Fui con mi amigo Sebastián al cine. No es que me atraiga fÃsicamente ni nada, pero se comenta entre algunas personas conocidas que tiene una verga, grande y gorda. Hablamos de unos 20 cm o más tal vez.
Solamente fuimos a ver la pelÃcula, pero en la sala nos pusimos muy cachondos. Mostraron una escena de sexo y luego de un rato mi amigo me mira y me muestra su erección. Me dice… “me puso los gemidos de la rubia” nos reÃmos y seguimos viendo la pelÃcula.
Finalizada, y saliendo de la sala me dice para ir al baño, hace 2 horas estábamos tomando gaseosa y ninguno aguantaba más. Entramos al baño y como en una hora el cine cerraba ya no habÃa nadie, incluso ya habÃan limpiado los baños. Como no habÃa nadie nos metimos en el baño para discapacitados para ver como era por dentro.
Recordando la escena me pidió que no hablara más porque se estaba excitando otra vez. Algo en mà no le hizo caso y siguió hablando. Mirándome me dijo mirá lo que lograste… mostrándome esa gigantesca verga ahora si de unos 20 o 22 cm. Dura como una estatua. Hipnotizado no podÃa parar de mirarla y hasta se me hacÃa agua la boca.
“No mires si no vas a comprar” me dijo entre risas para romper la tensión. “Primero me gusta probar y si me convence me lo llevo” le respondÃ. De inmediato entendió la indirecta y me agarró del cuello. Me dijo “ayudame a bajar esto o no vamos a poder salir” Bloquee la puerta del baño y me arrodille frente a él para “ayudarlo”. Comencé a chupar esa enorme verga, tenÃa un gran gusto, trataba de hacer garganta profunda pero evidentemente no podÃa. Después de unas cuántas ahogadas y arcadas me levantó del suelo y me preguntó si querÃa más que una chupada. Sin pensar le dije que si, apoyándonos sobre un apoyabrazos comenzó a cogerme.
Primero despacio, era muy grande y no me querÃa lastimar, conforme fue aumentando la velocidad de las embestidas fui sintiendo más y más placer. TenÃa una gran verga a mi disposición. PodÃamos hacer todo el ruido que quisiéramos, el piso donde estaba el baño ya no habÃa nadie, la poca gente que habÃa estaba en la nueva función de la pelÃcula. El ruido de sus piernas chocar con mis nalgas y mis gemidos eran muy fuertes, esa cogida era genial. Me tapaba la boca y al oÃdo me decÃa… “no grites tanto putita que nos van a encontrar” gritaba más y más yo para que me embistiera más fuerte y nunca me destapara la boca. Cumplà mi objetivo.
Me tomó del cuello, tapándome la boca y cogiéndome bien duro y rico. Asà como 20 minutos más hasta que me preguntó si querÃa tomar lechita, sacó su verga, me agaché y me llenó la cara de su caliente lechita. No paraba de salir leche y yo no paraba de tragar.
Me dio un papel para limpiarme pero le dije que no iba a dejar nada.
Salimos del baño y nadie nos habÃa descubierto.
Fue la cogida perfecta.
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