Morbo en la isla
La experiencia que os voy a contar es real, ocurrió este verano pasado.
Unos amigo decidieron hacer una excursión a una isla cercana a Alicante llamada Tabarca, aunque podíamos coger el barco desde Santa Pola (está más cerca de Murcia),
decidimos salir del mismo Alicante, era una mañana soleada del mes de agosto, las personas se apiñaban en el muelle para salir, y el catamarán que nos debía trasladar allí llego a tiempo.
A la hora prevista desembarcamos en Tabarca. La isla es bonita aunque me decepcionó un poco, colocamos una sombrilla y nos dedicamos toda la mañana a bañarnos.
Yo, me llamo Antonio (Tony) y tengo 37 años, y no esperaba más que pasar un rato divertido.
Después de comer y tomar café en un bar de la isla, volvimos a bañarnos, cuando todos chapoteaban, decidí ir al servicio a orinar,
justo detrás de la playa hay un edificio bajo en el que están la policía local, una oficina municipal, y alguna cosa más entre ellas el servicio.
Entré en el y observé que estaba limpio para ser un water de playa, y poco concurrido, solo un hombre orinaba en uno de los urinarios de los cuatro que allí había,
solo llevaba el bañador al igual que él, así que me saque mi polla por un lado del bañador y oriné feliz, ya tenía ganas.
Entonces observé que el hombre se alzaba insistentemente para poder ver mi polla desde algún ángulo, mis inclinaciones homosexuales salieron a flote,
miré hacia la puerta que se veía desde mi urinario, y viendo que nadie entraba, eché mi cuerpo para atrás poniendo al alcance de su vista, sin problemas, mi polla.
Él me lo agradeció echándose para atrás y mostrándome como tenía la suya de dura, comenzando a darse una paja, mientras no dejaba de mirar mi rabo.
Miré hacia la puerta de nuevo y observó que desde un ángulo de la misma se me veía claramente exhibiendo mis atributos,
así que paré, me coloqué bien el bañador, y me dispuse a irme, miré la cara de desilusión de mi admirador y dudé un segundo,
pensé en que no debía desaprovechar este momento así que volví, y me introduje en uno de los waters que había justo detrás de mi “amigo”,
dejando la puerta entreabierta para que me viese desde donde estaba, baje mi bañador, y me puse de espaldas, así pudo ver mi polla, mis huevos y mi culo,
pensé que eso le gustaría, y de espaldas esperé.
No tuve que esperar mucho, enseguida entró detrás mío, cerró la puerta y se bajo su bañador,
con la polla en la mano, me dio la vuelta y me miro desnudo, “que bueno estás me dijo”,
la verdad es que estoy bastante bien, mientras sobaba mi polla y mis huevos con desesperación,
bajo la cabeza y empezó a mordisquear mis pezones, eso me puso a cien,
la polla se me disparó y creció (tengo una polla bastante gorda y con unos 21 centímetros de larga de la que no obtengo más que elogios),
no se esperaba semejante arma, y decidió metérsela en la boca y chuparmela,
me la lamió, me chupó los huevos, y me puso al borde de correrme en su boca.
Le pedí que parara, y me senté en la taza del water, lo cogí del culo, y me metí su polla en mi boca,
chupe con ganas, lamí, su aparato, por cierto tampoco era despreciable, lamí y lami, chupé y chupé.
Entonces me dijo me corro, y paré para que no lo hiciera en mi boca,
jadeaba por la excitación y agradeció el parón, entonces le dije “follamé”, su cara de alegría no se me olvidará,
me puse de pie me dí la vuelta, mientras llenaba su polla de saliva, y luego la entrada de mi culo, y cuando lubricó todo, comenzó a apoyarla en mi agujerito,
parecía que no entraba, me hacía daño, pero poco a poco, aguantando el dolor, introdujo su glande, volvió a llenarlo todo de saliva, y siguió empujando suavemente,
entonces empezó a entrar, hasta que con un poco de dolor por mi parte, note que me la había clavado casi toda,
aquí comenzó a moverse un mete y saca que hizo olvidar los dolores y saco de mi sólo placer.
En ese instante se abrió la puerta, joder no la había cerrado bien, y un señor de unos cincuenta años se asomó, se quedó con la boca abierta,
dijo “perdón” y cerro la puerta, mi amigo no se molestó en cerrar con pasador, para qué ya se corría y la situación le excitó más,
note como eyaculaba en mi culo, mientras apretaba y masajeaba mi polla y mis huevos, una gran corrido,
estuvo unos segundos corriéndose y cuando dejo de tener espasmos,
sacó su polla, me dio las gracias y sin decir nada más se fue.
Me quedé excitado, con el rabo muy duro, el culo abierto y chorreando,
apoyado en la pared de espaldas a la puerta, así me quedé sin moverme unos segundos pensando que había pasado,
la puerta se volvió a abrir, y pensé que volvía para masturbarme,
“que detalle”, noté sus manos en mis caderas y sus intenciones de follarme de nuevo, joder, entonces volví la cara y ví que se trataba del señor cincuentón de antes,
me dijo, no te muevas que ahora te follaré yo, vas a ser mi puta, me he excitado viendo como te jodía y ahora me toca a mi, maricón”,
no podía más de excitación, le rogué que me follará,
se lo pedía por favor mientras intentaba meter su polla en mi agujerito.
Era una polla más pequeña que la anterior, y más fina, y yo tenía el agujero abierto, así que me la metió casi de golpe,
comenzó a moverse mientras me apretaba mis huevos y subía y bajaba mi polla, durante un rato,
entonces noté que me iba a correr y se lo dije,
“espera y nos corremos juntos que yo también estoy”,, ya…ya… ahora…me voy….joder….me corro….ah..ah..ah…
y nos corrimos al mismo tiempo,
yo sobre la taza del water, allí quedó todo mi semen desparramado,
y salió bastante pues mientras me corría no paraba de sobarme y darme masaje en la polla,
y él dentro mío y ya eran dos, de no haberse corrido nadie dentro pase a dos en unos minutos.
Sacó su polla, me dijo que era muy guapo, y muy maricón, y que ojalá pudiese verme otra vez.
Se dio la vuelta y se fue.
Entonces salí también fuera, me daba la impresión que la gente que había en la puerta sabía lo que había ocurrido,
pero no me importó, me metí en el agua, recuerdo que lo que pasó no fue un sueño, por el dolor que sentí debido al agua salada en mi culo dolorido,
estuve a punto de salirme, tuve que apretar el culo, mis amigos me preguntaban que te pasa y les dije, “nada estoy muy a gusto”,
¡ja!, no saben cuanto.
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