Fingí estar borracho para que mis amigos me cogieran. - citasgay.org

Fingí estar borracho para que mis amigos me cogieran.

Hola me llamo Victor de la Ciudad de México,

actualmente (en el año 2023) tengo 45 años, soltero y sin hijos.

Lo que les voy a relatar me ocurrió cuando yo tenía 22 años.

Aunque ahora estoy gordito, en aquel entonces era delgado pero chaparrito, pues mido 1.67m.

En aquel entonces tenía dos grandes amigos de la misma edad pues nos conocimos en la preparatoria.

Marco Antonio de 1.65 y Fernando de 1.95 metros, muy alto para nosotros y con un cuerpo muy atlético.


Fernando era el único que tenía novia, pero como en un fin de semana ella salió de la ciudad con su familia, entonces para no aburrirse, nos invitó a Marco Antonio y a mí a pasar todo ese fin de semana en Acapulco, y por supuesto que aceptamos, total él iba a pagar todo.

Nos fuimos el viernes por la mañana para regresar el domingo por la tarde.

Al llegar nos instalamos en una sola habitación de un hotel económico, por lo que no había alberca, ni televisión, y el ventilador no funcionaba muy bien que digamos.

Aún así estábamos contentos por poder escapar de la ciudad por unos días.


El viernes y el sábado por la mañana fue todo normal, como cualquier turista visitando muchos lugares, pero para el sábado en la noche, ya que era la última que estaríamos,

habíamos planeado ligarnos a unas chicas para coger hasta que amaneciera.

Pero nuestras expectativas quedaron muy lejanas de la realidad, ya que ni siquiera encontramos chicas solas para ligar, pues las pocas que había venían con sus parejas.

Frustrados regresamos al hotel como a la media noche, a soportar el calor infernal y sin poder coger, entonces nos pusimos a tomar para pasar la decepción.


Debido al calor, los tres nos quedamos en short platicando.

Yo estaba sentado en la cama en frente de Fernando, quien como todo macho alfa,

estaba sentado en una silla con las piernas bien abiertas, y como su short era corto pero se estiraba mucho, además de una tela delgada color blanca que dejaba pasar la luz,

yo pude ver claramente al abrirse los huecos del short de entre sus piernas, un huevo con pelos cortos colgando y una parte del grueso tronco de su verga.

No sé si fue por el alcohol pero me gustó ver esa imagen, de hecho, cada que Fernando y Marco Antonio no me veían yo aprovechaba para mirarlo mejor.


Pero en un momento de la plática Fernando se giró un poco y pude ver la gruesa y pelona cabeza de su verga asomándose por un costado del short.

En ese momento realmente sí que se me empezó a antojar, al punto en que me empecé a poner nervioso y comencé a perder el hilo de la conversación.

Entonces para disimular, fingí que ya me estaba emborrachando a pesar de solo haber tomado un par de cubas. Mañosamente medio cerraba mis ojos para simular tener sueño, pero la verdad es que yo no dejaba de ver la verga de Fernando,

ya sin preocuparme por mis amigos que se dieran cuenta. Aunque en un momento reflexioné y me dije a mí mismo:
—¿Qué estás haciendo? Tú eres hombrecito y no te debe de gustar eso.


Así que para terminar con eso, me acosté en la cama para no seguir viendo tan maravilloso pedazo de carne, pero al cerrar los ojos esa imagen de la verga asomándose por los huecos del short aparecían en mi mente como si lo siguiera viendo con mis propios ojos.

Mientras tanto Fernando y Marco Antonio comentaban que yo no aguantaba tomar pues caí muy rápido.

Cuando en realidad estaba yo en mis cinco sentidos, y si en algo caí muy rápido, fue en el deseo de saborear la deliciosa verga de Fernando, y eso que se suponía que yo era cien porciento hetero.


De pronto hice algo sin pensarlo y producto de mi deseo, fingí despertarme algo molesto y dije: “¡Ay!

¿Por qué hace mucho calor?”, entonces me quité el short aventándolo con coraje y me volví a acostar de lado, dándoles la espalda a mis amigos y con las rodillas flexionadas para que mi trasero desnudo quedara paradito.

Era como si yo quisiera ofrecérselo a mis amigos, lo cual funcionó, porque ellos dejaron de platicar por un momento y después Marco Antonio dijo en tono de broma:


—Creo que después de todo no te vas a quedar sin coger.


A lo que Fernando contestó:


—Sí, ¿verdad? Pues ya de perdida eso.


Nuevamente se hizo un silencio que era interrumpido por unas leves risas maliciosas.

De pronto me sorprendí porque sentí la humeda y calida cabeza de una verga en medio de mis nalgas,

por el tamaño inmediatamente adiviné que era la verga de Fernando, quien parecía probar qué tan dormido yo estaba al recorrer todo mi raya abriéndome las nalgas un poco con sus dedos,

mientras que yo solo cerraba los ojos disfrutando ese momento, pues en verdad para mí era increíble que hacía unos cuantos minutos se me había antojado esa deliciosa verga y ahora ya la tenía en medio de mis nalgas


Yo me emocioné mucho cuando escuché a Fernando decirle a Marco Antonio:


—Ahí en mi mochila tengo un lubricante, pasámelo por favor.


A lo que Marco Antonio pregunto medio sorprendido:


—¿Te lo vas a coger de verdad?


—Pues eso es lo que habíamos planeado… Yo por lo menos no me voy a quedar sin coger.


—¿Y si se despierta?


—¡Naah! De lo borracho ni se va a acordar.


En ese momento empecé a sentir su dedo embarrándome lubricante en mi ano, incluso comenzó a meter un dedo.

Luego yo sentí que con sus dos manos me abrió las nalgas y me puso la cabeza de su verga en mi entrada,y casi de inmediato la empezó a empujar, pero solo me entro la puntita.


Yo no sé cómo pude disimular, ya que por una parte se sentía delicioso y por otra parte me daba ganas de empujarle mis nalgas pues yo quería que lo hiciera más fuerte y así se me pudiera meter, ya que anhelaba sentir ese pedazo de carne dentro de mí.

Entonces se separó por un par de segundos para echarme más lubricante y lo volvió a intentar. Esta vez logrando insertarme toda su cabeza.

Yo me sentía enloquecido al saber que ya tenía dentro a esa deliciosa cabeza que se me antojó cuando se asomó en los lados del short de Fernando.

Además de que me gustaba sentir mi culo bien abierto. Luego Fernando intentó clavármela más adentro pero por más intentos que hizo no pasó de ahí.


Después de unos cinco minutos Marco Antonio le dijo:


—A ver, déjame intentarlo yo.


—Yo pensé que no querías —dijo Fernando.


—Es que como dices, eso es lo que quieríamos hoy. Y yo tampoco quiero quedarme sin coger aquí en Acapulco.


Entonces Fernando me sacó su cabeza y luego sentí una verga mucho más chica, ya que a Marco Antonio le mide como unos 10 u 11cm, mientras que la de Fernando es de 18cm.

Yo pensé que no lo iba a disfrutar, pero cuando me la insertó, se me fue clavando poco a poco hasta que la cadera de Marco Antonio chocó con mis nalgas, señal que ya me la había clavado por completo.

Luego se empezó a mover con su mete y saca sin ningún problema.

Yo lo sentía tan rico que no pude evitar soltar algunos gemidos y decirme a mí mismo: “¡Ahora sí ya puedo decir que me están cogiendo de verdad”, mientras que Fernando al escuchar mis gemidos, dijo:
—Mira, parece que le está gustando al putito.


Así pasaron solo como 4 minutos y Marco Antonio empezó a gemir con fuerzas, al mismo tiempo en el que sentí un líquido calido descargarse dentro de mí. Al ver eso Fernando le dijo:


—¡Buuu! No aguantaste nada.


—Es que ya tenía un año sin coger —contestó Marco Antonio para justificarse.


—Quítate. Deja enseñarte cómo se coge a este puto.


Entonces me agarró de la cadera, me puso su enorme verga en mi culo y me lo empujó con fuerza.

Yo solté un gemido al sentir que su verga me había entrado unos 2 o 3cm más que antes, y así se empezó a mover pero se seguía atorando.

Entonces le pidió a Marco Antonio que le pasara la almohada. Yo seguía fingiendo estar borracho y traté de no reaccionar cuando mi cabeza cayó al quitarme la almohada.

Luego Fernando me volteó poniéndome bocabajo y con la almohada debajo de mi cadera para que mi trasero quedara paradito.


Fernando se subió a la cama, abriéndose paso de entre mis piernas, se me encimó clavándome nuevamente su enorme verga.

Ahí comencé llegar al extasis porque su verga abriéndome todo el culo, se me clavó como unos 12 o 13cm, y además se deslizaba con facilidad pues el semen que me había dejado Marco Antonio servía como un buen lubricante en mi interior.

Y aunque la verga se deslizaba con facilidad, no me entraba toda porque parecía chocar con algo en mi interior, pero aún así no importaba porque yo me sentía en el paraíso,

ya sin importarme mi hombría, ni el dolor que sentía al abrirme tanto, y ni que me estaba aplastando, ya que era un hombre muy grande y pesado para un pequeño cuerpo como el mío


En un momento de calentura Fernando me empezó a decir que yo era su puto, pero yo también en mi locura y por instinto le contesté: “Soy tu puta”, a lo que él me contestó: “Tienes razón, entonces te voy a dar como a toda una verdadera puta” y me empezó a bombear con más fuerza y velocidad, al punto en que yo empecé a tener un continuo gemido rítmico.

Ya ni siquiera me importaba que cada vez que me la clavaba con fuerza, mi culo me dolía más y más.

Y es que se sentía tan sabroso que no pude evitar venirme eyaculando sobre la almohada mientras Fernando me daba con todo.


Después de otros 5 o 6 minutos con su arremetida, se vino dejándome toda su leche dentro de mí.

Yo me sentí lleno de leche por dentro y satisfecho por fuera, pues en verdad que fue algo increíble.

De hecho me sorprendí cuando Fernando me scaba su verga, pues le dijo a Marco Antonio que nunca se había excitado tanto con una mujer como conmigo.

Y es que a mí me pasó lo mismo, ya que en ese entonces había estado con 5 mujeres y ninguna fue tan excitante como lo que acababa de vivir con Fernando y Marco Antonio.


Ya cansados, tanto Fernando y Marco Antonio me regresaron la almohada y me acomodaron en medio de la cama, y luego ellos se acostaron a mis lados.

Por el calor no me pusieron la cobija, y por lo cansado me dormí casi de inmediato.

Ya en la mañana, por ahí de las 7am, me desperté y noté que Fernando estaba pegado a mí como cucharita, además sentí su verga aunque dormida se sentía grande en una de mis nalgas; también noté que me tenía abrazado con una mano en mi abdomen, como si me quisiera pegar más a él.


Yo con movimientos lentos, procurando no despertarlo, agarré su verga y abriendo mis nalgas la fui acomodando para que descansara a lo largo de mi raya, y finalmente empujé mi trasero hacia él para aprisionarla y que no se moviera de su posición.

Yo despierto me quedé así como por 45 minutos hasta que Fernando se empezó a despertar, pero en lugar de separarse de mí, comenzó a moverse lentamente para darse placer con mis nalgas,

hasta que empecé a sentir cómo se le iba parando. Aunque me hubiera gustado otra cogida, me dio miedo porque yo sentía muy adolorido mi culo y seguramente no aguantaría otra embestida con esa enorme verga,

por lo que fingí despertarme y sorprenderme al tener su verga en medio de mis nalgas, así como mi culo bien maltratado.


—¿Qué pasó aquí? ¿Ustedes me cogieron?


Marco Antonio se despertó al escucharme y Fernando me contestó:


—Nosotros solo te dimos lo que nos pedías a gritos.


—Sí, ya bien borracho nos querías mamarnos la verga, nos pedías que te la clavaramos, incluso casi nos violas. Así que te cogimos para que te calmaras.


En ese momento para no complicar la situación, me fui al baño, ahí me esperé unos 5 minutos y al salir les dije:


—No sé si lo que me dicen es cierto, pero solo les pido que nadie se entere y hagamos como si nada hubiera pasado.


Ellos aceptaron y salimos a desayunar y luego regresamos para hacer las maletas y despedirnos de ese maravilloso lugar llamado Acapulco, que me dejó el recuerdo más apreciado de mi vida.


Ya en la ciudad y quince días después, Fernando me invitó a su casa para una reunión que había organizado para los compañeros de la prepa, pero cuando llegué yo era el único invitado,

entonces me confesó que me había dicho eso para estar a solas conmigo, ya que no podía olvidar cuando me cogió en Acapulco, y que quería volver a cogerme.

Yo solo le contesté: “”Si me prometes que nadie se va a enterar”, el me dijo que sí y nos fuimos directo a la cama.


En esta ocasión sin una sola gota de alcohol, ni fingir nada, yo le mamé su verga, me di de sentones, fui su perrita, y hasta me puse una minifalda que era de su novia,

pues él quería cogerme con la mini puesta., y finalmente nos bañamos juntos en donde se vino dentro de mí por tercera vez y yo me vine por segunda vez.


Cuando cenábamos y a punto de ir a la cama ahora sí para dormir, Fernando me dijo algo que me desconcertó.

Me dijo que si yo aceptaba entablar una relación formal con él, dejaría a su novia, y aunque yo no le dije que sí ni tampoco que no, lo dejé en suspenso pues me gustaba la idea pero no me sentía capaz de salir del closet abiertamente. Entonces él me pidió que mientras lo pensaba nos viéramos todos los días.

Yo tuve que rechazar esa oferta porque la vez de Acapulco, mi culo tardó más de una semana en curarse y nuevamente me lo había dejado muy lastimado.


Mientras yo lo pensaba durante los tres días después, Fernando me dio una mala noticia, me dijo que su novia estaba embarazada y que tenía que casarse con ella.

Aún así me pidió que siguiéramos con lo nuestro pues era a mí a quien él quería.

Yo aproveché esta situación para zafarme pues no me imaginaba que mis amigos y familiares supieran que me gustó ser cogido por un hombre, así que me alejé de Fernando y no volví a estar con un hombre, aunque tampoco me casé con una mujer,

yo creo para no engañarla sobre mi sexualidad, pues me gustó lo de Fertnando, pero también mis relaciones con las mujeres, o sea me volví bi.

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