Cuando existe atracción por alguien, las hormonas liberadas en este proceso corresponden a la parte química de nuestro cuerpo, mientras que las descargas neuronales son identificadas con cierto tipo de electricidad. Lo que comúnmente podría encajar en el dicho popular “el amor se sale por los poros”.

Cuando hay interacción entre esa persona y tú, tus movimientos gestuales se tornan mucho más notorios que otras veces. Una leve y sutil sonrisa casi inconsciente, se apodera de tu cara y hace juego con la expresión de tus ojos. Esto tiene que ver directamente con la presencia de ese otro. Puede ser solo con el hecho de escuchar sunombre, verlo o incluso con el pensamiento.

Todos estos efectos físicos que suceden logran que te estimules y segregues una sustancia llamada adrenalina. La adrenalina provoca que te pongas nerviosa o que pierdas el control de tus reacciones y que te excites, que tu temperatura corporalaumente, así como también que tu ritmo cardíaco y tu respiración se aceleren , que tus genitales se predispongan a una supuesta relación sexual y te lubriques, donde frente a esto, tu cuerpo intentará compensar el aumento de tu temperatura con la sudoración.

Estos son 4 cosas que pasan cuando te gusta alguien (y que nadie te dice):

Se te acelera el corazón. Cuando ves a la persona que te gusta tu corazón late más fuerte de lo normal, sientes que se te va salir del pecho, te tapas para que no se note que está acelerado. Es como si se te fuera a salir y lo peor es que no lo puedes controlar. Esta palpitación es tan fuerte que a veces incluso la puedes confundir con una taquicardia. En realidad no es más que una señal que te da tu cuerpo de nervios y sensación de miedo o “peligro”. Sientes la adrenalina por todo tu cuerpo a pesar de no haber hecho ningún esfuerzo físico.

Tiemblas. ¿Te pasa que te lo encuentras en el ascensor, la cafetería o los pasillos del trabajo y empiezas a temblar? De pronto estás caminando super natural como siempre, lo ves y tu cuerpo parece de gelatina literalmente, no entiendes bien por qué te pasa siempre que estás cerca a él. Y en realidad no eres para nada nerviosa y mucho menos sueles ser así, pero cuando te gusta alguien tu cuerpo reacciona de formas que, lamentablemente, no puedes controlar.

Te vuelves torpe. Lo ves y se te empiezan a caer las cosas, te tropiezas con todo e incluso hasta puedes llegar a golpearlo sin querer. Es como si tu sentido de la ubicación y el espacio desapareciera por completo. Te sorprendes de la cantidad de cosas que pueden llegar a pasar en este lapso, lo peor es que no puedes hacer nada para controlarlo, al menos no cerca de él.

Te alegra el día. Aunque solo lo veas pasar, el solo hecho de verlo hace que tu día automáticamente cambie, te pones de buen humor y literalmente no puedes dejar de sonreír en el día. 

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