Tres experiencias anales
Quisiera contar un par de experiencias personales, pero primero algo de contexto.
Con mi primo hemos tenido sexo muchas veces, pero ninguno es cien por ciento homosexual.
No recuerdo mucho nuestra primera vez, pero desde entonces lo hicimos varias veces.
El primer relato tiene lugar hace varios años, unos nueve aproximadamente.
Recuerdo que era el matrimonio de un primo muy mayor, y todos fuimos a la capital, donde vivía un tío que vivía en un departamento.
En ese edificio había piscina, y cuando era el día de irse mi primo y yo nos fuimos a bañar. La piscina, que se hallaba en la azotea, estaba vacía, por lo que aprovechamos de tener sexo.
Primero fue él, pero me la metió por poco tiempo. Cuando fue mi turno, como él es más alto que yo, me costó meterlo, pero él me ayudó y puse mi pene en su ano, y luego lo empujé y la metí.
Estuve haciéndolo suave por un par de minutos, hasta que la sensación de excitación me hizo descontrolarme y se la metí más duro, pero le rompí el culo y él gritó de dolor y paramos.
Desde ese día hasta el siguiente encuentro pasaron unos tres años, en los que intenté hacerlo otra vez, sin éxito.
La siguiente fue más suave. Estábamos en mi casa, y éramos tres personas en mi cama: yo, mi primo con el que tenía sexo y otro primo con el que nunca pasó nada.
La noche anterior había sido una celebración y pasamos en familia (no recuerdo la celebración), y él tenía un pantalón ajustado.
Lo miraba, y algo destacable de él es que su culo es demasiado grande; si lo comparo con una actriz porno me recuerda a Jada Stevens, pero algo más pequeño.
Bueno, esa noche me acosté a su lado, y estuve intentando hacerle el amor un momento, pero no me dejó. Luego me volteé para dormir y él me la metió por un rato.
Le chupé su pene y después él hizo lo mismo conmigo, y finalmente me dejó meterselo pero lento. Así lo hice y estuve haciéndolo por un rato.
La sensación de meterlo tras un tiempo fue genial, pero no me corrí.
Y finalmente, una de las mejores.
Esa vez, él fue a mi casa porque al día siguiente iríamos a andar en bicicleta.
Por la noche nos pusimos a ver videos de un juego, y yo poco a poco me iba excitando más y más, hasta que no me aguanté. Le agarré su verga y lo masturbé, y luego se la chupé.
Un rato después él me devolvió la mamada, muy buena por cierto, y tras un rato se la metí. Primero fue suave, y la metí y saqué lento; luego fue un poco más rápido y me mantuve así, sin hacerle daño.
La presión de su ano en mi pene era genial, y el calor me excitaba más.
Seguí así por un minuto o dos, hasta que, sin decirle nada, me vine dentro suyo, y cuando acabé continué por un minuto.
Cuando se la saqué sentí una gran satisfacción, y un momento después él fue al baño, y volvió mostrándome la marca de semen en su bóxer.
Esa es mi historia, y quería sacarla, como él me sacó la leche.
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