Quedamos a través de un anuncio en una página
de contactos, buscaba algo de calor humano
y me encontré con el hombre que mejor me
ha follado.

Esto ocurrió en julio de 2019, yo soy Roberto, piel
morena, 171 de altura, 79 kg de peso, con un poco
de tripa.
Mi polla es normal, 15 cm delgada.

Quedamos en un bar primero para romper el hielo,
pues aunque he tenido varias relaciones antes me sigue
dando bastante corte.
Llegué a la hora indicada, me pedí una cerveza que
bebí con ganas, tenia la boca seca.
A los 5 minutos apareció Luis, era mayor que yo, 52 años yo
tengo 44, un tío cuidado para su edad, complexión fuerte,
168 de alto, muy agradable.
Estuvimos un hablando de cosas sin importancia, hasta que
decidimos subir a su casa.
Entramos en el portal, llamó al ascensor y nada más entrar
en el me abalancé sobre su boca, una boca de labios gruesos
que me empezaron a poner en una situación muy desconocida.
Jugábamos con nuestras lenguas mientras le eché mano al
paquete por encima del pantalón fino que llevaba, me gustó lo
que palpé, la cosa me empezaba a gustar mucho.
Entramos en su casa, una casa bonita con 2 plantas,
seguimos comiéndonos la boca, Luis me daba besos por todo
mi cuello haciendo que mi pantalón marcará un buen bulto queriendo
salir.
Subimos al piso de arriba, nos desnudamos rápido, ahí pude ver la polla
de Luis en plena erección, sin duda le gustaba lo que veía, nos volvimos a
besar apasionadamente juntando nuestras pollas duras y ya mojadas de
líquido pre-seminal.
Nos tumbamos en la cama y ahí pude lamer el torso
desnudo de Luis. Le gustaba que lamiera sus pezones,
me entretuve con ellos, pero en realidad quería pasar
ya más abajo a su herramienta dura. Era de unos 13 cm
más gordita que la mía y muy muy dura.
Tenía un capullo gordito y unos huevos gordos muy
pegados al culo, los míos son más colganderos, me
metí su capullo en la boca y empecé a pasar mi lengua
sobre el, saboreando los jugos que ya tenía, lo engullía
y presionaba con mis labios una y otra vez.
A él le gustaba mucho eso, sus gemidos lo delataban
seguí con su polla hundiendo mi boca cada vez más
adentro, buscando tenerla toda dentro pero no pude,
Yo ya había tomado el rol de mujer, me gustaba
mucho eso, me hacía sentir muy zorra.
Luis me dio la vuelta y quedé tumbado sobre la cama
a su merced, me estaba entregando a él, era suya.
Me empezó a lamer todo el cuerpo, yo me estremecía
con su lengua, notaba como escalofríos a cada lengüetazo
Comenzó a comerme la polla, lo hacía muy bien?
se notaba que no era la primera que mamaba,la situación
era ideal, yo tumbado y Luis haciéndome una gran mamada
pero la mujer era yo así que le dije: Cómeme el coño!!
Eso era lo que deseaba más, noté su lengua húmeda
abrir las paredes de mi coñito estrecho, me lo comía
con mucha maestría, me estaba haciendo gozar como
una perra.
No resistí mucho hasta que tuve que casi suplicarle
que me follara, quería sentirlo dentro de mí, hacerle
disfrutar con mi coñito casi virgen.
Empezó a restregarme su capullo por mi coño
húmedo, sentí como empujaba intentando entrar,
lo consiguió sin demasiado esfuerzo, estaba húmedo
de la comida de coño que se había currado antes.
Metido el capullo empezó a perforarme con su polla
tremendamente dura, le tuve que pedir que parara
un poco pues me dolía bastante, necesitaba tiempo
y un poco de lubricante que me untó en el coño,
ahora sí, si notaba como se abría paso una y otra
vez despacito y con mucho tacto. Yo estaba a cuatro
patas con mi culo ensartado por su rabo, me empecé
a mover al compás de sus empujones, eso le puso
más bravo todavía, ya no había dolor, sólo placer.
Siguió así un buen rato dale que te pego hasta que
me hizo cambiar de postura, ahora estaba yo
tumbado boca arriba y el encima de mi, puse mis piernas
sobre sus hombros y siguió con el meneo, que placer
me estaba dando, me sentía poseída por el poder
de su polla, solo quería que no parara nunca, pero
el llevar ya un buen rato con su rabo entrando en mi
coñito tan estrecho hizo que pasara lo inevitable.
Sus empujones y sus gemidos me anunciaron que
se venía una tormenta de leche caliente dentro de
mi coño.
Que rica!!! Como descargó dentro de mi coño, que
sensación más agradable el sentir la leche de mi hombre
preñándome el coño, cómo burbujeaba al salir, me
entregó una cantidad tremenda de lefa, me dejó el
agujero dilatado y relleno, que sensación más placentera.
Como buena zorra me dispuse a limpiarle la polla , que
mezcla de sabores, estaba deliciosa.
Nos quedamos tumbados 2 minutos el uno junto al
otro sin decir nada, sobraban las palabras, nuestras
caras nos delataban, me había comportado como
una mujer para él, estaba orgullosa de mi coñito.
Nos incorporamos, volví a besarlo, quería darle las
gracias por la gran follada que me había pegado.
En ese momento salimos a la terraza, los dos queríamos
más pero eso será ya para otro relato, ahí descubrí que
me excita muchísimo hacerlo al aire libre.

Saludos desde Zaragoza, y recordar que cada gota
de semen que soltéis leyendo esto contribuye.

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