Todos los veranos íbamos al pueblo y mis padres nos dejaban llevar algunos amigos. Yo ese año no invité a nadie pero mi hermano, dos años menos que yo, invitó a dos compañeros de clase. Ellos tenían 19 y yo 21 por aquel entonces.
Ellos sabían que yo era gay, mi hermano, con el que siempre me conté todo, se lo contó.
Una noche mi hermano se puso malo del estómago y se acostó temprano. Los demás nos quedamos en el jardín, bebiendo chupítos. cuando la familia se acostó quedamos solo los amigos de mi hermano y yo.
El mas alto se llamaba Alex, era de tez pálida, más alto que yo, con ojos azules. Tenía cuerpo ancho, muy marcado porque practicaba todo tipo de deportes. Era el líder de la pandilla de mi hermano, el típico tío burlón muy creído que tenía a todas las niñas detrás. El otro se llamaba Francisco, era mas bajito que yo, muy moreno gracias a su familia paterna que es mejicana. Tenía cara aniñada y cuerpo de hombre. También tenía mucho éxito con las tias pero pocas se acercaban a él porque tenía fama de ser el salido del instituto, asi que aunque las ponía cachondas no se acercaban a él por ese orgullo de las teenagers que no les permite ir con tios que sus amigas saben que son unos “cerdos”.
Entre chupito y chupito, Alex empezó a preguntarme como quién no quiere la cosa sobre el sexo entre tios. Francisco permació callado al principio pero se notaba que estaba también muy curioso y al poco tiempo empezó a hacer, timidamente, alguna pregunta. Yo les contestaba explicando con todo tipo de detalles y ellos reían nerviosamente.
Iba pasando la noche , y con ella los chupitos de tequila seguían bajando. Yo , después de tanto hablar de sexo estaba a mil, y con dos tios como ellos enfrente, peor aún. Quizás por la cantidad de alcohol ingerida empecé a pensar que quizás tendría posibilidades de terminar aquella noche con un buen trio… Así que se me ocurrió una estrategia… Decidí comenzar yo a hacerles preguntas… preguntas sobre qué cosas las tias no se atreven a hacer con ellos en el sexo….
continua..
