Mi tío me da a mamar

Mi tío me da a mamar

Mi tío y yo pasábamos mucho tiempo solos,

él tenía una casa en un pueblito a las afueras.

En un principio solo iba para ayudarle con las labores del lugar hasta que un día nos emborrachamos y ya muy tomados tuve que ayudarlo y llevarlo a su cama

ya que no podía caminar sin chocarse.

Cuando llegamos se arrojó a la cama

pero debido a la maniobra su pantalón junto con su ropa interior quedaron cerca de sus rodillas dejando al descubierto su pene flácido y peludo.

Al verlo me excité mucho y me dio curiosidad tocarlo,

pero no sabía cómo abordar la situación con mi tío, pero él dijo una frase que interrumpió mis pensamientos:

-Sabes sobrino, tiene mucho tiempo que no estoy con una mujer

¿no quisieras echarme una mano? No le diré a nadie.

Yo respondí: no lo sé tío

Y él dijo: anda, será nuestro secreto

Tomó mi mano y se la llevó a su pene,

yo acepté y me arrodillé al lado de la cama y empecé a tocar su pene,

se sentía duro, pero suave y escuchar los gemidos que daba mi tío al tocarlo me excitaba.

Ya estaba súper excitado y su mano acercó mi cabeza a su pene y me dijo:

-mámamela.

Enseguida me metí su pene a la boca y era una sensación que me gustaba mucho,

tenía un sabor entre dulce y salado, pasaba mi lengua por su tronco hasta la cabeza,

le daba besitos y lo masturbaba con la mano, tenía su verga muy cabezona,

me llenaba la boca por completo aunque me costaba trabajo metérmela toda,

pero yo estaba contento masturbando a mi tío con mi boca y de pronto me dijo:

“sobrino, ya no aguanto, la mamas muy rico, más rico que una mujer, ahí te va tu lechita”.

Y dentro de mi boca estalló su pene llenándome la lengua de semen, yo me lo tragué y limpié los restos de semen que se había derramado con la boca y le dije:

“gracias tío, estuvo muy buena tu leche, me gustó mucho ¿mañana me das más?”.

Al día siguiente yo estaba dormido en el sofá y mi tío me despertó subiéndose en mi de rodillas frente a mi cara con su pene apuntando a mi boca.

-Buenos días sobrino, vine a darte de desayunar

Y metió su verga a mi boca mientras ponía su mano detrás de mí cabeza para hacerme mamar a su ritmo, yo le decía: “que rico lo tienes tío, quiero desayunar así toda la vida”.

Él me estuvo cogiendo por la boca un buen rato, en un principio yo sentía su cabezota llegar a lo más profundo de mi garganta haciéndome sentir ganas de vomitar,

pero con el paso de los minutos se me hacía más fácil cada vez tragarme su verga hasta adentro,

yo podía ver su cara de éxtasis cuando veía su verga desaparecer dentro de mi boca a veces sacándola por completo para darme golpecitos en la cara y hacerme desearla más,

ya para terminar me dijo: “abre la boca sobrino que me vas a sacar la leche”. Abrí mi boca y saqué mi lengua para recibir la leche de mi macho y a lo largo de toda mi cara empezó a caer su semen caliente cayendo un poco en mi lengua y casi todo cerca de mis ojos.

Mi tío hizo que le limpiara los restos de semen que caían por su pene y me dijo que si tenía más hambre en el día que le dijera para que me diera de comer otra vez.

Las cosas se fueron dando y cuando nos quedábamos a solas buscábamos cualquier pretexto para que mi tío se sacara el pene y yo se lo mamara,

hoy en día seguimos teniendo nuestro secretito y sigo disfrutando de la verga de mi tío a escondidas.

Ojala que hayas disfrutado de mi relato, cuéntame tu historia de incesto en los comentarios si es que tienes una.

Hasta pronto.

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