YO 28 AÑOS, OTROS DOS CHICOS MUY JOVENES (13 y 15,2@ PARTE) - citasgay.org

YO 28 AÑOS, OTROS DOS CHICOS MUY JOVENES (13 y 15,2@ PARTE)

Y siguiendo con la segunda parte de mi relato, en que reitero la absoluta veracidad de lo acá contado.


Y así como con Alvarito de 13 me di mis buenos atracones y tomé harta vitamina láctea juvenil, con Joelito que a la época tenía 15 años, seguíamos con nuestros jugueteos, manoseos y susurros al oído de que ¿Cuándo hacemos algo?


Siendo sincero me entusiasmaba la idea, aunque otras veces pensaba que el chico solo se estaba burlando y quizás si le hacia una invitación no solo se burlaría y peor aún le contaría a su padre.


El tema es que, a fin de cuentas, me decidí a invitarle y una tarde luego de agarrarle con cierta fuerza sus nalgas y luego su verga que ya se sentía de un tamaño interesante, le dije que lo esperaba el sábado bien bañado y sin ropa interior, lo cual era para saber su reacción. Me miró sonriente y me dijo muy seguro de sí mismo: “aquí estaré a las 3 de la tarde”.


Y el día indicado me prepare adecuadamente, una ducha caliente y un lavado intimo para estar preparado para lo que se diera, confiaba que el chico llegaría como efectivamente hizo.


Paso a describirlo, tez trigueña, delgado, un metro y 60 cms. Y una amplia sonrisa.

Apenas entró a la casa me fui derecho a agarrarle el culo y su pene, el que ya venía semi erecto, como consecuencia de haberse excitado mientras caminaba hacia mi casa, según luego me explicó.

Me abrazó y ambas manos suyas se fueron a mi culo, amasando mis nalgas mientras me suspiraba al oído, sentía su respiración agitada y sin más preámbulos nos dirigimos a mi dormitorio, que creo ya haber mencionado cuenta con una cama grande del tipo King.


Joel, se empezó a sacar la camisa. Mi tacto percibía que había cumplido con mi pedido, se notaba que estaba sin ropa interior, lo que casi de inmediato comprobé al soltar su cinturón y meter ávidamente mi mano que inmediatamente se encontró con un pene a plena erección.

Como en otras ocasiones me senté al borde de la cama y le fui bajando los pantalones para poder observar su delicioso pene, de un color obscuro, casi negro, que nace de una abundante mata de pelos también negros.

Su pecho también mostraba cierta vellosidad que se hacia mas abundante a la altura del ombligo y hacia abajo.


Sin perder tiempo y ávidamente me introduje en la boca aquel mástil obscuro, virgen como después me confirmó el chico y lo empecé a lamer y mamar, deslizando mi lengua por su glande, chupando sus huevos, lo que arrancó los primeros gemidos de placer a Joelito,

mientras el con los pantalones ya en el suelo liberaba sus piernas quedando completamente desnudo y a mi disposición.

Debo señalar que su pene era de buen tamaño, unos 17 cms algo grueso
Yo rápidamente me desnudé y lo llevé hacia la cama donde seguí abrazándole dando unos besos con lengua en los cuales, sí era experto ya que luego me comentó tenia algunos encuentros con chicas, pero sin llegar al sexo salvo algún frotamiento sobre la ropa.


Nuestras manos recorrían nuestros cuerpos, besos, lamidas, chupadas (sin dejar marcas), y volví a bajar hacia su miembro que introduje en mi boca mientras me acomodaba para hacer un 69 al que el inmediatamente se acopló pero que no fue de mucha duración ya que, sin casi aviso, solo un semi grito de ¡cuidado! Para pasar a llenarme la boca de su semen caliente, el que en gran cantidad me inundó la boca casi ahogándome mientras yo me esforzaba por tragarlo.


¡Oh! Perdón, no me pude aguantar, fue lo que me dijo. No te preocupes, ya seguiremos, le respondí, mientras me acomodaba a su lado, y mientras lo hacía, ¡0h, juventud divino tesoro!

La erección empezó a volver, pero antes que ello siguiera lo acomodé dándome la espalda así de costado, me unté los dedos con lubricante que aplique a mi pene ya húmedo de precum y también en su agujero virgen y empecé suavemente a penetrarle, centímetro a centímetro, susurrando que se relajara para que entrara sin dificultad.

Mi pene no tan grande, 16 cms algo grueso, fue invadiendo aquella virgen gruta, entregándome su deliciosa primera vez.


Una vez que se acostumbro a mi pene invasor, inicié el consabido mete y saca, aumentando poco a poco el ritmo, arrancando sus primeros gemidos en aquella desfloración anal, lo acomodé boca abajo y lo monté cual hábil jinete, consiguiendo una penetración total y que me permitía observar mi pene perdido entre sus nalgas, las que por cierto tenían algún vello como todo su cuerpo.

La follada tampoco duró demasiado dado que mi calentura fue mayor y acabé en su interior entre gemidos y algunos gritos de placer que no podía acallar.


Joel no espero demasiado, apenas mi pene fue perdiendo la dureza, se giró y me dijo que era su turno, ante lo cual me acomodé, me lubrique el culo y agarre su pene para dirigirlo a mi cola, sintiendo el calor de aquel garrote mientras invadía mi culote, el que ya hacia buen tiempo había tenido su primera vez,

según antes ya he relatado y que tenía la fortuna de poder disfrutar de jóvenes ardientes y deseosos de experimentar.


Se inicio pues una follada intensa, ansiosa, con ese ímpetu de la primera vez, a ratos con violencia, me mordía los hombros, el cuello, sus gemidos invadían la habitación mientras yo me deleitaba en silencio, mordiendo la almohada en una forma de ahogar mis deseos de gritar en una mezcla de dolor y placer,

y como era de esperar, considerando que ya había acabado antes en mi boca, la penetración fue larga, profunda, con cambio de posiciones según yo le iba enseñando,

me acomodé en piernas al hombro para poder mirar su rostro juvenil pleno de excitación, con algunas gotas de sudor corriendo por su frente y pecho, y una sonrisa que no dejaba dudas sobre los sublimes momentos que estaba viviendo.

En esa posición se mantuvo, besándome y penetrándome como si el mundo se fuera a acabar, hasta que ya llegó aquel momento esperado, solo musitó un ¡oh!,

cuando sentí como me inundaba el culo, y se inició un concierto de gemidos, algunos alcanzando el nivel de gritos de lujuria y placer, acelerando sus embestidas al máximo, para poco a poco ir cayendo en una ralentización de sus movimientos, para quedar inmóvil,

abrazado a mí, y yo sintiendo como se escurría su savia desde mi interior y su pene recobraba la normalidad y abandonaba mi culo profusamente atendido.


Luego de unos momentos, se acostó a mi lado, sonriendo, y me besó, con mucho cariño, en algo que me sorprendió dado que siempre mis relaciones se referían a solo sexo y en su actitud se veía un cierto dejo de cariño….¿amor?


Joelito empezó a visitarme todas las semanas, incluso algunos días a media semana llegaba de sorpresa, muchas en uniforme de escolar que lo hacía más apetitoso, el sabor de lo prohibido.

Eran tiempos que no se masificaba los teléfonos celulares y a veces me complicaba me sorprendiera con alguna otra visita juvenil, por lo que le dije me llamara siempre previamente al teléfono fijo para saber si yo estaba disponible que en algunos casos yo salía por mi trabajo,

excusa perfecta para estar preparado y atender su visita sin mayores complicaciones.


Y así seguimos harto tiempo, meses, mas bien un par de años, pero todo terminó abruptamente con un accidente de tránsito que cobro la vida de su padre.

Yo debí buscar otros horizontes, y nuestros caminos se separaron. Un par de veces lo encontré en la calle y solo una sonrisa, un saludo efímero y nada más.

Pero indudablemente el ocupa un lugar en mi corazón, en una experiencia que estoy seguro él no ha olvidado, cuanto más que la primera experiencia, más si fue placentera, nunca se olvida.


Para comentarios mi correo sergiosst2021@gmail.com y recordar que mis relatos son absolutamente reales y solo me limito a escribir mis lindos recuerdos.

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