El acuerdo de mi Padre y su amigo
Soy Pablo, desde muy pequeño sé que soy gay, siempre me he sentido muy débil ante otros hombres,
no me mal entiendan nunca me he sentido menos valioso que otros hombres, a lo que me refiero es que siento que no poseo una actitud viril,
esa cosa de machos que los hace imponentes o dominantes, esto me hace un chico de trato suave y de fácil dominación por parte de otros.
De esto se dio cuenta mi padre Luis, el es un hombre de carácter muy dominante, llega a ser autoritario, es muy machista,
le gusta que lo atiendan, cuando llega del trabajo le gusta que todos estemos con él y estemos a su disposición.
Esto trajo problemas familiares y produjo que mis padres se separarán, por razones que no entendía en su momento fui yo quién se fue a vivir con mi padre por acuerdo de ellos.
Entonces comencé a hacerme cargo de las cosas del hogar, aseo general, lavado de ropa, la comida etc.
Un día sentí que papá estaba muy irritado, el no es de hablar de sus cosas, le pregunte si estaba bien y de forma violenta me respondió que nada le pasaba, ante esto decidí prepararle una rica cena y de postre helado con fruta,
el se sorprendió cuando puse la mesa y le serví la cena, comió todo en silencio, sabía que le había gustado mucho, llego el momento del postre y fue cuando su cara cambió y me miró de una forma muy especial, y me pregunto, hijo…sé lo que eres, no sé porque saliste así, pero ya no hay nada que hacer,
me quede frío sin saber que decir, sabía perfectamente de lo que hablaba,
mi padre siempre supo de mi homosexualidad y vino lo que jamás me espere, me dijo…mira mariconcito, jamás permitiré que un hijo de puta extraño te toque, me saliste maricón y de eso me encargo yo, desde ahora muchas cosas cambiarán para ti y para mí.
Ese fue el día en que con mi padre rompimos el tabú del incesto.
Mi padre es un hombre de 47 años, cuerpo grande, gordo, pesa más de cien kilos y tiene su pecho semi cubierto de pelos entrecanos, sus ojos son verdes intensos y su barba es espesa y me encanta sentirla en mi rostro, sus manos son grandes y ásperas, bruscas en sus caricias,
por mi parte, tengo 21 años, salí a mi madre, ojos café, delgado, sin pelos en el cuerpo y rasgos suaves. Nuestros roles jamás se discutieron por que ya estaban dados,
yo era la mujer de mi padre, era el hijo mariconcito que se sentía feliz de tener encima a tremendo macho, me encanta complacerlo, hacerlo sentir satisfecho,
me duermo apoyado en sus piernas con su verga gruesa en mi boca, con el tiempo me fui desinhibiendo y me encanta que me trate como una puta, que me diga mientras me coge que soy una puta buena pa’ la verga, nuestra relación se torno muy sólida,
el cuida de mi con recelo, ahora sé que soy su tesoro, la puta fiel que lo complace en lo que él quiera, y que muchos, estoy seguro, desearían tener, la expresión de nuestra sexualidad al interior de casa no conocía barreras, juagábamos a muchas cosas,
donde siempre terminaba bebiéndome el más rico de los néctares, el semen de mi gigante padre, cuando nos duchábamos me hacía agachar y dejaba caer su dorada orina en mi rostro,
yo feliz y agradecido abría mi boca para recibir tan delicioso y salino líquido, amo a mi padre y estar de rodillas ante él y besar sus pies es un honor.
Con el tiempo nuestro amor se hizo más grande y confiábamos ciegamente el uno en el otro, y fue cuando mi padre decidió contar de nuestra secreta relación a su mejor amigo Mario,
se conocen desde el colegio, Mario reaccionó muy sorprendido, no daba crédito a lo contado por mi padre, cuando me enteré me sentí algo incomodo ya que era nuestro secreto,
pero papá me dijo que confía en Mario y que el guardará este gran secreto, en fin, pasó el tiempo y Mario comenzó a visitarnos, se juntaba a ver futbol con papá,
yo me encargaba de prepararles cosas para que comieran, me gustaba ver a papá tan feliz, y ni hablar cuando ganaba su club deportivo,
se ponía eufórico y claro yo feliz porque eso significaba que prácticamente no me dejaría dormir, como me hace gozar mi gordo (que es como le digo de cariño) me ponía a lo perrito, de guatita, a caballito de lado y finalizaba con la favorita de los dos, patitas al hombro,
le encanta ver mi rostro mientras me penetra, dice que mi cara cambia, le digo que a él también, frunce el seño y pone cara de enojado y da fuertes envestidas que me dejan en el cielo.
Un día Papá despertó muy excitado, me tomó fuertemente del pelo y clavo su verga en mi boca chocando su glande con el fondo de mi garganta lo que me provoco unas arcadas las que controle de inmediato dado mi ahora alta experiencia mamando,
papá estaba desesperado follo mi boca sin contemplación, como siempre lo hace en realidad, y eso me encanta, finalmente eyaculo en mi garganta,
tiraba muy fuerte de mi pelo y dio los últimos golpes con su verga soltando la espesa leche que me alimenta. Ya más relajado me acosté en su pecho y mi mano acaricia su bolsa escrotal,
el se molesta cuando no lo acaricio en esa zona, y nos pusimos a conversar, me contó que había despertado muy caliente debido a un sueño que había tenido,
eso me causó gran curiosidad y ansiosamente le pedí que me contara su sueño
Me dice que estábamos en uno de los sillones de la casa y la imagen era la siguiente,
sentado estaba su gran amigo Mario completamente desnudo con las piernas abiertas dejando en todo su esplendor su verga y yo de rodillas chupaba frenéticamente,
mientras mi papá tras de mí se encargaba de destrozarme el culito, dice que eso lo calentó mucho y la verdad que a mí también y bajé a chupar el palo de papá hasta que me dio la leche que tanto me gusta.
Ya se había instalado en nuestras mentes la necesidad de algo nuevo,
un tercero, lo cual nos acarreaba cierta confusión, mi padre es muy posesivo y yo muy dependiente a él y la idea de estar con otro sería como romper con la armonía,
el tema es que Mario el amigo de papá seguía visitándonos, todo seguía de los más normal, se hacían bromas, hablaban mucho de sexo,
al parecer Mario tenía problemas sexuales con sus esposa,
mi padre le contaba con orgullo lo bueno que era lo nuestro en la cama, y me hacía bromas respecto a lo mucho que me gustaba la verga (con esas palabras me lo decía, había mucha confianza ante Mario) hasta que se decidió a contarle el sueño a su amigo,
se lo conto con lujo y detalles a pesar de ser solo una escena, Mario solo reía, le causo mucha gracia, noté que el bulto de papá adquirió volumen y yo no me quedaba atrás, rememorar el sueño causaba mucha excitación en los dos.
Sentía que Mario estaba nervioso a pesar de su avasalladora personalidad, las horas pasaron y las cervezas también, el efecto de esta se hacía notar, fuertes risas, bromas de grueso calibre,
hasta que mi padre se pone de pie prende el televisor y pone el canal porno, ahí la imagen de una chica asiática con dos negros monumentales, la mujer gritaba de dolor y placer, ahí mi padre y Mario clavados a la película note en los dos la excitación en sus entrepiernas,
que buen bulto tiene Mario pensé, fue entonces que mi padre lo mira con decisión estira su mano y le dice, Mario si quieres lo podríamos pasar muy bien,
te ofrezco un buen putito, Pablito te hará gozar como no imaginas, te hago esta oferta porque eres mi mejor amigo y confío mucho en ti, a mi hijo solo yo lo toco y ahora me gustaría que tu también puedas disponer de él la veces que quieras,
Mario dio la mano a mi padre y se dieron un fuerte apretón, estaba listo el acuerdo entre estos dos machos que me miraban con ojos llenos de erotismo y calentura,
mi papá le dice a Mario que nunca me debe preguntar si quiero, simplemente sacas tu verga y das la orden y punto, si le duele cuando lo penetres y se queja le das más fuerte y punto y lo más importante tu semen siempre dentro de él nunca afuera,
con estás reglas básicas me desnudaron y me pusieron de rodillas, bese los pies de mis ahora dos dueños, y bese por vez primera una verga que no era la de papá,
era la de Mario y golosamente me la trague, que rico sabor tiene la verga de tío Mario le decía a los dos mirándolos a los ojos ellos sonreían y Mario tenía su mirada perdida,
se notaba que lo estaba disfrutando mucho
Ante mi experta mamada no aguanto mucho y soltó una cantidad impresionante de rico semen que saboree con placer, mi papá me tomo fuertemente del pelo y me folló la boca,
chúpalo rico maraca me decía, eso es mi bestia, pensaba mientras me ahogaba con la verga de mi papi, así me dio mi ya conocida ración de leche paterna,
feliz de dar placer a estos dos hombres nos quedamos en el living los dos me acariciaban ,
estábamos en el sillón más grande, los dos metieron sus dedos en mi culito y me dedearon por mucho rato, me dilataron a más no poder,
bese a mi padre me senté sobre su verga nuevamente dura como el acero, entro sin dificultades que delicia comencé a saltar y mis quejidos eran los de una perra llena de placer,
de pronto besan mi espalda y siento el aliento de Mario atrás de mi oreja, de pronto estoy envuelto entre dos machos y una verga queriendo entrar donde ya estaba la de mi padre,
con un pequeño esfuerzo Mario logró penetrar mi ya abierto culito, los tenía a los dos adentro de mí, como me dieron, cuanto placer, cuanto agradecimiento sentía por estos buenos machos.
No sé cuánto tiempo estuvimos así, eyacularon y sentía como el semen se deslizaba por mis piernas, quedamos extenuados, los dos me besaron y con par de nalgadas me enviaron a la ducha,
así fue como entro Mario, el amigo de papá a este río de lujuria y placeres prohibidos, me daban entre los dos,
cuando por razones de trabajo mi padre no estaba en casa le decía a Mario que se quedara y me cuidara,
nunca más quede solo, ahora tengo dos hombres a los que atender, en la mesa y en la cama!!!!
Te puede gustar: De sobrino a esposa …