Pasamos el resto de la tarde tumbados en la tienda, yo desnudo -me encantaba sobremanera exhibirme ante mis amos-, ellos vestidos. La pasamos fumando, bebiendo cervezas, oyendo la radio. Al anochecer mi dueño metió la mano en su mochila y sacó un pedazo de bolsa de maría que yo me quedé pasmado. Recuerdo que pensé, […]