Estreno anal
Hace algún tiempo conocí a un chico en una web de contactos y quedé con el sin más compromiso que pasar un buen rato praticando sexo.
Tras aquel encuentro, muy placentero por cierto, decidimos seguir quedando de vez en cuando para satisfacer nuestros deseos secretos.
Esta que os voy a contar era la tercera vez que quedábamos y aunque las otras veces habiamos acabado muy satisfechos no habíamos llegado a follar efectivamente y, la verdad, a mi ya me apetecía sentir aquella polla dentro de mi.
He de decir que nunca había follado con un hombre
pero como siempre me ha gustado el sexo anal he practicado muchas veces la relajación y dilatación con los juguetes de que dispongo.
Pero ya tenía ganas de hacerlo de verdad y consideraba que aquel chico era el ideal para estrenarme.
Así que, cuando me envío un mail para volver a quedar le contesté que si,
que tenia muchas ganas y le lancé la pregunta de si le gustaría follarme, no fuera cosa que no le gustase, que todo puede pasar.
Estuve un tanto intranquilo hasta que me contesto y me dijo que si, que le apetecía mucho pero no se había atrevido a pedirmelo las otras veces.
Así pues quedamos en vernos en un par de dias en mi casa a media tarde.
Como ya imaginais pasé dos días ansioso esperando aquella tarde que, por fin, llegó.
Me preparé tranquilamente, me duché, limpié mi ano a conciencia para no tener sorpresas, me lubriqué un poco y me vestí para esperarlo.
Llegó puntual, como siempre, y pasámos a la habitación que utilizo para estas cosas.
No hablamos mucho porque tampoco queremos saber demasiadas cosas uno del otro, simplemente quedamos y hacemos lo que nos gusta.
Comentamos alguna cosa del trabajo mientras nos desnudábamos y poco más hasta que quedamos desnudos uno frente al otro.
Nos acercamos hasta que nuestros sexos se tocaron y comenzamos a frotarnos y sobarnos para ponernos a tono.
A él se le ponía dura enseguida y como yo tardaba un poco más aprovechaba para sentirla en mis manos y juntarla con la mía.
De vez en cuando el me agarraba las malgas y me apretaba contra su cuerpo frotando bien su polla sobre mi.
Así estuvimos un rato,
calentándonos,
hasta que el se separó un poco y se sentó en la cama con las piernas abiertas ofreciéndome su verga.
Automáticamente yo me incliné hasta ella y la rocé suavemente con los labios para después lamer suavemente el capullo
y, poco a poco, ir recorriendo con la lengua toda su polla hasta acabar metiéndomela muy despacio dentro de la boca
y comenzar a chuparla aumentando el ritmo de vez en cuando.
También paraba de chuparla y me la pasaba por los pezones y por los labios para volver a meterla en mi boca y saborearla por completo.
Me gusta esa polla y me encanta mamarla.
Al rato me pidió que parase porque ya estaba muy cachondo y me djo que me acostase en la cama, cosa que hice rápidamente.
El se colocó entre mis piernas abiertas para devolverme la mamada, lo que hizo de forma magistral, tragándose mi polla, sorbiendo y lamiendo sin descanso.
Cuando notó que yo ya estaba a tope se incorporó quedando de rodillas entre mis piernas y pasó a apoyar sus manos a ambos lados de mi cuerpo como si fuese a hacer flexiones para colocar su polla sobre la mía y volver a frotarlas con fuerza unos segundos para después indicarme con las manos que levantase las piernas.
Levanté las piernas y me las cogí con las manos por las rodillas dejando mi culo frente a su miembro.
El volvió a la posición de flexiones y comenzó a pasarme la polla por el culo apoyándola contra mi ojete como si fuese a clavármela de golpe.
Aquello me puso a cien, sentir su capullo caliente a las puertas de mi ano una y otra vez me excitaba muchísimo y no tardé en pedirle lo que llevaba tanto tiempo deseando: Quiero que me la metas ya.
Quiero que me folles.
El se levantó de la cama para coger un condón de la mesa y ponérselo y yo mientras aproveché para llenar mi culo de lubricante y abrirlo un poco con los dedos.
Volvimos a la cama pero esta vez yo me puse a cuatro patas para que el se arrodillase detrás de mi entre mis piernas y así ofrecerle mi culo por completo.
Se colocó en tal pose y comenzó a pasar su polla por mi raja para que yo pudiese sentirla y disfrutarla.
Después fue apoyando su capullo en la entrada de mi ano presionando levemente para que este se abriese y le dejase penetrar en mi.
Yo estaba excitadísimo deseando tenerla dentro así que, casi susurrando le dije: sí, vamos fóllame.
Al oirme el apretó un poco más fuerte a la vez que yo respiré hondo y relajé mi esfinter.
Automaticamente mi culo se abrió ante su polla y sentí el inmenso placer de notar como me entraba y se hacía sítio en mi interior.
Me mantuve quieto unos segundos para disfrutar de la sensación de tener su verga dura y caliente bien adentro.
Por fin lo había conseguido.
Empecé a moverme despacio adelante y atrás gozando aquello cada vez más y al momento noté como el apoyaba sus manos en mis caderas para llevar el ritmo.
Dejé de moverme y el fue bombeando polla ritmicamente disfrutando la follada.
De vez en cuando el alargaba su mano y magreaba mi polla y mis huevos poniéndome más cachondo todavía.
No sé cuánto duró el mete y saca porque yo ya estaba traspuesto del placer que me estaba dando mi chico,
pero llegó un momento en que el se paró bien dentro de mí y me apretó las nalgas con fuerza para correrse a gusto en mi culo.
Se quedó quieto un momento para recuperar el aliento y sin llegar a sacármela agarró la mía y comenzó a pajearla con fuerza.
Yo me incorporé, quedando los dos de rodillas con nuestros cuerpos pegados, mi espalda a su pecho y mi culo a su polla que seguía dentro.
No aguanté mucho, ya que el placer era tan intenso que mi polla llegó al tope rápidamente y enseguida comenzó a soltar leche y más leche.
Me corrí como nunca.
El me soltó, su rabo se deslizó saliendo de mí y al bajarse de la cama vi que aún la tenía dura,
así que le eché mano para que no se fuera, le quité el condón y me senté al borde de la cama mientras le dije: ahora quiero ver como te corres.
El se quedó de pie delante de mi y disfruto de la paja que le hice meneándosela con las dos manos y acelerando el ritmo como nos gusta a los tíos.
Cuando noté que ya estaba a punto le dije: dámela, dame tu leche, y apunté su capullo hacia mis tetas.
Casi no le dio tiempo a decir: ahí la tienes antes de empezar a correrse.
Se corrió como si no se hubiese corrido antes y yo no dejé de moversela a derecha e izquierda para repartir su leche por mis tetas.
Me gusta sentir la leche caliente en mis tetas.
Se la apreté y meneé hasta la última gota y después me tumbé mientras el se iba al baño a lavarse.
Me acaricié las tetas repartiendo su leche caliente por todo mi pecho y pellizcandome los pezones llenos de semen.
El volvió del baño y se puso a vestirse ya que nos habíamos pasado un poco de tiempo.
Yo no dejé de tocarme, aunque ya estaba practicamente seco. Cuando acabó me dijo: Se nota que tenías muchas ganas, ha estado muy bien.
Le acompañé a la puerta y nos despedimos hasta la próxima.
Fui directo a la ducha y claro, no pude evitar masturbarme pensando en lo que acababa de suceder.
Por fín habia cumplido mi sueño y me sentía feliz y relajado.
Y así, como os acabo de contar, fue mi estreno anal.
Disfruté mucho aquel día y aunque espero hacerlo más veces y a que el se decida a hacermelo sin condón para que note su corrida por dentro,
dudo que sea tan excitante.
Para la próxima vez estoy pensando en sorprenderlo sacándole la leche con la boca. Ya os contaré.
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