Empecé jugando y terminé de puto X - citasgay.org

Empecé jugando y terminé de puto X

Después de aquella majestuosa follada que me dio Jorge, nos duchamos y salimos para irnos al club, a Jorge le veía satisfecho, yo también lo estaba, habíamos pasado un buen rato follando como conejos.

Jorge había hecho sus ejercicios a la mañana, Sergio le había preguntado por mi ausencia, yo no había tenido tiempo de avisarle que no llegaría a mi curso. Pasamos el tiempo caminando y al anochecer cuando volvíamos para casa, cerca de la oficina de los guardias, de repente vi caminando al hombre que a la mañana hablaba con Miguel, ahora iba vestido con un pantalón vaquero ajustado a su delicioso cuerpo, una chamarra de cuero negro y gorra girada hacía atrás, se dirigía a la garita de entrada, le seguí con la mirada viéndole su caminar chulesco, habló con los que estaban de guardia y luego salir perdiéndose en la distancia, aquel hombre me intrigaba desde que lo vi hablando con Miguel.

Me despedí de Jorge que entre las sombras de los árboles me robó un beso y nos acariciamos un rato. En casa ya estaban mi padre y Miguel quien ya le había contado lo de la mañana.

Me felicitó por conseguir pasar el examen y me dio un fuerte abrazo, dijo que ya había hablado con la tía Inés, le comentó que tenía algunas lagunas en mates y física, y que pensándolo habían decidido que mi tío Maty me diera algunas clases para ponerme en linea con el curso que empezaría, ella le consideraba preparado al tío Maty para ayudarme con los problemas que pudiera tener y el sábado vendría a casa para arreglarlo.

Luego durante la cena también habló de que pensaba cogerse unos días de vacaciones para llevarme a conocer al resto de la familia, también le sugirió a Miguel que aprovechara para pasar unos días en la casa de sus padres.

Los días pasaron rápido entre las clases de natación y la compañía de Jorge, hasta que llegó el sábado, habíamos desayunado y Miguel marchó para ver a sus padres, por lo que sabía uno de ellos se encontraba enfermo y él ayudaba en lo que podía, también me enteré que el hombre misterioso con el que habló aquella mañana era su hermano, jajaja aquello me tranquilizó ya que me estaba montando películas que no venían a cuento, papá me dijo que él iba a trabajar un rato mientras llegaba el tío Maty, pidiéndome que no saliera hasta que llegara, como era sábado Angelo tenía su día libre, subí a mi habitación a pasar el tiempo.

Habrían pasado dos horas y papá no me llamaba así que decidí ir hasta su despacho y esperar la llegada de Maty en su compañía, cuando abrí la puerta encontré que mi tío estaba ya allí, papá hablando por teléfono y él sentado en una butaca frente a la mesa, nos miramos y la cara se me alegró.

Hola tío Maty. Me aproximé e hice ademán de acercar mi cara a la suya para darle un beso en la mejilla, pronto Maty se ocupó de bajarme de la nube y hacerme tocar tierra, en cuatro palabras hizo que mi euforia desapareciera al ponerme en mi lugar.

Tranquilo Sebastian no se las cosas que puedan estar pasando por tu cabeza, pero te diré que estas mariconadas no me gustan, así que compórtate y que tu padre no te vea tan evidente.

Sentí una sensación de desasosiego al escucharle, había sido bien tonto pensando que Maty podía sentir algo hacia mi, miré hacia papá que al parecer no se había percatado de nada y seguía conversando por teléfono, así que decidí sentarme en la otra butaca al lado suyo para esperar a que papá terminara, solo le dije.

Lo lamento de verdad Maty, esto no volverá a suceder.

Espera, espera Sebastian, no olvides que soy tu tío, creo que eso debes tenerlo claro, o sea que se acabó tratarme sin respeto o tendré que decirle a mi hermano.

De verdad que me quedé de piedra, que se había creído el desgraciado, me había humillado y además me amenazaba con decírselo a papá, pero como no podía hacer nada respondí.

De acuerdo tío Matías, discúlpame, no volverá a pasar.

Quedamos los dos en silencio, solo se escuchaba la voz de papá que al parecer no se había enterado de lo que hablamos, hasta que terminó la conversación.

Dejó el teléfono y nos miró a los dos sonriendo.

Bien hijo, estaba hablando con Maty de la ayuda que puede darte, él piensa que es mejor que comiences el curso con normalidad y te impartirá unas clases, luego durante los momentos puntuales que tengas problemas tomarás nota y él resolverá en casa tus dudas, tu como lo ves?

Las palabras que antes habíamos tenido me tenían abatido, no era capaz de calificarlo, me sentía mortificado el que fuera yo el único que tuviera que llamarle por su nombre completo. Como tardaba en responder papá volvió a preguntarme.

Vamos hijo, dinos tu opinión.

Me da lo mismo papá, el tío Matias sabrá como lo debe llevar, yo haré lo que él me mande. De verdad que no quería ya estar allí ni mirarle a la cara, pienso que mi enojo se me notaba.

Ellos se miraron entre si y papá continuó dirigiéndose a mi tío.

Si tu crees que con unos días será suficiente de acuerdo, tampoco quiero cargar a Sebastian con mucho trabajo extra escolar. La cantidad de dinero que pides por tu ayuda me parece bien, así podrás comprarte ese coche que quieres jajaja, por mi no hay nada más que hablar, y por cierto, la semana próxima tengo pensado visitar a los padres para presentarles a Sebastian, te lo digo por si te animas a venirte con nosotros.

Conmigo no cuentes César, solo hace unos meses que los dejé y la verdad que ahora estoy muy ocupado preparándome para mis clases.

Su respuesta fue un alivio para mi, lo menos que hubiera querido ahora era que dijera que nos acompañaba. Me levanté y le dije a papá.

Si no quieres nada más me voy a mi habitación.

Me puse de pie, fui a darle un beso a papá y de Matías me despedí con un frío.

Entonces tío, tu dirás cuando empezamos.

Sin más salí para subir a mi habitación reteniendo las lágrimas que ya brotaban de mis ojos.

*

Al final papá decidió que el lunes emprenderíamos el viaje y dejaríamos para la otra semana las clases con el tío Matías, primero pasaríamos la semana en la hacienda de sus padres, aún mi cerebro se resistía a llamarlos abuelos, aunque estaba emocionado por conocerlos.

Según habían quedado, Miguel el domingo se despidió para ir donde sus padres, en una conversación los escuché hablar de ello y comentar lo mal que se relacionaba con el hermano, el que trabaja de guardia en nuestra urbanización, le reprochaba que al vivir con ellos se tenía que ocupar de todo y que Miguel no hacía nada.

Bueno pues ya nos quedamos solos con Angelo que me ayudó a preparar la ropa para esos días. El lunes después del desayuno partimos, papá conducía el automóvil y yo iba de copiloto lo que me alegró mucho.

Era un día muy hermoso, lucía el sol y un aire suave no permitía a primera hora que subiera demasiado la temperatura. Al principio íbamos en silencio, yo me distraía observando como conducía, llevábamos el enorme y elegante coche con el que me recogieron en el pueblo.

Quería hacerle algunas preguntas a papá y no sabía como empezar, o sea, que comencé con lo más fácil jejeje.

Papá tu piensas que soy atractivo? Desvió un instante la mirada de la carretera para mirarme con cara de asombro.

No se a que viene esa pregunta.

Solo dime si crees que gusto a la gente.

Qué es lo que te preocupa amor, acaso tienes miedo que tu familia no te acoja con gusto?

No quería decirle que solo pensaba en Matías y como me trató el otro día, pero obvio que no se lo iba a decir.

Creo que hay personas a las que no gusto, sin más.

Eso es cierto hijo, ninguno podemos agradar a todo el mundo, y sobre tu anterior pregunta, quizá yo no sea imparcial al valorarte puesto que eres mi hijo y te amo, pero estoy seguro de que eres una bella persona, de corazón y de presencia, si a eso es a lo que tu llamas atractivo pues si lo eres.

Se detuvo unos instantes y continuó.

Estos dos días de atrás te he visto distraído y preocupado, si quisieras decirme lo que te pasa igual encontraríamos la solución entre los dos.

Pensé que mi actitud estaba preocupándolo a él y traté de desviar la conversación.

No lo se realmente pero no se si podré alcanzar lo tu esperas de mi, me refiero a rendir en clase…

Jajaja, eso te preocupa? Si aún no has empezado cariño, vas a tener toda la ayuda que necesites, para eso tendrás a tu tío Maty que se ocupara de que todo vaya bien, él se ocupará de todo vaya como debe ser.

No se si el tío Matias esta interesado en lo que yo haga.

Venga, deja de dar vueltas a lo que no tienes respuestas ciertas, ahora piensa en que vamos a pasar cinco días juntos, que vas a conocer al resto de la familia y que lo vamos a pasar bien, todo lo demás se resolverá más tarde, de acuerdo amor?

Sus palabras no me convencieron del todo pero realmente que era lo yo pretendía, que Maty se interesara por mi como yo deseaba? Un chico guapísimo de 18 años, que iba a comenzar la universidad, e iba a tener chicas a montones que le perseguirían, como podía pretender yo que sintiera algún tipo de interés por mi?
Decidí apartar el asunto de mi cabeza y centrarme en lo que mi papá me decía que hiciera, giré la cabeza para mirarle, le veía tan relajado, satisfecho y feliz, pensé que tenía un papá que no merecía y no tenía derecho a estropearle estas cortas vacaciones preparadas para mi con mis tonterías. Me arrodillé en el asiento y abrazándome a su cuello le di un beso en la mejilla.

Jajaja, pero que haces chiquillo?

Te quiero papá, eres el mejor padre del mundo.

Ya, jajaja pero tranquilo bebé que estoy conduciendo. Me había vuelto a sentar y él colocó su mano sobre mi pierna para acariciármela, sentí que se había emocionado.

Me alegro de estar contigo papá y que estemos solos.

Le vi componer un gesto de extrañeza frunciendo el entrecejo.

Acaso Miguel no te cae bien.

Me di cuenta de que había hablado demasiado e intenté arreglarlo.

No he querido decir eso, Miguel me cae muy bien, es un hombre muy amable y cariñoso conmigo.

Entonces decidí sincerarme.

Un día os vi, estabais haciendo el amor.

Me quedé callado esperando su reacción, pero siguió conduciendo sin hablar, esperando que siguiera contándole.

Después de que llegamos del pueblo, quería preguntarte algo y sin pensarlo me acerqué a tu habitación, de verdad que no era mi intención veros haciendo eso, tu estabas montando a Miguel, viéndoos así creo que sentía celos de que amaras de esa manera a Miguel, pero te juro que me marché pronto.

Esperaba una reprimenda o respuesta violenta de su parte, pero siguió con su mano en mi pierna sin mostrar una emoción.

Estuvo unos minutos pasando la mano por mi muslo hasta que volvió a hablar.

Jajaja, sin duda que aquello te asustó pequeño, pero no quiero que te preocupes por cosas sin importancia, nos viste follado sin más, somos adultos y es lo normal que hacen las parejas que se quieren.

Dio por terminada la anécdota y cambió radicalmente de conversación.

Aprovecharemos el tiempo que nos queda de viaje, son dos horas hasta la hacienda y tenemos tiempo, te voy a poner en antecedentes de lo que te vas a encontrar y que no te coja de sorpresa.

Los abuelos no son muy mayores, a la abuela me hubiera gustado que la conocieras antes de su enfermedad, ahora tiene una rara dolencia degenerativa y no es ni el reflejo de lo que fue, el abuelo es un poco cascarrabias y gruñón pero estará muy contento de verte, el tío Fernando es un buen hombre ya verás, y tus primos Roberto y Luis son dos magníficos muchachos que te recibirán con los abrazos abiertos, quizá un poco mayores para que se hagan tus amigos jajaja, pero te sentirás a gusto con ellos, y de tu tía Yolanda que puedo decirte?, no es una mala mujer pero está equivocada en su forma de pensar, en fin que todo no es perfecto jajaja, tu no le hagas mucho caso a lo que pueda decirte y todo saldrá bien.

Terminaba de hablar y extendió la mano señalando el entorno.

Mira, estos terrenos que ves ya pertenecen a tu abuelo.

Miré a mi alrededor y solo veía un campo sin fin de color marrón, preparado ya para el cultivo, de vez en cuando una isla de verdor con altos árboles batidos por el aire, al cabo de un rato los terrenos preparados para el cultivo fueron sustituidos por un mar de verdor, las vides ya en sazón mostraban pesados racimos de uvas que, más pronto que tarde, se convertirían en vino.

Al cabo de un rato y ya en un camino de terracería, por lo que papá había disminuido la velocidad, comenzaron a aparecer las primeras edificaciones, naves enormes sustentadas en pilares de piedra con mampostería de ladrillo rojo, maquinaria agrícola adosadas a las naves.

Fíjate Sebastian, ahí viven los trabajadores de la hacienda.

Señalaba un grupo bastante numeroso de humildes casas, enjalbegadas de blanco azulado a la derecha del camino, también se veía una pequeña torre de piedra marrón con su campana, al fondo un riachuelo con árboles enormes en sus riberas donde en un campo jugaban a la pelota algunos niños.

Como a quinientos metros del poblado arrancaba una avenida con dos hileras de árboles, pintado el tronco de blanco como hasta dos metros del suelo, terminaba la venida ante una cancela de hierro abierta, lo demás era una tapia no muy alta de piedra y ladrillo y, ante la tapia, altos cipreses elevan las ramas al cielo.

Traspasamos la puerta de hierro para encontrarnos en una zona ajardinada, un camino dirigía hacia casa cuadrada de dos pisos, a su derecha una casa similar pero más pequeña.

En aquella casa viven los tíos.

Detuvo el coche a un costado de la casa grande, descendió de él y abriendo los brazos inhalo el aire con satisfacción indudable, luego se inclinó mirando por la ventanilla para hablarme.

Vamos Sebastian, sal a respirar este aire.

Me sujetó de la mano y tiró de mi llevándome hacía una puerta de la inmensa casona donde varias personas nos estaban esperando a la sombra de un techado de parras.

Papá se abrazó a un señor mayor, alto como él y parecido, con el cabello tirado hacia atrás donde se le veían las hebras plateadas de sus canas, también lucía un recortado bigote sobre el labio superior, después el abrazó y saludos de rigor se giró hacía mi.

Este es mi nieto, jajaja, no hay duda.

Y luego hablándome.

Se nota que eres de la familia, ven aquí bribón…

Sentí sus brazos rodearme elevándome en el aire. Me sentía un tanto asustado por tan caluroso recibimiento, recibí varios besos en las mejillas y la frente antes de notar el suelo bajo los pies.

Vamos, vamos dentro.

Los que estaban a la puerta se apartaron, papá comenzó a saludar a uno tras otro hasta llegar donde un hombre joven vestido con uniforme de enfermero, a su lado una chica menuda pero hermosa sonreía embobada mirándonos.

Vaya Mario, ya decidiste venirte a la casa grande…

Papá pasó un brazo por sus hombros y el otro por los de la chica abrazándolos a la vez. El abuelo lo empujó para que avanzara.

Venga que ya os contaréis luego vuestras vidas.

Iba delante de nosotros a pasó rápido hasta detenerse ante una puerta abierta, metió la cabeza gritando.

Mira mamá, ya llegaron.

Hizo un gesto como invitándome a pasar. No esperaba encontrarme lo que vi, una frágil mujer permanecía sentada en una silla de ruedas, anchas tiras de tela pasaban por su pecho sujetándola al respaldo de la silla, sonreía bobalicona con un hilito de saliva que le escurría de la boca, y que el tal Mario se apresuró a quitarle con un pañuelo.

Papá se arrodilló ante ella cogiéndole las manos.

Mamá mira lo que te traje.

Volvió la cara hacia mi haciendo señas para que me acercara.

La abuelita…, Sebastian.

Se levantó y sujetándome por la espalda me fundió en un abrazo suyo y mío con la anciana, ella quería decir algo pero no podía y le entró una tos nerviosa. Mario se acercó a nosotros y sujetó la silla por el manillar.

Me la llevo César, ya la verás más tarde, ahora esta muy emocionada y necesita calmarse.

Empujó la silla hasta desaparecer por una puerta. Cuando conseguí recobrarme me encontré al abuelo con dos jóvenes a los retenía por los hombros, enseguida imagine que eran mis primos, se vinieron hacia mi y uno tras otro me apretujaron entre sus potentes brazos, primero el que parecía mayor y después el más pequeño, -pequeño es un decir ya que ambos eran mayores y más grandes que yo-, los dos eran delgados, bastante altos y se les notaba fuertes con solo mirarles, me dieron varios besos que intenté corresponder.

No seáis tan brutos, vais a romper las costillas a mi nieto jajaja.

Entonces me dejaron libre para pasarse a papá a quien también besaron, papá pasó la mano por la cabeza de mi primo pequeño que tenía el pelo muy recortado, en algunas partes se le veía el cuero cabelludo.

Qué Luisi?, ya preparado para el ejército. Continuaba pasando la mano por su cabeza rapada.

Ya tío, me admitieron en la academia y empiezo este curso.

Felicidades sobrino, era lo que querías y lo conseguiste. Aún no os he presentado a Sebastian.

Me señaló al mayor.

Fernando, como su padre pero mejor jajaja.

Iba a alargarle la mano cuando de sopetón él volvió a abrazarme repitiendo los besos de antes.

Y este es Luis, nuestro futuro general, o presidente, quien sabe jajaja.

Papá continuaba teniéndolo cogido de los hombros y evitando así que repitiera su abrazo, se lo agradecí porque mi espalda se resentía de tanto apretón recibido. Mientras Luis no paraba de mirarme y yo solo le dije.

Hola Luis, encantado. Y ahora si me dio la mano.

Y vuestros padres no vienen, dónde dejan la educación? Soltó el abuelo.

Pero no tuvimos que esperar, en aquel momento penetraban un hombre y una mujer, el hombre sin duda era el hermano mayor de papa, se parecían un montón, nadie que los viera juntos podía negar que Papá, Matias y el tío Fernando eran familia, enseguida se acercó y abrazó a papá, cuando le indicó que yo era su hijo tuvo que ser embarazoso para él darme un abrazo, me alargó la mano y la retuvo en la suya unos segundos, la tía Yolanda si parecía ser resuelta y de carácter, apartó a su marido y me ofreció la mejilla para que la diera un beso mientras me hablaba.

Lucía y César al final hicieron las cosas bien, nos regalan un atractivo y apuesto sobrino, es extraño que tu madre no haya venido acompañándote, una lástima con lo nos hubiera gustado verla.

Iba a responderla cuando saltó el abuelo.

Déjate de monsergas y habladurías Yolanda querida, mejor que veas si nos sirven la comida.

La tía Yolanda demostraba su desagradable grosería justificando lo que mamá me decía, pero también impresionaba por su belleza y elegancia.

Pedí ir al aseo ya que estaba para orinarme, la chica que estaba a la entrada con Mario me acompañó escaleras arriba sin decir nada. Vi mis maletas sobre unas sillas y entré en el baño.

Comimos en armonía y paz en el patio interior de la casa, todos se esforzaban para que no surgieran tensiones que ofendieran, la abuela Isabel obviamente no pudo acompañarnos.

Notaba todas las miradas puestas en mi, yo era la nueva incorporación al equipo y todos estaban atentos a mis reacciones, sobre todo mis primos y en particular la de Luis, no perdían oportunidad para demostrarme su aprecio, a veces mi ojos se encontraban con los de mi primo Luis sentado enfrente de mi, su insistencia de mirarme hacía que me acalorase.

Podría estar equivocado, pero para mi era indudable, la intención de mi primo era seducirme, conquistarme, esa persistente atención despertaba mis instintos más primarios, poco a poco le fui sosteniendo la mirada, le sonreía en un sutil coqueteo al que Luis respondía guiñándome un ojo y consiguiendo ponerme rojo.

Después de la comida, cuando los mayores pasaron a un salón para tomar café, mis primos me invitaron a salir con ellos y dar una vuelta por los jardines. Aquello era más grande de lo que suponía al principio, hasta tenían una piscina en forma de pez, como hacía mucho calor dejamos el paseo para sentarnos a la sombra, seguro que Fernando se dio cuenta del galanteo hacia mi de su hermano, a los pocos minutos se disculpó y se fue para su casa, quedamos Luis y yo solos.

Necesito ir al aseo. Le dije sonriéndole.

Te acompaño que yo también tengo ganas de orinar.

Cuando entramos en la casa le sujeté de la mano.

Subamos a mi habitación si quieres.

No tuve que decirle mas, atravesamos la estancia y en dos segundos subíamos las escaleras corriendo.

Mi habitación estaba recogida, alguien se había ocupado de vaciar mis maletas, también en el baño habían dispuesto crema para lavarse la boca y dos cepillos nuevos.

Mientras yo me lavaba los dientes Luis se abrió el pantalón y comenzó a orinar, cuando terminó yo aún me encontraba en el lavabo, se puso tras de mi apretándome contra el lavabo y pasó las manos por mi tripa apoyándose en mi espalda.

Eres muy lindo primito y tienes un culito que vuelve loco a cualquiera.

Yo no podía hablar, tenía la boca llena de crema dental, pero tiré mi cola hacía atrás moviendo las caderas, sintiendo la dureza de su polla entre mis nalgas, entonces Luis se apretó más contra mi.

Me di prisa en enjuagarme la boca ya que Luis tiraba de mis pantalones para bajármelos, ya me tenía el culo fuera cuando me volví y le abracé del cuello buscando con mis labios su boca.

Nuestras bocas se encontraron, mi primo sabía besar muy bien, pero a la vez que me besaba iba desnudándome.

Jajaja, estas loco primo.

Loco me vuelves tu y te traigo ganas.

Volvió a besarme de nuevo ahora con lengua. Me sujetó de la cintura y me elevó para cogerme en sus brazos, no teníamos mucho de que hablar, antes debíamos satisfacer nuestras ansias de comernos.

En el baño habían quedado mis pantalones y calzoncillos olvidados, me depositó en la cama donde yo mismo me quité la camisa y él en unos segundos tiraba la ropa por el suelo quedando en cueros lo mismo que yo.

Solamente me dio unos segundos para observarle antes de tenerle encima mio besando mi pecho y acariciando mis tetillas. Lo que había supuesto viéndole vestido se me confirmaba, Luis tenía un cuerpo viril y fuerte, la espalda ancha y con apenas caderas.

Mientras nos besábamos le acariciaba la cabeza sin pelo, o mejor, era como un cepillo, cuando le mordí la oreja le susurré en el oido.

Me gusta lo pelón que estas…

Él cogió con su mano un montón de mi cabello.

A mi me gusta lo suave que es el tuyo y la cantidad que tienes.

De repente se separó y elevándose sobre mi me miraba preocupado.

Ya estas estrenado?

Sí, no te preocupes, ya me la han metido y estoy acostumbrado, enséñame la polla.

Aún no había tenido oportunidad de vérsela, solo de sentir su dureza cuando me aplastaba contra el lavabo.

Él se puso arrodillado y yo elevé la cabeza, no era para escandalizarse, unos 16 o 17 centímetros, de grosor normal a su tamaño, eso sí, la tenía dura como el acero y cimbreante, resaltando algunas venas a lo largo del tallo y en el prepucio que cubría todo el glande, en pocas palabras una polla preciosa para mi gusto.

Llevé la mano a sus testículo y los sopesé, tenía el saco arrugado, como una pelota y bien pegado en la base de la polla, les huevos le pesaban, señal de que los debía tener llenos a rebosar de esperma.

Luis se agarró la polla con una mano y comenzó a menearla, deslizó el pellejo que le cubría la cabecita que apareció brillante y roja, con una babeante boquita de la que salían gotas de líquido seminal, se veía que Luis estaba muy cachondo.

Sin más acerqué mi boca y comencé a lamer cada centímetro de su polla, empecé por los huevos y fui subiendo poco a poco hasta hasta llegar al rojo glande, me fui introduciendo la cabecita hasta abarcarla entera con mis labios.

Ummmm, que bien lo haces primito, se nota que ya has chupado polla.

Entonces comencé a tragar queriendo hacerle la mejor mamada que le habían hecho en su vida, pero Luis no aguantó mucho, sus huevos repletos de semen no pudieron soportar los estímulos que mi lengua ejercían en su polla.

Me corro primo, me corro. Gemía compungido entre sollozos.

Tiró de mi cabello para sacarme la polla, y yo empujé de sus nalgas para que me la metiera mas dentro.

Empecé a tragar su larga y abundante corrida, los últimos disparos de semen los guardé en la boca, me arrodillé y juntado nuestras bocas le pasé el semen que aún tenía guardado, lo degustó de mi lengua mientras nos besábamos.

Su polla continuaba tan dura como antes de correrse, yo la mantenía en mi mano, hasta que dejando de besarme me tumbó boca abajo, puso cada mano en mis nalgas y me las abrió, acercó la cara sacando la lengua y antes de que me tocara sentí un escalofrío que me puso cachondísimo.

Vaya culito más rico que se te ve primito, te lo voy a dejar bien abierto para que no sientas dolor.

Claro que yo no estaba asustado, su polla no me daba miedo, ya había calculado que podía penetrarme sin hacer mucho esfuerzo, pero estaba muy caliente y con necesidad de polla.

A los segundos voy notando como sus manos van abriendo mis nalgas, ya sentía un tremendo placer notando sus mejillas restregarse en mis abiertas nalgas, la lengua punteando y haciendo presión en el botón de ano para que me abriera.

Me volvía loco el placer que experimentaba, se notaba que Luis tenía ya harta experiencia en este divino arte de comer el culo a los pasivos como yo, me lamía y empujaba y empujaba, yo solo gemía y gemía, hasta que me acercó los dedos y me pidió que los chupara y llenara bien de saliva.

Me los metió en la boca y se los chupé como si fueran su polla, absorbiéndolos y metiéndolos muy dentro.

Mira que zorrita eres primito, seguro que tu y yo lo vamos a pasar muy bien de ahora en adelante.

Rápidamente me metió uno en el culo, entró con facilidad y metió el segundo sin problemas.

Qué fácil te entran, ya veo que en tu culito han metido cosas más grandes, ahora voy a darte lo que tu culo merece.

Sí, dame ya verga Luis, me tienes muy caliente cielo.

Tiró un escupe en su polla, lo repasó con la mano mojándola toda de saliva, y comenzó poco a poco a empujar su polla en mi ano.

A pesar de que entraba con cierta facilidad continuaba empujando lentamente, con mucha delicadeza para que no sintiera dolor, se detuvo un momento y pegó el pecho a mi espalda diciéndome pícaramente al oido.

Es la primera vez que te la meto, comenzaremos sin brusquedades para ir avanzando en intensidad, quiero saber cuanto aguantas…

Comenzó a meterla y sacarla todo el tiempo sin detenerse, que bien me la daba mi primo, y de repente me la metió con un gran empujón, que no me dolió pero si grité de gusto.

Ya la tienes toda dentro, no tengo más polla para meterte, pero a tu culazo tragón puede entrarle el doble de lo mío.

Estuvo uno minutos follándome, disfrutando de mi culo y haciendo que yo lo gozara, no necesitaba pedirle más porque él se encargaba de darme bien fuerte.

Después de un tiempo follándome el culo de esa manera decidió cambiarme de postura, quería que yo lo cabalgara.

Se sentó en la cama apoyando la espalda en la cabecera, yo me senté encima de su polla, me la comí en una sentada todita ella, me la tragué por el culo completita bien asentado en sus testículos. Aunque no era tan grande bien que la notaba dentro de mi tripa.

Estuve dándole la montada de su vida, en un va y ven incesante, con apretones de culo y que se sintiera ordeñado, dando giros inesperados con mi culo que le rompían la verga, hasta que no puedo aguantar más y se me abrazó para detenerme.

Era sumamente placentero sentirle brotar la leche de su polla en mi interior, ahora él daba saltitos cada vez que un disparo de semen se le salía llenando mi culo, hasta que noté como las palpitaciones de su verga disminuían, entonces me masturbé con su verga aún dura dentro de mi culo, hasta terminar encorvado tirando mi esperma en su pecho.

En esa postura continuamos besándonos, era bastante cómoda para él pero a mi comenzaban a dolerme las rodillas. De repente me pregunta:

Te ha gustado primito? Y solo le dije que sí.

Espero que esto lo quieras repetir, que alguna vez me invites a tu casa cuando tenga fiesta en la academia.

Cuando tu quieras Luis, sabes que siempre serás bien recibido en la casa de tu tío César, jejeje.

Luego hablamos un poco de su decisión para estudiar y ser militar.

No pude dejar de preguntarle el motivo de que quisiera estudiar en la academia, obtuve como respuesta lo obvio, le atraía el mundo castrense y todo lo que implicaba, también que no soportaba la vida en el campo donde se veía limitado.

Él me peguntaba sobre lo que yo hacía y tuve que contarle parte de mi historia, lentamente nos íbamos cogiendo confianza y hablamos de diferentes temas.

Cuando la charla decayó y ya descansados fuimos al baño para limpiarnos, allí me volvió a coger y en esta ocasión fui yo quien corrí el primero.

jaime.iriarte92@gmail.com

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