Hubo un día en el que, mi proceso de seducción por Chris, dió un importante salto cualitativo. El paso que se atrevió a dar, no sé si lo calibró convenientemente, pero aunque arriesgó mucho, ganó. Aquel sábado, de rodillas ante él, me restregaba sus huevos y su rabo bien empalmado por toda la cara y mientras, yo pensaba que aquello crecía por semanas pues cada vez me parecía más grande. De pronto oí la cisterna de cuarto de baño. Retiré la cabeza asustado pero, tras tranquilizarme no muy convincentemente, me metió el rabo en la boca y me obligó a comérmelo. Cuando oí abrirse la puerta del baño me levanté sobresaltado y con la cara roja de vergüenza. Me pareció tener marcado en la frente lo que había estado haciendo unos segund os antes. Del baño apareció un chico no tan guapo como ¨mi angel¨ pero sí atractivo, alto y proporcionado. Christian hizo las presentaciones muy amablemente: -Pierre, éste es Alejandro Pierre me dió la mano a la vez que intentó una gentileza diciéndome que Christian le había hablado mucho de mí. Yo me puse rojo, más aún, que un tomate. No sabía a donde mirar, ya suponía yo cual sería la naturaleza de las conversación que ambos habrían tenido sobre mí. Bajé la vista y al ver los libros tirados en el suelo, sólo se me ocurrió recogerlos y ponerlos en la mesa. Cuando lo hice Chistian me miró y me espetó: -Pierre, te va a follar hoy. Yo no podía dar crédito a lo que escuchaba, no entendía, o  no quería entender. Le miré con cara de ¨cordero degollado¨, nunca he oído una expresión más certera, excepto la de ¨estar hecho polvo¨, y ambas me aplicaban a mí en aquel momento como me aplicarían en otros muchos. Mis ojos le imploraban que no me sometiera a más bajezas, con las que había sufrido hasta entonces ya era suficiente para un chaval que no hacía mucho que había salido de la adolescencia. Mi cara le miraba de la misma forma que cuando me soltó las dos hostias, le decía que no, que no podría hacerlo, pero si no hacía caso a lo que leía en mi cara, dudo mucho hubiera hecho caso a lo que dijeran mis labios. Se acercó a mí suave y dulcemente y me cogió la cara. Creí que  iba a bersarme por fin, pero no. El dedo pulgar de de su mano derecha empezó a a recorrerme los labios, una y otra vez hasta introducirse en mi boca. Lo chupé con las misma fruicción que había chupado su rabo. Después lo cambió por el índice, luego el corazón y luegos los demás y al final media manaza de ¨mi angel¨ estaba dentro de mi boca y tocaba mi garganta. Era extraño porque cuando meto un poco más profundo de lo nomal el cepillo de dientes al lavarme la lengua me dan unas arcadas de la hostia. Pero no fué el caso con la mano que en esos momentos me tocaba el esófago, o al menos eso me parecía. Mientras, su amigo se desnudaba y se quedaba en calzoncillos marcando un buen paquetón. Chistian se volvió hacia él y le dijo: -Venga que éste, ya te lo he dejado preparado, está a puntito. Se retiró un poco en un movimiento que a mí me pareció que significaba que se iba a marchar y me iba  a dejar sólo con su amigo. Yo, completamente entregado y a su merced, viendo que era inevitable lo que iba a ocurrir, le pedí que, por favor, no se marchara, que se quedara a mi lado, le rogué, le imploré. Era como rogarle al lobo que no se comiera al cordero, cuando ya tiene su boca sobre la yugular. Me dijo: -Tranquilo, no me voy a ir ni soñando. Volvió y empezó otra vez a meterme su manaza mientras yo me abandonba y cerré los ojos no antes de ver cómo Pierrre se acercaba a nosotros sin soltar su herramienta. Pierre, me acarició el pelo, me cogíó la mano muy suavemente y me la deslizó hacia su paquete a la vez que me susurraba que lo pasaríamos bien, que no me asustara, que me tranquilizara, que era muy guapo y le había gustado mucho. No hablaba tan buen español como Christian pero le entendí y  creo que decía la verdad. Su rabo estaba durísimo……. y el mío también. Tengo que reconocer en honor a la verdad, que Pierre siempre trató de ser amable conmigo. Actuó, casi siempre, como contención entre ¨mi angel¨ y yo, y me evitó muchas cosas desagradables a lo largo de aquel periodo. Tenía cierta ascendencia sobre Christian; cierta no, bastante, y desde luego más de lo que yo me di cuenta ese día, pero lo iría descubriendo poco a poco, trío tras trío, e hicimos muchos. Tampoco quiero idealizarlo, no voy a engañarme, porque también contribuyó a mi degradación. Estaba allí, y había ido a follarme, era tan canalla como los otros, pero siempre un escalón más bajo. Como ya he dicho me defendió frente a Chris en muchas situaciones en las que éste se pasaba, aunque en otras, sobre todo desde que me negué a montarmelo a solas con él, no sólo no las evitó, sino que contribuyó a situaciones de humillación; pero siempre sin llegar a los excesos de aquél. Respecto a su ascendencia sobre Christian, baste decir, por ahora, que fue el único que nunca tuvo que pagarle por montárselo conmigo cuantas veces quiso. Y fueron muchas; me corrompió como el que más, porque se aprovechó de la situación como hicieron todos, con otras formas, pues era más delicado, pero venía a querer lo mismo, eso sí, con guante de seda. A la hora de follarme nunca trató de hacerme daño, al contrario, siempre me lo hizo de forma suave y relajada, pero es verdad también, que yo le recibía siempre sin rechistar, siempre entregado, sumiso, obediente, y ese morbo le encantaba. Con él disfruté físicamente del sexo anal y excepto en alguna ocasión, cuando lo hicimos los tres, fue quien me abrió primero dejándomelo bien abierto y lubricado para el rabo de mi auténtico dueño, el que yo en verdad quería, aunque no siempre lo utilizó. Pero vamos a lo importante porque creo que estoy divagando. Pierre empezó a desabrocharme el pantalón que enseguida cayó a mis pies, me bajó el slip, me sacó la camiseta. Con una mano por delante y otra por detrás empezó a acariciarme suave y delicadamente, la raja del culo, los huevos, la polla, el pecho. Un dedo empezó a abrir el camino que luego seguiría su buena polla. Yo entre una mano en la boca, otra masturbándome y un dedo en el culo creí que empezaría a desfallecer. Afortunadamente no ocurrió de verdad. Me colocaron contra la pared con un movimiento suave, pero que no daba lugar a dudas de lo que iba a pasar. En cada trío que hicimos en casa casi siempre me folló empezando por esta posición luego cambiábamos a otras, pero la primera casi siempre era de pie; esta posición te da margen, al menos, para levantar los pies si te la meten a lo bestia y reducir el dolor. Pero con Pierre nunca hubo necesidad de nada de éso. Christian liberado de su mano empezó a darme algunos azotes (bastantes) y me abrió las nalgas para que su mejor amigo no tuviera ninguna dificultad. También éste pasó de ponerse goma, tampoco corría ningún riesgo, buena gana, no iban a dejar pasar la oportunidad de follarse un joven y bonito culo a pelo. Al fin y al cabo mi culo  no era virgen pero casi. Desde luego estaba casi tan cerrado como la primera vez, por éso Pierre usó lubricante, siempre lo hizo y era otra característica que le diferenciaba de ¨mi angel¨. Su penetración fue infinitamente más suave que la que me hizo Christian, sus emboladas cadenciosas, y su profundización, en muy suave progreso. Cuando toda su polla estuvo dentro se paró y me mordisqueó el cuello, la nuca, la espalda, los hombros, me pellizcó los pezones. Christian había vuelto a meterme la manaza en la boca y yo me derretía. La polla de Pierre la sentía muy caliente, casi como una barra de fuego que me hubieran metido dentro y que me quemaba en las entrañas. Mientras ésta me follaba, más que chupar aquellos dedos los devoraba, los llenaba de saliva me los metía más y más dentro. Los movimientos rítmicos y suaves con sus convenientes pausas y arranques de la petada de Pierre me demostraron que tenía el dominio perfecto de la técnica de follarse a un tío. Con sus manos me apretaba los pezones mientras no paraba de follarme cada vez con un rítmo más frenético mientras yo reculaba, y nunca mejor dicho, para no perder nada de aquella polla que me hacía aquello tan rico. Mientras más reculaba y me separaba de la pared, más baja caía mi cabeza doblándose todo mi cuerpo y quedando más cerca de mi boca, la polla que más necesitaba, la que más deseaba, la que más quería. No me atreví a cambiar la zarpa de ¨mi angel¨ por su cipote. Pero su dueño sí. Mientras Pierre me follaba armoniosamente mi angel utilizó mi boca de la manera acostumbrada. yo estaba excitado de una manera brutal, encendido de lujuria y de morbo y hasta tuve miedo de salir ardiendo. Me estaban follando por primera vez dos pollas. La de Pierrre no era tan grande como la de Christian pero sabía cómo trabajarse y qué hacer con un culo. Me llevaron a la cama para poder follarme aún mejor y me pusieron a cuatro patas como a una puta perra. ¨Mi angel¨ delante de mí, de rodillas, me agarró la cabeza y con movimientos furiosos y brutales me sacaba y metía su cipote. Yo estaba loco y poseído por el frenesí y por lo que mi boca cuando quedaba libre pedía más y más rabo, quería más y más, porque aquello con que me estaban dando estaba muy rico, y también quería más, porque necesitaba mi culo bien abierto para la polla que más me importaba, la que más necesitaba, la más salvage, la mejor. Y mi deseo se cumplió. En el cambio de posición que hicieron me sentí pleno por detrás, por supuesto ne dejé de notar la diferencia de calibre pero enseguida pasó. Volvía sentir tal sensacion de ser poseido y usado que me di cuenta de la diferencia entre una polla y otra.

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Un comentario:

  1. Jaume

    julio 9, 2021 at 1:47 pm

    Me encantan todos estos relatos.
    Grácias.

    Jaume

    Responder

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