la disfruto igual.

Yo te he hecho gozar Seba, te lo hago mejor que Paco?

No se trata de eso, tu eres delicioso y de Paco me gustan algunas cosas, tampoco me hagas tu elegir, lo importante es que lo hemos pasado bien.

Nos quedamos un momento en silencio, abrazados a pesar del sudor que nos envolvía.

Tenemos que ir a limpiarnos y yo a sacar lo que me has dejado dentro, pensaba que no ibas a dejar de correrte y estoy lleno.

Jajaja, ve tu primero y te vacías, vamos a tener cuidado para no hacer ruido.

Mientras me limpiaba no dejaba de pensar en como se desarrollaría nuestra vida desde ahora, quería un chingo a mi hermano y deseaba continuar disfrutando del sexo con él, también mi primo me atraía y no me negaría a pasarlo bien a su lado, quedaba ver lo que sucediera con Ismael si es que se daba algo. Me sentía satisfecho de mis logros.

Volví a la habitación cuando Lu ya venía por el pasillo y aprovechó para darme una pequeña nalgada, agarrándome jugando un cachete del culo.

Cuando él regresó yo había abierto del todo la ventana para mitigar el olor a sexo que impregnaba el aire, y cambiado a mi cama, la suya estaba húmeda del sudor y la leche que se nos había escapado, Lu se tendió a mi lado y apagó la luz.

Por una vez parece que vamos a utilizar tu cama y no la mía.

La hemos dejado perdida de semen y sudor, tu crees que mamá se dará cuenta?

Na, no te preocupes de eso enano, ahora tengo que dormir, mañana mamá me levantará temprano y ocupe su puesto en la tienda. Quedamos los dos tumbados mirando al techo, cada uno con sus pensamiento, pensaba que Lu ya se había dormido cuando tocándome la mano dijo.

Creo que debías hablar con mamá sobre tu padre.

Por qué dices eso ahora?

Tienes el derecho de conocerlo, quizá él te quiera y creo que tu lo necesitas.

Se me estaban cerrando los ojos de cansancio y sueño y sin más me quedé dormido.

****************
A la mañana siguiente cuando desperté la casa estaba en silencio, no me había enterado de cuando mamá y Alfredo salieron para su viaje, ni cuando Lucio marchó a su trabajo.

A pesar de que continuaba cansado me levanté contento, tomé una ducha en el patio al aire libre, desayuné y me dispuse a encontrar a mis amigos o quizá me llegara hasta la casa de Paco, tenía que pedirle la crema que utilizo en mi culito, ya no quería que me faltara.

Fui hasta la casa de Emilio y lo encontré trabajando con su tío Aurelio, me dijo que tenían que preparar algunas de las habitaciones, que su tío había pensado volver a usar la parte de arriba que era suya de herencia y estaba vacía, como fonda que era antes.
Al parecer al Gobernador se le había ocurrido destinar dinero y acabar por asfaltar el camino que llevaba a la estación cuatro kilómetros más abajo por el río.

A veces a la administración se le ocurría hacer algo bueno con los impuestos, la última vez habían conducido las aguas de la lluvia por una cañería gigante que atravesaba el pueblo hasta llegar a la iglesia para verterlas directamente en el río, antes, en las temporada de lluvias se inundaba la calle principal y la convertía en un torrente.

En otra ocasión habían llegado a un acuerdo con los dueños de la fábrica de tejas y alfarería, con la presa disponían de electricidad que les sobraba y en el pueblo no la había, ellos abastecerían de electricidad al pueblo y a cambio el gobierno regional encauzaría agua potable de la fuente donde nace el río, para el pueblo y para la fábrica, acuerdo que beneficiaba a todos, también consiguieron que el puente de vehículos lo hicieran cerca de la fábrica y así pudieran mover mejor sus mercancías.

Para hacer todas aquellas obras trajeron gente trabajadora, por lo general era gente indígena con escasa preparación, la alojaban en casas de lona, mucha de aquella gente al terminar las obras se quedaron en el pueblo, el municipio les dio terrenos y levantaron sus casas de ladrillo blanco.

Según Emi, su tío quería aprovechar la oportunidad y ofrecer a los encargados de las obras un lugar para pasar el tiempo que duraran las obras y así ganarse un dinero.

Le dije a Emi lo del toro al que iban a capar a la tarde y si pensaba acudir, respondió que no sabía pero que si iba nos encontraríamos allí. Mis otros amigos no había ido a la cochera ese día y después de hablar un rato, hasta que su tío lo reclamó, me marché hacía la plaza pidiéndole que si los demás llegaban les dijera.

En la tienda me encontré a Lucio y le dije que como mamá no iba a volver para la hora de la comida pediría a doña Eleonor que nos invitara a comer con ellos.

Lucio me dijo que yo hiciera lo que quisiera, pero que él se quedaría a comer en el bar al lado de la tienda.

Creo que nunca os he hablado de este bar, está pegado a la tienda, en realidad es propiedad de mi madre pero lo tiene alquilado, ella no puede llevarlo todo, aquí es donde se hace la vida social del pueblo, es el lugar donde don Ernesto viene a las tarde a jugar la partida de dominó o de cartas con sus amigos, así aprovecha para hablar de negocios con mi madre.

Bueno pues ya sin más me encaminé hacia la casa de Paco…

jaime.iriarte92@gmail.com

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