A los 11 años (relatos gay)

A los 11 años (relatos gay)

Cuando ocurrio esta historia tenia 11 años.

Era un niño que fisicamente me parecia mucho mas a una niña que a lo que realmente era.

Cuando me miraba al espejo me sentia acomplejado notando la diferencia con los demas niños.

Ademas, no se si por eso mismo, sentia una atraccion en verlos actuar en el colegio, la calle, con las niñas, etc.

A la edad que refiero, mis amigos habian crecido, se sentian mas machotes y eso conllevo a que se apartaran de mi cada vez mas.

La unica relacion de amistad la tenia con un niño de 16 años, que a pesar de su edad, jugaba conmigo, nos confesabamos todos los secretos y lo que mas me gustaba, nos masturbabamos juntos.

Sus padres le habian acondicionado una casita en las afueras del pueblo para que pudiera jugar alli.

Era una casita muy pequeña, que en un principio se usaba para guardar material de trabajo, pero ahora estaba casi en exclusividad para sus cosas a excepcion de un armario que contenia material de trabajo de su padre que era el que ponia las inyecciones a todos los habitantes de la pequeña localidad.

Empezamos a acudir cada tarde a jugar alli. Cerrabamos la puerta con cerrojo y jugabamos durante un buen rato hasta que nos cansabamos y entonces empezaba a contarme experiencias sexuales que no sabia muy bien si se las inventaba o posiblemente hubieran sido reales y acababamos masturbandonos hasta corrernos.

Una tarde de verano, al mediodia, ante el calor que hacia fuera, decidimos ir ya a jugar a la casita, sobre todo pensando extasiarnos contando cosas de las chicas que habiamos visto en la piscina esa mañana.

Despues de estar un rato tumbados sin hacer nada, me propuso jugar a medicos. Acepte de inmediato y me dijo que el seria el medico ya que tenia mas experiencia que yo.

Hicimos rapidamente un guion de lo que debiamos hacer.

Yo entraba en la consulta, el me preguntaba que es lo que me pasaba y yo debia decir algo que se me ocurriera en ese momento.

Entre, salude y el me hizo la pregunta previamente acordada.

Yo, no se todavia como se me ocurrio, le dije que me parecia que tenia un cuerpo muy femenino para ser chico, que era eso lo que me traia a su consulta.

Al principio se quedo perplejo, pero enseguida reacciono diciendome que me haria un chequeo.

Me ordeno que me tumbara en la cama, y me palpo por encima de la ropa a la altura de mi pecho.

Yo llevaba puesta solo una camiseta y un pantalon corto de algodon.

No llevaba ropa interior debido a que me habia quitado el bañador y todavia no habia vuelto a casa.

Despues de entretenerse un rato en mi pecho y en mi barriga, bajo lentamente mis pantalones hasta sacarlos completamente.

Me tanteo mi pene, ya erecto por la excitacion que sentia y lo masajeo suavemente.

Era la primera vez que alguien me lo tocaba y las sensaciones se multiplicaban en mi cerebro. Enseguida empezo a hablar lentamente.

En verdad resulta que tienes el cuerpo tan femenino porque eres una niña. A la vista esta que esto que tienes aqui, no es una polla, sino que es un clitoris, algo grande.

Abrio y arqueo mis piernas de manera que mi culo se levantaba lo suficiente como para que sus dedos tocaran suavemente mi ano.

Aqui en cambio se ve claramente que tienes un buen coño, todavia cerrado pero que le dara mucho gusto a los hombres.

Sus palabras soeces hicieron que mi calentura subiera hasta las nubes.

No se quien te ha dicho que tu eres niño, porque me pareces la muchachita mas guapa y perfecta que he visto en mi vida.

Mientras decia eso tocaba suavemente mi ano y tambien mis nalgas y mi deseo por el se hizo ilimitado.

No obstante y para que estes tranquila, chiquita mia, te aplicare una inyeccion que te relajara un poquito. Date la vuelta y espera un poco.

Tenia un fogon electrico pequeñito que usaba para calentar la leche en invierno para merendar.

Tomo un pequeño cazo, lo lleno a medias de agua y lo puso a calentar.

Se fue al armario que usaba su padre, lo abrio y enseguida estuvo alli con dos jeringuillas desechables sin usar.

Al ver aquello le pregunte que me iba a hacer.

Me tranquilizo diciendome que me iba a pinchar agua hervida, que no me preocupara que el lo habia hecho antes consigo mismo y que no pasaba nada, pero que sentia muchas ganas de hacerlo. Acepte no de muy buen grado, pues me asustaba la idea, pero mis ganas de agradarle vencian el temor.

Cuando el agua estuvo hirviendo, apago el hornillo y la dejo enfriar un poco.

Actuaba con una seguridad tremenda y no dejaba de hablarme diciendo que esas inyecciones me iban a sentar muy bien y que iban a permitirme reconocer que era mujer, que el pensaba que tenia un coño muy bonito y que merecia que le diera una oportunidad.

Lleno las dos jeringuillas completas de agua y empapando un algodon en alcohol se dirigio lentamente hacia mi.

Cuando se puso a mi lado las piernas me temblaban y el me relajo diciendome que no iba a pasarme nada malo.

Me froto la nalga izquierda con el algodon y me clavo la aguja de manera casi profesional, apenas la senti. Enseguida procedio a inyectarme el agua.

Como estaba caliente, notaba un pequeño dolor y ardor, pero enseguida note que la estaba retirando y acto seguido procedio a sacar la aguja.

Hizo lo mismo en mi nalga derecha y esta vez incluso fue menos molesto, no se si porque el agua se habia enfriado mas.

Me quede alli, boca abajo, mientras notaba que el dolor en mis nalgas aumentaba paulatinamente, mientras el agua se expandia en mi interior hasta que se hizo un dolor bastante fuerte que fue remitiendo de la misma manera que habia llegado.

Sin variar mi posicion, entreabrio mis nalgas y me volvio a poner los dedos en el ano, forzandome un poco a abrir mas las piernas. Con voz entrecortada me dijo:

Me gustaria ser tu marido y estrenar este maravilloso coño. Lamerlo hasta que se abriera a mi lengua y profundizar en su interior.

Saboreando el manjar que se me ofrece y luego penetrar lentamente con mi polla hasta notar que mis huevos entrechocan con tu vientre.

Aquello, ni que decir tiene, me puso a mil. La sensacion de las inyecciones, sus palabras, sus tocamientos, me pusieron en tal estado que apenas si podia hablar.

Ël unio sus palabras a la accion y empezo a lamer mi ano, pasando una mano por debajo de mi vientre para coger mi pene.

Su lengua penetraba ya profundamente y la movia con una sapiencia de lo que hacia que me llevaba al estremecimiento.

Me dio la vuelta y me dijo que era hora de lamer tambien mi clitoris, y se introdujo hasta mis huevos en su boca.

Creia que estallaba, pero tambien sabiamente se retiro para evitar males mayores.

Al mismo tiempo urgaba con un dedo en mi ano, penetrandolo lentamente.

Al cabo de un rato se separo de mi, tomo un supositorio de glicerina del armario y volvio hasta donde yo estaba.

Lo calento un poco con la mano y me lo paso rozando por mi recien reconocido coño, penetrandolo y dejandolo todo lubricado.

Se mantuvo asi, hasta que ya casi se habia deshecho por completo el supositorio.

Entonces me puso de lado, se coloco detras de mi y dirigio su pene a mi culo. Empezo a penetrarme lentamente, parando cada vez que notaba mi dolor. Enseguida aprendimos un nuevo codigo, y cuando el dolor era intenso, apretaba su nalga mas cercana y cesaba en su empuje.

Esa operacion preliminar duro casi 10 minutos y de pronto note como me habia penetrado por completo y el dolor intenso habia dejado paso a una sensacion extraña de placer.

Cuando empezo el mete-saca fue tal mi placer que note que me corria. Me pillo justo en el momento que se habia retirado casi por completo de mi culo y yo mismo empuje hasta empalarme por completo y no deje que se saliera ni un milimetro hasta que no hube eyaculado.

Estaba en las nubes, hipnotizado y solo me saco del trance el conocimiento de que habia vuelto el mete-saca y que esta cada vez era mas intenso y acompañado de sus palabras mas obscenas.

Eres mi puta. Te has corrido ya, pero ahora te espera mis rios de leche en tu coño. Voy a destrozarlo, quedara anegado y durante dias iras vaciandote de mi.

Esto me volvio a excitar, aunque no tenia todavia ereccion. El ruido de mis tripas y una penetracion mucho mas profunda y salvaje, me hizo saber que habia llegado ese momento que anunciaba y infinitos chorros calientes de semen inundaron mis intestinos.

No la saco, sino que se abrazo a mi y despues del momento tan excitante nos quedamos dormidos.

En mi duermevela, pude sentir que en ningun momento se aflojo demasiado su pene, y lo sentia dentro de mi en todo su esplendor.

A la media hora aproximadamente empece a notar la sequedad en mi ano y empezo a aflorar algo de dolor, por lo que lentamente, para no despertarlo me lo saque. Me lleve los dedos al ano, para notarlo abierto y rezumante.

Eso me excito de tal manera que mi pene estaba totalmente erecto otra vez.

Me di la vuelta y empece a chuparsela.

Sabia extraño, a una mezcla de semen y a mi interior. La chupe con dulzura, intentando meterla lo mas profundo posible.

Estaba ya un buen rato, cuando se incorporo para poder gobernar la situacion. Me cogio de la cabeza y empezo a follarme literalmente la boca.

Lo hacia con cierta violencia, pero en ningun momento me hizo daño, ni sufri arcadas, como despues me ha pasado en posteriores relaciones con otras personas.

Estaba ya al limite cuando me dijo:

Preparate cariño, me voy a correr en tu boca.

Enseguida me la dejo lacia sobre mi lengua y yo cerre mis labios alrededor suyo, sintiendo como mansamente salia su semen que inundaba mi boca.

Cuando acabo, le lami todos los posibles restos que le quedaran en su polla y me quede con la boca llena de su nectar, saboreandolo, degustandolo, y con un gesto lo mas obsceno que pude, sin dejar de mirarle fijamente, me lo trague. Era delicioso.

Estabamos alli sentados, sin hablarnos.

Yo con los ojos cerrados y con su polla en mi mano.

Paso un rato y note como volvia a crecer.

El, apoyado en la cabecera del camastro, se dejaba hacer y yo mismo ensalivando mi propio ano, me sente encima de el, penetrandome yo mismo.

Estuve asi, un buen rato, notando como me llegaba hasta el fondo, hasta que no se con que voz o si era yo el que lo decia, le inste a que me avisara cuando fuera a terminar para recogerlo con la boca.

Me aviso al cabo de un momento, me sali por completo y la enterre hasta el fondo en mi boca, notando como casi todo resbalaba directamente por mi garganta, en el momento que me corria salvajemente.

Fui su mujer durante mucho tiempo.

Pasabamos las tardes alli, jugando, follando, bebiendo una y otra vez su semen.

Le permitia que me pusiera inyecciones, es mas, yo mismo se lo pedia.

Fui tan feliz, que ahora, desde la lejania en el tiempo, aseguraria que fue la mejor epoca de mi vida.

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Un comentario:

  1. Miguel

    mayo 1, 2022 at 11:35 am

    Que especial momentos

    Responder

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