seducido por un niño

Seducido por un niño

Tenía yo 25 años, y un sábado por la noche venía de un bar rumbo a mi casa, caminando tranquilamente como a la una de la mañana.

Unas cuadras antes de llegar a mi casa de pronto me salió un niño en el camino,

como que estaba sentado en la banqueta y yo no lo había visto, me preguntó la hora,

yo me sorprendí porque no me esperaba encontrar a un niño así, solo en la calle a la una de la madrugada!

Seducido por un niño

Era un niño de 18 años, de piel blanca, cabello oscuro muy bien cortado,

facciones finas, vestido con ropa buena, para nada era un niño indigente, o como decimos en México, un “niño de la calle”, éste era un niño de familia.

Total que le dije la hora, y le pregunté que qué hacía a esas horas fuera de su casas, me contó que estaba solo con su hermano mayor,

porque sus papás habían ido a una fiesta, y él había salido porque no tenía sueño!

Seducido por un niño

La verdad si me alarmé un poco, o me entró curiosidad, o no sé, el caso es que me animé a sentarme a platicar con este niño que se llamaba Lalo.

Yo había tomado unas copas, pero no estaba borracho, y platicando con el niño, de buenas a primeras me preguntó si tenía novia,

le dije que no, y entonces me dijo “Y con quien coges?” Claro que me sorprendí de que un niño asi hablara de eso,

pero también se despertó el morbo cachondo que llevo dentro, y le dije que nunca faltaba, y que si no, pues me la jalaba (me masturbaba).

Lalo rápidamente se entusiasmó con la plática, el niño sabía lo que quería,

y me preguntó que qué sentía cuando me la jalaba, y le dije que bien rico, que aventar la leche era una sensación muy chingona.

Me dijo que a él también le gustaba agarrarse el pito, que ya lo tenía parado, y me dice: “Me dejas ver tu verga? está grandota?”

Seducido por un niño

Puta madre, con esas palabras mi verga cobro vida inmediatamente y sentí como se apretaba dentro de mi trusa queriendo salir.

El nervio de estar en la calle me calentó más, así que le dije que caminaramos un poco para encontrar una calle más oscura y enseñarle mi verga.

Luego luego encontramos una callecita oscura y desierta, nos acomodamos en la entrada de una cochera donde nadie podía vernos,

y ahí me desabroché el pantalón y saqué mi verga dura y parada de mi trusa, frente al niño, que la miró con asombro y gusto.

Sin decirme nada me la tocó y comenzó a acariciarla con mucho cuidado.

Lalo me dijo que si quería ver la suya,

le dije que sí, y rápido se la sacó del pantalón,

se me hizo raro ver una verguita como de unos 17 centímetros, delgadita, muy parada, sin pelos…

y se la comencé a agarrar también.

Le pregunté al niño si le gustaba, el putito estaba encantado!,

y le dije que me la chupara, que le diera unos besitos, y comenzó a mamar como un corderito,

no le cabía toda mi verga en su boca,

pero un poco más de la cabeza de mi verga estaba siendo mamada de una manera muy especial…

Lalo me dijo que quería ver mi semen,

pero yo quería durar un poco más, así que yo mismo me sorprendí cuando me agaché y comencé a mamar su verguita,

me cabía toda en mi boca,

y le propiné una mamada deliciosa hasta que hice gemir al niño y sentí como de su verguita salía un poco de liquido salado,

no era semen, eran unas cuantas gotas de agüita salada, era el orgasmo del cabroncito caliente que me había seducido.

Yo me levanté y frente a su cara me masturbé como loco, y cuando sentí que me iba a venir agarre la cara del niño y le metí mi verga en su boca,

al momento de eyacular.

El cabrón niño me succionó toda la leche que me salió y se la tragó, mientras yo sentía de ese intenso orgasmo…

El niño se limpió los mecos que quedaban en sus labios y nos acomodamos las ropas.

Salimos de ese callejón platicando pendejada y media, a este niño le fascinaba la verga,

y yo estaba muy sacado de onda,

así que una cuadra más adelante nos despedimos y yo me fui a mi casa,

el niño ya ni supe para donde se fue.

Este niño ya sabía lo que quería, mi conciencia quedó tranquila,

además nunca lo volví a ver ni supe nada de él, lo que si pienso es que ahora tendrá unos 25 años,

y de seguro será un experto y maravilloso mamador de vergas, y aún recuerdo esa sensación de una verga casi infantil en mi boca,

y ese sabor raro de un orgasmo precoz.

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