Un hombre divino me hizo suyo

Uno de los hombres más lindos que me hizo la cola,

fue un señor con el que me crucé en las duchas de un sauna que había cerca del parque Centenario,

una tarde estaba bañándome y este hombre divino, de profesión marchand,

de unos 45 años, (yo tenía solo 21) alto de 1.90, el cabello blanco lacio, bigotes tipo mostacho, frondosos también blancos, delgado, muy culto, educado y con una verga divina de 20 por 6,5,

una maravilla, hasta media dormida era una belleza, entró a bañarse y se puso en la ducha que estaba frente a la que yo usaba,

ni bien lo vi, noté la belleza que le colgaba entre las piernas, además de ver lo pintón e interesante que era, que lindo tipo, me gustó ni bien lo vi.

Le di la espalda para que aprecie mi cola bien parada y durita, me pase sin disimulo un dedo por mi agujerito,

él empezó a lavar esa verga hermosa, mostrándome como se le iba poniendo cada vez más grande, era evidente lo que buscábamos cada uno de nosotros.

Mirándolo sonriente por sobre mi hombro, sin darme vuelta me pasé más dedos enjabonados por mi ano,

llegando a introducirme uno yo mismo, el tipo tomó eso como una invitación, cerró la canilla de su ducha y vino a la mía, y me dijo…

-nos podemos bañar juntos, así te ayudo a enjabonarte la cola

No me dio muchas opciones, porque mientras lo decía, ya me estaba acariciando el culo, tenía unas manos enormes, dedos finos y largos, manos muy grandes, cada una cubría cada nalguita mía,

entonces me pidió que le dé el jabón, mire sus dedos mientras se enjabonaba, y vi los dedos más largos que había visto en mi vida,

me pasó la mano entera llena de jabón por la raya de mi culo, y pronto sentí como uno de esos dedos entraba en mi hoyito,

lo miré emputecido y me mordí mi propia mano para no gritar, entonces dijo…

-mmm, que lindo agujerito, tenés una conchita acá, que lindo puto sos ¿por qué no chupas, mi mano mejor?

Quité mi dedo de la boca, puso los suyos en ella y se los empecé a chupar como si fueran una pija,

mientras seguía metiendo ahora dos dedos, en lo que él llamo mi conchita.

Un momento después saco su mano de mi boca, me mostró su lengua y nos dimos un besazo bien apasionado,

mientras yo le manoseaba la verga que ya estaba bien dura y totalmente parada, entonces me dijo…

-chupámela un poco bebé

-¿Acá? -pregunté

-Sí, hacelo acá, arrodíllate putito

No podía negarme, era un bombón y no quería que se vaya,

me puse de rodillas, el cerró la canilla, tomé ese pedazo divino de carne fibroso y grueso y lo empecé a besar y lamer delicadamente, mientras acariciaba sus pelotas,

todo el conjunto era una belleza, de a poco me fui metiendo esa hermosura en la boca,

hasta prácticamente rodearla toda con mis labios,

en un momento, me tomó de la nuca y empujó mi cabeza contra su cuerpo, me la hizo tragar toda hasta los huevos,

esa pija era una belleza, su piel suave, ese olor a hombre,

estaba gozando como una zorra, empecé a tener arcadas y tuve que esforzarme para mantenerla un rato dentro de mi boca,

mi único anhelo, era hacerlo disfrutar, pero no quería que el tipo acabe, deseaba sentirlo en mi cola,

entonces lo miré desde abajo mientras le pasaba la lengua por el frenillo y le dije…

-llévame a una cama y cogeme, papi, quiero sentirla en la cola, por favor

En ese sauna, había una sala abierta con 6 catres con sábana, almohada y todo, una al lado de la otra ,entonces me dijo que vayamos hacia allí,

nos secamos y fuimos, por suerte había un par de catres libres, en dos de ellos habían tipos descansando y en los otros, dos parejas cogiendo, ocupamos una y me dijo…

-acostate y dame esa conchita que tenés en la cola, maricón

Me acosté y me chupo la cola, me dejó lo que él llamaba mi conchita, totalmente empapada con su saliva,

luego me dio vuelta, se colocó un condón, me puso mirando hacia arriba,

levantó mis piernas, las abrió, las separó bien y las apoyó sobre sus brazos, y mirándome fijamente a los ojos,

me la empezó a meter muy lentamente,

me empezó a coger igual que un macho se coge a una hembra, por Dios, me hizo sentir mujer, y me dijo:

-Toma nene, querías pija ahora te la vas a comer toda, abrite bien putito

-Ahh por Dios, mi vida, Dios mío, diablos que pija tenés, ay que dolor, mmm papito por favor

-si bebé, abrite bien, aguantala putita, ya está, ya está mi amor, ya pasa, ya tenés la mitad adentro, un poco más y entra toda

-papi, que pedazo, por Dios, que lindo sos, dámelo todo

Todo esto casi al lado de varios tipos que estaban en las otras camas y que presenciaron atentamente como me cogia y me hacía gozar.

Esas eran mis expresiones y su forma de contenerme, hasta que la tuve toda adentro,

me dilate bien y empecé a gozar como una perra y a emitir sonidos que expresaban mi placer,

nos miramos fijamente extasiados de placer durante todo el polvo, hasta que tuve uno de los mejores y más placenteros orgasmos que había tenido con un hombre,

por supuesto él, al ver que yo acababa como una yegua, hizo lo propio y me dejó su esperma dentro de mi conchita y lamentablemente en el forro,

porque hubiera deseado sentir su leche dentro mío, pero no se podía, ni quería arriesgar más mi vida.

Como me cogió este hombre,

fue hermoso, una de las vergas más gruesas que sentí en mi vida, cuando la vi por primera vez pensé que no me la iba a aguantar, pero fue un maestro para ponérmela,

me la hizo sentir toda, entrando lentamente con mucha dulzura y paciencia.

Éste mismo hombre, como 20 años después, fue traído por mi mujer de aquel momento por casualidad,

con ella comenzamos a hacer tríos, después que descubrió que yo me la comía y empezó a traer tipos a casa para que se la cojan delante mío y hacerme cornudo.

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